La CNE dinamita la negociación entre Gobierno y eléctricas al pedir una subida de la luz del 31%

El cuerpo del delito está claro: el recibo de la luz no refleja el coste real de la electricidad. Sin embargo, la negociación entre el Gobierno y las eléctricas para saldar esa deuda a favor de las empresas se ha convertido en una novela de Agatha Christie sin último capítulo. Industria, en su papel de detective belga, sondeó la semana pasada a las compañías en diversas reuniones bilaterales azuzando la sospecha y el resquemor entre ellas. Con todas mirándose de reojo y convocado para el martes el cónclave que debía resolver el misterio, Miguel 'Poirot' Sebastián decidió no precipitarse y dar una vuelta al enigma. Y, entretanto, otro actor hasta ahora agazapado complicó la trama. La CNE irrumpió ayer con una propuesta de subida de la luz del 31% a partir del 1 de enero de 2009, lo que dota de nuevas aristas a las conversaciones.

Nadie quiso quedar fuera del Cluedo, aunque guardando el anonimato. Primero, los que cuestionan las cifras. “Parece que alguien de su propia casa haya querido volar la cabeza a Maite Costa. En el comunicado de la CNE no hay ni una sola comparación homogénea. Hay que esperar al informe íntegro”, aseguraban fuentes del sector. En efecto, sólo la previsión de demanda, que subirá el 1,9% en 2009, puede tenerse en cuenta como dato fiable. En todo caso, las cifras asustan. Por ejemplo, la estimación del déficit tarifario que hace la CNE para 2008 supera todas las previsiones, hasta la de las propias eléctricas. Ascendería a 6.716 millones, cuando las compañías habían venido hablando de 6.000 millones. Además, la CNE asegura que las tarifas de acceso deberían aumentar un 92% para cubrir los costes estimados para 2009.

Y, segundo, los que ven la propuesta de la CNE como un obstáculo más a salvar en las de por sí procelosas negociaciones entre Industria y las eléctricas. “Vamos a ver cuánto tiempo tarda alguien del Gobierno en decir que la luz sólo subirá en enero el IPC –aseguraban fuentes del sector. La propuesta le perjudica al Gobierno, que tendrá que adelantar un compromiso político y queda atado de pies y manos para resolver con rapidez las negociaciones sobre el déficit, cosa que debería hacer antes de lanzar una propuesta de tarifa. Pero también afecta a las eléctricas, que verán cómo el problema se dilata. Una propuesta como la de la CNE hace mucho ruido y la reunión conjunta podría demorarse”.

Apenas diez minutos después del anterior vaticinio, Sebastián, que tiene la última palabra sobre la subida final, salía a la palestra para asegurar que la propuesta del organismo que preside Maite Costa le parecía “una barbaridad”. Raro sería que la vicepresidenta De la Vega, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de hoy, no refrendará esa postura. “La CNE hace informes muy variopintos”, zanjó el ministro de Industria. La puntilla la pone la última frase del documento, en la que se recuerda que, sin el lastre del déficit, sin los 4.800 millones que quedaron excluidos en la revisión de tarifas de enero de 2008, bastaría con una subida del 3% para cubrir los costes estimados en 2009.