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Carlyle se la juega en España
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ES EL PRIVATE EQUITY QUE MÁS HA INVERTIDO EN 2006-07

Carlyle se la juega en España

Le gusta hacer las cosas un poco a contracorriente. Para empezar, tiene su oficina de representación en Barcelona. Desde allí, el gigante del capital riesgo Carlyle

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Carlyle se la juega en España

Le gusta hacer las cosas un poco a contracorriente. Para empezar, tiene su oficina de representación en Barcelona. Desde allí, el gigante del capital riesgo Carlyle hace y deshace en la piel de toro. Tanto, que en los dos últimos años ha sido la firma de private equity que más ha invertido en España. En total, 500 millones de euros de capital repartidos entre las dos operaciones cerradas en 2006 y 2007, cuyo importe global ascendió a 2.400 millones, según recoge un estudio de la escuela de negocios ESADE.

Presente en España de la mano de Pedro de Estebán, responsable de la oficina, Carlyle ha tardado varios años en dar con su momento de oportunidad. Primero, porque llegó más tarde que otros de sus competidores (CVC o Apax); luego, porque estaba algo apartado del circuito de Madrid, a pesar de que las ofertas de compra llegan a todos los potenciales interesados; y por último, porque la dimensión del mercado nacional no estaba probablemente ajustada al perfil de sus inversiones, generalmente superiores a los 500 millones.

Sin embargo, los dos últimos años han colocado a Carlyle en el top inversor en España. Todo fruto de dos inversiones. La primera se corresponde con la compra de Orizonia (la antigua Viajes Iberia propiedad de Iberostar) por 950 millones, para la que se asoció con la firma española Vista Capital. La segunda fue la adquisición de la firma de certificación Applus, controlada por Fenosa, Caja Madrid y Agbar, por la que desembolsó, de la mano de Caixa Cataluña, en torno a 1.500 millones.

Socio local

Curiosamente, en ambos casos, Carlyle ha ido siempre de la mano de un socio local. Y de la misma manera, ambas operaciones han tenido como centro gravitatorio Barcelona. Por lo tanto, no es una casualidad, si se tiene en cuenta que su creciente equipo directivo (Wagenberg, Aguila, Mazira...) está instalado en la ciudad condal. Precisamente, en la capital catalana, el fondo europeo de real estate fue finalmente el adjudicatario de la sede corporativa de Telefónica por 220 millones de euros.

Y esos son los números, aunque bien podrían haber aumentado de triunfar otras ofertas como la que hizo por Occidental Hoteles, que terminó en manos de Amancio Ortega y BBVA, o la de Panrico, el fabricante de bolleria industrial que fue a parar a Apax. En estas operaciones frustradas Carlyle su fue de vacío, entre otras cosas, por dinero. Un pero que algunos ponen al protagonismo alcanzado en estos dos últimos años por la firma americana, cuando se han pagado ratios muy elevados gracias a las facilidades de apalancamiento.

Nada que ver con su estrenó en España. En 2004, Carlyle adquirió la firma de piensos gallega Saprogal, una operación algo atípica para la firma, no por el negocio en sí, alejado del glamour de otros sectores, sino por el importe de la transacción. Sólo un año después, con varias adquisiciones de por medio, De Esteban vendió los piensos para animales a un competidor, la española Mercapital, por más del doble de lo pagado. Sin duda, un listón muy alto para el resto de inversiones.

Le gusta hacer las cosas un poco a contracorriente. Para empezar, tiene su oficina de representación en Barcelona. Desde allí, el gigante del capital riesgo Carlyle hace y deshace en la piel de toro. Tanto, que en los dos últimos años ha sido la firma de private equity que más ha invertido en España. En total, 500 millones de euros de capital repartidos entre las dos operaciones cerradas en 2006 y 2007, cuyo importe global ascendió a 2.400 millones, según recoge un estudio de la escuela de negocios ESADE.

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