Encaje de bolillos de Moratinos para defender la posición de Marsans en Aerolíneas Argentinas

Tenía que nadar y guardar la ropa. Miguel Ángel Moratinos era esperado con ganas por las autoridades argentinas, que ya habían filtrado que el ministro de Exteriores español viajaba a Buenos Aires con la intención de presionar por la situación de Aerolíneas Argentinas, controlada por el grupo Marsans, compañía que el Gobierno de los Kirchner está decidido a “renacionalizar”. Actualmente, el Estado argentino tiene el 5% del capital accionarial de la aerolínea y sus filiales, y busca ampliar su participación al 20%.

Se limitó a advertir Moratinos que tanto Madrid como Buenos Aires esperan “una solución” a los problemas que afectan a la compañía. Antes recalcó que “el primer objetivo de mi visita es asistir al seminario de la Alianza de Civilizaciones dedicado a la mujer. En ningún caso es para presionar al Gobierno argentino por una solución en Aerolíneas”. No obstante, fuentes de la Cancillería argentina daban por hecho que Moratinos, en una cena informal mantenida la noche anterior con su homólogo, Jorge Taiana, le había expresado su inquietud. “Siempre que se reúnen ambos ministros todos los temas están sobre la mesa”, admitían.

Por si el escenario no fuera suficientemente complejo, la vicepresidenta del Gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, habría telefoneado a Cristina Fernández, la presidenta argentina, para negar que, como se había publicado en el país sudamericano, su ausencia en el foro tuviera que ver con el malestar del Ejecutivo por la posición argentina en el caso Aerolíneas.

Telefónica, Repsol, BBVA...

Lo que parece claro es que tanto Marsans como Moratinos tienen claro que, de una forma u otra, tendrán que pasar por el aro. El titular de Exteriores español es consciente de que hay inversiones muy significativas y rentables en Argentina, como las de Telefónica, BBVA y Repsol YPF, sin olvidar a las pesqueras que trabajan en Patagonia. “El Gobierno español sabe que el agujero negro que supone Aerolíneas debe solventarse en equilibro con otros intereses españoles”, explicaban fuentes conocedoras de las negociaciones. Es más, Clarín recordaba recientemente que los Kirchner buscan un “esquema similar al de Repsol YPF, controlada accionarialmente por los españoles, pero que en el día a día con el Gobierno, los que pesan son los socios locales”.

Claro que, aceptada por el accionista mayoritario de Aerolíneas, Gonzalo Pascual, la entrada de empresarios argentinos en la compañía, a la hora de la verdad los posibles aspirantes brillan por su ausencia. Basta una información de prensa con un nombre para recibir una rápida matización o desmentido. “¿Pero quién se va a meter ahí arriesgando su propio dinero?”, señalan esas fuentes. El enguaje será político y a la sombra del Gobierno. Para Marsans está claro: “Nosotros no hemos hablado con nadie ni saldremos a buscar un socio. Si alguien quiere hacer una oferta, la escucharemos, pero hasta ahora nadie la ha hecho”.