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Botín cambia el nombre a su unidad de clientes ricos por la mala imagen de la "banca privada"
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A PARTIR DE AHORA SE LLAMARÁ SANTANDER PATRIMONIOS

Botín cambia el nombre a su unidad de clientes ricos por la mala imagen de la "banca privada"

Emilio Botín por fin ha reaccionado a los problemas que han sacudido a la banca privada del Santander en los últimos meses, algo que era inevitable para

Foto: Botín cambia el nombre a su unidad de clientes ricos por la mala imagen de la "banca privada"
Botín cambia el nombre a su unidad de clientes ricos por la mala imagen de la "banca privada"

Emilio Botín por fin ha reaccionado a los problemas que han sacudido a la banca privada del Santander en los últimos meses, algo que era inevitable para enderezar el rumbo de esta unidad. Inicialmente, va a cambiar el nombre de Santander Banca Privada por Santander Patrimonios, algo que se debe a la mala imagen que transmite el concepto banca privada en estos momentos, según fuentes conocedoras de la situación. Esto supone que el líder del sector reconoce de facto la gravísima crisis de este negocio en España y la necesidad de dar un giro radical al mismo.

De momento, fuentes del banco aseguran que no se ha planteado ninguna medida sobre Banif; ni el cambio de nombre ni su fusión con la nueva Santander Patrimonios. No obstante, en el sector existe unanimidad en que la marca Banif ya no aguanta después de los escándalos de los estructurados de Lehman, el fraude de Madoff y el cierre sine die del Banif Inmobiliario a los reembolsos de los partícipes.

Aunque sin llegar a los niveles de Banif, la banca privada de red del Santander ha pasado unos meses muy duros, con un descontento muy fuerte de sus clientes que ha llegado a provocar situaciones violentas entre éstos y sus gestores de patrimonio. Es muy duro llegar a fin de año a revisar la cartera y contar al cliente que su garantizado de Lehman no vale nada, que el fondo de Optimal -vendido como ultraconservador- tampoco, que ha perdido un 70% en bolsa, y que además tiene unos cuantos créditos con los que invirtió en estos productos de los que tiene que responder a pesar de haberlo perdido todo, explica una de las fuentes consultadas.

El cambio de nombre a Santander Patrimonios responde a la misma lógica que las compensaciones ofrecidas a los afectados por Lehman y Madoff: lavar una imagen muy deteriorada por todos estos escándalos. Ahora bien, un cambio de nombre tampoco va muy lejos: Es el mismo perro con distinto collar. La gente que está cabreada con Santander Banca Privada lo está con el Santander y le de lo mismo el apellido que le pongan, opina un profesional del sector.

Claro que no se trata sólo del cambio de nombre. Santander ha ofrecido una alternativa para que los que han perdido su dinero en Madoff recuperen su dinero, que puede ser muy criticable -las famosas preferentes son ilíquidas, pagan un interés muy bajo, su valor en mercado es muy inferior y el acuerdo impone muchas exigencias al cliente-, pero es la única entidad que lo ha hecho hasta ahora. En el caso de Lehman, hay alguna más como Urquijo y Fibanc, pero casi nadie ha ofrecido una solución. Por tanto, el cambio de nombre hay que inscribirlo dentro de esta estrategia de lavado de imagen y, con toda seguridad, habrá nuevas medidas en el futuro.

El necesario cambio de modelo

Y no se trata sólo de la situación del Santander. La banca privada en su conjunto atraviesa la mayor crisis de su historia en España provocada por una conjunción de factores catastróficos. Por el lado de la demanda, han desaparecido los tres grandes motores del espectacular crecimiento de la riqueza y de los altos patrimonios en los últimos años: el boom del ladrillo, la subida de la bolsa y el dinero fácil y barato. Pero lo más grave está en el lado de la oferta, porque el cliente ha perdido la confianza en el asesor que le ha vendido productos que no han funcionado como le explicaron (básicamente, productos teóricamente seguros que han perdido dinero), que le ha apalancado hasta niveles insostenibles para invertir en dichos activos y que, finalmente, le ha dejado atrapado en Lehman, en Madoff o en algún fondo inmobiliario ilíquido.

Hay que reaccionar y, como casi siempre, Botín va un paso por delante. Con las compensaciones y el cambio de nombre empieza a enderezar el rumbo del negocio, aunque le queda lo más difícil por delante: cambiar un modelo basado en colocar al cliente los productos más rentables para el banco en cada momento -un modelo muy arraigado en España y concretamente en el Santander- por otro que satisfaga realmente las necesidades individuales de cada uno. La gran dificultad para ello es que hay que sustituir la fuente de ingresos actual -la retrocesión de comisiones y los márgenes ocultos de los productos- por una comisión de asesoramiento que el cliente español no está acostumbrado a pagar.

Emilio Botín por fin ha reaccionado a los problemas que han sacudido a la banca privada del Santander en los últimos meses, algo que era inevitable para enderezar el rumbo de esta unidad. Inicialmente, va a cambiar el nombre de Santander Banca Privada por Santander Patrimonios, algo que se debe a la mala imagen que transmite el concepto banca privada en estos momentos, según fuentes conocedoras de la situación. Esto supone que el líder del sector reconoce de facto la gravísima crisis de este negocio en España y la necesidad de dar un giro radical al mismo.

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