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Los accionistas de Gamesa avistan una opa de su matriz: la tentación de hacer caja ya
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Sube un 13% en bolsa

Los accionistas de Gamesa avistan una opa de su matriz: la tentación de hacer caja ya

Tras meses de especulaciones, el fabricante de turbinas se dispara en bolsa al confirmar el grupo alemán que estudia lanzar una opa para hacerse con el control total del negocio

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Los cinco años transcurridos desde que Gamesa unió sus fuerzas con la división de energía eólica del gigante alemán Siemens han sido para sus accionistas una montaña rusa en las que las bajadas han sido más frecuentes que las fases de subida. Ahora, tras meses de especulaciones, los inversores miran a los planes del grupo germano de lanzar una opa sobre el 33% del capital de Gamesa que no controla como la ocasión de poner un colofón digno a un periodo de sobresaltos. Así, las acciones del fabricante español de aerogeneradores se anotan alzas de hasta el 13% que le permiten maquillar las magulladuras acumuladas durante los últimos meses, que le han llevado a cotizar a sus niveles más bajos en más de años.

Siemens Gamesa nació bajo la confianza de poder capitalizar el previsible desarrollo de la industria eólica, en el marco de la transición energética, y por momentos, el entusiasmo despertado en torno a esta a partir de la pandemia del coronavirus pareció crear las condiciones para su despegue. En apenas diez meses, los títulos del fabricante vasco llegaron a revalorizarse cerca de un 250%.

Pero no eran pocas las voces que alertaban de que aquella era una escalada a la que le fallaban los cimientos y, a medida que aquel entusiasmo se fue diluyendo, y las decepciones se acumularon en torno a la evolución del negocio, la cotización pasó a protagonizar un derrumbe estrepitoso, que se ha llevado por delante la parte mollar de la remontada previa (al cierre del martes, cotizaba apenas un 28% por encima de los mínimos registrados en marzo de 2020).

La inflación y los problemas de suministros han agravado la situación de Siemens Gamesa

Gamesa ha sido víctima en este periodo de un entorno de mercado complejo, con un escenario competitivo muy fuerte, que ha erosionado la rentabilidad de su negocio, especialmente en el ámbito de la eólica 'onshore' (las turbinas ubicadas en tierra firme). Los problemas de las cadenas de suministro y los aumentos de costes derivados del actual escenario inflacionario no han hecho sino agravar esta situación.

Pero los pesares de la compañía también nacen de una convulsa gestión, reflejada en los sucesivos relevos en su equipo de dirección, y los problemas técnicos derivados del lanzamiento de su plataforma 'onshore' 5.X, que han acabado situando al grupo en una posición financiera vulnerable (con una deuda neta que se multiplicó por 2,2 veces en el último año, hasta superar los 1.700 millones de euros).

El descalabro sufrido por las acciones de Gamesa podría sustentar la idea de que para Siemens Energy se presenta una ocasión ideal para hacerse con el control total de su filial a precios de derribo. La buena reacción de sus acciones, que subían algo más de un 2% a media sesión, apuntalaría esta visión.

Foto: Turbina de Siemens Gamesa. (Reuters/Vincent West)

Son varias las cuestiones que podrían justificar, desde el lado del grupo alemán, un movimiento de este tipo, desde la simplificación de su estructura al incremento de su ‘huella verde’, pasando por cuestiones más fundamentales como las sinergias de costes o el potencial de venta cruzada y desarrollo de nuevos productos. Siemens Energy siempre ha mantenido su confianza en que la energía eólica sea uno de los principales arietes de su crecimiento y lo cierto es que nada de lo ocurrido en los últimos tiempos resta un ápice al potencial futuro de una industria llamada a liderar la provisión de energía en las próximas décadas.

Sin embargo, antes de alcanzar esa prometedora cima, es probable que la compañía tenga aún que atravesar un largo periodo de tribulaciones, en el que previsiblemente se incluiría una ampliación de capital que los analistas de Alantra estiman en alrededor de 2.000 millones de euros (más de un 20% de su capitalización al cierre del martes). Aunque muchos de estos problemas pueden estar ya recogidos en cotización –como sugieren en la propia Alantra, donde este miércoles han retirado la recomendación de venta sobre las acciones de Gamesa– parece difícil que en tales circunstancias pueda prender a corto plazo la mecha del optimismo en torno a la compañía.

El mercado contempla una ampliación de capital, que podría rondar los 2.000 millones

Los accionistas del fabricante español de aerogeneradores que no estén dispuestos a aguantar hasta que la tormenta escampe podrían encontrar, por lo tanto, una interesante vía de escape en la oferta de Siemens Energy. Aunque, obviamente, todo dependería del precio ofrecido y, lo cierto, es que por esa vía tampoco hay razones para augurar muy buenas noticias. Al fin y al cabo, aunque para Siemens pueda ser interesante librarse de los minoritarios de Gamesa, no dejaría de ser un movimiento para reforzarse en una compañía que ya controla. Y los problemas que arrastra el grupo no invitan a pensar en una oferta especialmente generosa.

“Considerando las circunstancias, no esperaríamos una oferta muy generosa de Siemens Energy. Será inferior a los 20 euros por acción pagados a Iberdrola por una participación del 8% en febrero de 2020”, observan en Bestinver.

Al cierre del martes, las acciones de Siemens Gamesa cotizaban a 14,13 euros, casi un 30% por debajo del precio objetivo medio que le otorgan los analistas, que se ubica por encima de los 18 euros, casi a la par con el precio objetivo medio de la cotización en los últimos seis meses. Parece difícil que su matriz se aleje mucho en su propuesta de esos niveles, por lo que a estas horas prácticamente la mitad de la cosecha estaría ya recogida.

Los cinco años transcurridos desde que Gamesa unió sus fuerzas con la división de energía eólica del gigante alemán Siemens han sido para sus accionistas una montaña rusa en las que las bajadas han sido más frecuentes que las fases de subida. Ahora, tras meses de especulaciones, los inversores miran a los planes del grupo germano de lanzar una opa sobre el 33% del capital de Gamesa que no controla como la ocasión de poner un colofón digno a un periodo de sobresaltos. Así, las acciones del fabricante español de aerogeneradores se anotan alzas de hasta el 13% que le permiten maquillar las magulladuras acumuladas durante los últimos meses, que le han llevado a cotizar a sus niveles más bajos en más de años.

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