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Jamie Dimon, el gran negociador
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Jamie Dimon, el gran negociador

Representa todo lo que Wall Street quiere de un líder. Es un visionario que sabe cómo hacer negocios desde las trincheras. Agazapado y listo para el

Foto: Jamie Dimon, el gran negociador
Jamie Dimon, el gran negociador

Representa todo lo que Wall Street quiere de un líder. Es un visionario que sabe cómo hacer negocios desde las trincheras. Agazapado y listo para el ataque cuando el enemigo está a punto de caer exhausto. Para muchos es el mejor dealmaker de la Gran Manzana. Se llama Jamie Dimon, tiene 52 años, y actualmente lleva las riendas del tercer banco del mundo por activos y el segundo por capitalización de EEUU: JPMorgan Chase.

Su última jugada maestra ha sido la compra, a precio de saldo, de Bear Stearns. Una operación que no ha dejado indiferente a nadie en el mundo de las finanzas y que no sólo ha provocado división de opiniones, también decepción entre algunos analistas y la ira e indignación de los accionistas de Bear Stearns.

“Si Gordon Gecko levantara la cabeza se ahorcaría con sus tirantes”, dicen en broma muchos en Wall Street. “Jamie Dimon estaba en el lugar perfecto en el momento perfecto, pero disparó antes de tiempo”, comentan otros.

Y el cabreo no era para menos. Los 236 millones de dólares que JPMorgan pretendía pagar el 17 de marzo por su rival -un día antes valía en bolsa 3.540 millones de dólares- era un precio ínfimo para una compañía que consiguió sobrevivir a la Gran Depresión y las dos Guerras Mundiales.

Dimon no ha tardado en mover de nuevo ficha y utilizar sus dotes negociadoras para evitar que la operación se le escape de las manos ante el descontento manifestado públicamente por los accionistas del banco, entre ellos, el millonario Joseph Lewis. Por eso, a principios de esta semana Dimon quintuplicó la oferta por Bear Stearns, de dos a diez dólares por acción –todavía a precio de saldo- y adquirió nuevos compromisos como que JPMorgan se hará cargo de los primeros 1.000 millones de dólares de pérdidas que pudieran generar los activos de Bear Stearns, mientras que la Reserva Federal asumirá otros 29.000 millones.

Una trayectoria estrechamente ligada a Sanford Weill

Los acontecimientos de las últimas dos semanas, sin embargo, no han empañado la trayectoria profesional de Dimon, que sigue siendo un referente de los negocios en Wall Street. Ha conseguido mantener relativamente a salvo a JPMorgan de la crisis financiera en comparación con sus rivales. El banco ha tenido que realizar provisiones por valor de 3.700 millones de dólares, frente a los 22.400 de Citigroup o los 7.900 de Bank of America, según datos de Bloomberg.

No en vano, lleva los negocios en las venas. Su abuelo y su padre fueron operadores de bolsa y su mentor, de quien aprendió el arte de cerrar negocios, fue Sanford ‘Sandy’ Weill, con quien construyó el que hoy es el mayor banco de Estados Unidos, Citigroup.

Dimon y Weill formaban la pareja perfecta en la década de los noventa. Eran a los negocios lo que Di Stéfano y Puskas fueron al fútbol. Los Batman y Robin del mundo financiero. El primero cerraba los acuerdos, y el segundo hacía que los números cuadraran.

Sus vidas profesionales se cruzaron en 1982. Tras obtener el Master de Administración de Negocios de la Universidad de Harvard, Weill convenció a Dimon para que rechazara las ofertas de trabajo de Goldman Sachs y Morgan Stanley y se uniera a él como ayudante en American Express. Aunque no podía ofrecerle la misma cantidad de dinero que los dos bancos de inversión, le prometió una cosa: diversión. Weill acabó abandonando American Express en 1985 y Dimon decidió seguirle. Ambos tomaron el mando de Commercial Credit una compañía financiera, de Control Data, que se convirtió en el vehículo con el que llegarían a lo más alto del mundo de las finanzas.

En 1998, A través de una serie de fusiones y adquisiciones sin precedentes, Dimon y Weill dieron forma al mayor conglomerado de servicios financieros que jamás ha visto el mundo: nacía Citigroup. Ese mismo año, sin embargo, sus destinos se separaron. Weill despidió a Dimon tal y como él mismo reconoció varios años más tarde.

Su salida del banco le llevaría a dar el salto definitivo a Wall Street, aunque esta vez en solitario. En marzo de 2000, Dimon asumió las riendas de Bank One, el quinto mayor banco de Estados Unidos y en serias dificultades económicas. Meses más tarde, la entidad entraba de nuevo en beneficios.

Entrada por la puerta grande de Wall Street con la presidencia de JPMorgan

Varios años después, a mediados de 2004 se producía el regreso definitivo de Dimon a la Gran Manzana. Fue a raíz de la compra de Bank One por parte de JPMorgan Chase, una operación en la que este neoyorquino jugó un papel fundamental. Tras la salida de William Harrison de JPMorgan, Dimon fue nombrado presidente del grupo –principal rival de Citigroup- y su fama y prestigio creció desde entonces como la espuma, tal y como recogió en 2006 la revista Time, que le situó entre los 100 personajes más influyentes del mundo o Fortune, que recientemente le ha situado entre los 25 primeros.

Pese a formar parte del exclusivo mundo de Wall Street, Dimon no comparte los mismo gustos que otros grandes ejecutivos. No juega al golf. “La verdad es que nunca me he puesto a ello. No he tenido tiempo viviendo en la ciudad con una familia joven”, explicaba en una entrevista hace un par de años a Financial Times. Su deporte preferido es el tenis, al que juega con sus tres hijas. Tampoco tiene un yate, ni coches llamativos. Y no porque no pueda permitírselo, ya que en 2007 su salario, incluyendo el bonus, engordó su cuenta corriente con más de 39 millones de euros, cifra a la que sumó otros 64,6 millones en stock options.

Sí reconoce, sin embargo, su adicción al trabajo. Se levanta a las 5-5:30 de la mañana y dedica en torno a una hora y media a leer tres periódicos: el Financial Times, The New York Times y The Wall Street Journal, donde su nombre, y el de la empresa que preside, han llenado páginas en las últimas semanas y seguirán haciéndolo en los próximos días a cuento de Bear Stearns. ¿Guarda Dimon un último as en la manga?

Representa todo lo que Wall Street quiere de un líder. Es un visionario que sabe cómo hacer negocios desde las trincheras. Agazapado y listo para el ataque cuando el enemigo está a punto de caer exhausto. Para muchos es el mejor dealmaker de la Gran Manzana. Se llama Jamie Dimon, tiene 52 años, y actualmente lleva las riendas del tercer banco del mundo por activos y el segundo por capitalización de EEUU: JPMorgan Chase.