'Caso Afinsa': Nadie quiere estar en la piel de Cuatrecasas

Nadie quiere estar en la piel de Cuatrecasas. El bufete con sede en Barcelona ha visto cómo su papel como asesor jurídico de Afinsa volvía otra vez a un primer plano después de que la Fiscalía Anticorrupción, según informó ayer la agencia Efe, haya acusado al despacho de dar pautas a la sociedad filatélica para esquivar la inspección fiscal de Hacienda.

Del papel de Cuatrecasas en el caso de la estafa de los sellos se lleva bastante tiempo hablando en los diferentes despachos del país. La clave es la figura de Tomás Olalde, que era consejero honorario de Afinsa a la vez que trabajaba en el bufete que preside Emilio Cuatrecasas.

Por camaradería o porque “nadie está libre de que le pase una cosa así”, subrayaba ayer el socio de otro bufete nacional, la posible vinculación de Cuatrecasas en el caso Afinsa ha vuelto a sacudir la actualidad del mundo de los despachos.

Hasta la fecha, los principios acusatorios sobre Cuatrecasas no se han sustanciado en una imputación. Tal vez por eso, el malestar en el seno del bufete catalán es aún mayor ya que, formalmente, el daño que puede sufrir su imagen no estaría justificado en base alguna. Sin embargo, la bola crece y hasta La Vanguardia, periódico con base en Barcelona, se hizo eco de la noticia servida por Efe.

Mecanismos de autocontrol

En el foro jurídico nadie se atreve a pronunciarse con rotundidad. “Cuesta creerse que un despacho no conozca la actividad de su cliente ni los servicios que le presta, así como que un socio pueda ir por libre”, comentan desde una pujante firma de Madrid. “A un cliente importante, que factura mucho, se le cuida”.

Sin embargo, la perplejidad es la nota predominante entre los del gremio. “Una firma del tamaño de Cuatrecasas tiene mecanismos de autocontrol, dotados de responsables y recursos, que deberían impedir cual práctica o actuación punible”, puntualiza otro jurista. “Por eso mismo, es difícil de imaginar que pueda darse una mala práctica”.