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Más ‘buitres’ esperan su oportunidad: el fondo inmobiliario Colony Capital abre oficina en España
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Más ‘buitres’ esperan su oportunidad: el fondo inmobiliario Colony Capital abre oficina en España

El símil no puede ser más real. En un mercado inmobiliario como español, con muchas de sus compañías –grandes, medianas o pequeñas- tocadas de muerte por

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Más ‘buitres’ esperan su oportunidad: el fondo inmobiliario Colony Capital abre oficina en España

El símil no puede ser más real. En un mercado inmobiliario como español, con muchas de sus compañías –grandes, medianas o pequeñas- tocadas de muerte por la deuda, empiezan a verse los primeros fondos buitres sobrevolando el patio del ladrillo. A medida que pasan los meses, los llamados vulture funds, algunos especializados exclusivamente en real state, empiezan a crecer en número, mientras van trazando círculos en el aire.

El último en instalarse, con nido propio en la capital de España, es la estadounidense Colony Capital, con sede central en la ciudad californiana de Los Angeles. Esta firma de capital privado está especializada en inversiones oportunistas, fundamentalmente en activos inmobiliarios de los mercados de Norteamérica, Asia, Oriente Medio y Europa, a través de los nueve fondos que ha levantado a lo largo de los últimos 17 años.

El músculo financiero de esta firma, que desde 1991 ha gestionado 39.000 millones de dólares, le permite estar presente en otros activos que ofrecen gran potencial de inversión con descuento. Es el caso de la cotizada francesa Carrefour, de la que poseen un 9%, o de varios bancos asiáticos (Taiwán Buissnes Bank, Entie Comercial Bank o Hana Bank), donde han comprado carteras hipotecarias con descuentos de hasta el 60%.

A pesar de abrir su primera oficina recientemente, Colony Capital cuenta ya con una inversión en España. Se trata del inmueble de oficinas (60.000 metros cuadrados) que ocupa la multinacional Alcatel en el distrito madrileño de Arganzuela, adquisición realizada a través de su fondo número cinco. Este activo responde al perfil del portfolio, donde la firma tiene desde parques logísticos, casinos, hoteles y resorts vacacionales, hasta rascacielos de oficinas y apartamentos.

Otros llegaron primero

El nuevo escenario de oportunidades que se abrirá en breve ha despertado el interés de este perfil de compradores. Están pero todavía no se les ve. El primero en cazar su oportunidad ha sido Benson Elliot, otro fondo oportunista, que el pasado mes de junio cerró la compra del 70% de la promotora catalana Promobuilding. Se trata de su primer paso para futuras inversiones en el mercado inmobiliario español en los próximos dos años.

Y el goteo es continuo. El pasado mes de junio, una de las primeras firmas mundiales de capital privado, la estadounidense Carlyle, que ya cuenta con una sede operativa en Barcelona, abrió oficina en Madrid. Pero está última responderá sólo para inversiones sobre el sector inmobiliario. Y aunque ya ha mojado en territorio español, como la compra de la sede de Telefónica en Barcelona, el volumen de trabajo que se prevé merece un equipo local.

Algunos fondos inmobiliarios han tenido peor suerte con su incursión en ladrillo español. Es el caso de la firma estadounidense JER, que responde a las iniciales de su fundador, el financiero John E. Roberts. Uno de sus fondos para invertir en Europa había adquirido 92 millones de euros en deuda de la inmobiliaria Martinsa-Fadesa, que recientemente tuvo que solicitar el concurso voluntario de acreedores. Un error que no espantará al resto de buitres.

El símil no puede ser más real. En un mercado inmobiliario como español, con muchas de sus compañías –grandes, medianas o pequeñas- tocadas de muerte por la deuda, empiezan a verse los primeros fondos buitres sobrevolando el patio del ladrillo. A medida que pasan los meses, los llamados vulture funds, algunos especializados exclusivamente en real state, empiezan a crecer en número, mientras van trazando círculos en el aire.