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Las grietas de Evergrande muestran las vulnerabilidades del mercado global
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Las grietas de Evergrande muestran las vulnerabilidades del mercado global

Los tambaleos del grupo promotor ponen en marcha una serie de conexiones que amenazan con generar daños a la economía y los mercados globales si no se taponan a tiempo

Foto: Foto: EC.
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Los tambaleos del gigante inmobiliario chino Evergrande hacen zozobrar este lunes los mercados financieros globales. Tras varias semanas de crecientes preocupaciones, la confirmación de que este lunes la promotora, con más de 300.000 millones de euros en pasivos (con una parte no reducida de esta deuda colocada entre inversores internacionales), no podrá efectuar el pago de las deudas que le vencen ha desencadenado una ola de tensión que desde los mercados asiáticos se ha ido extendiendo hacia Occidente, evidenciando que los inversores no esperan que este vaya a ser un quebradero de cabeza únicamente para las autoridades chinas.

Es cierto que, frente a la retórica más catastrofista, entre los expertos sigue predominando la idea de que Evergrande no supondrá un nuevo 'momento Lehman' en versión china. Pero esta visión reposa, principalmente, en la creencia de que las autoridades del país harán todo lo posible por evitar un colapso desordenado de la promotora y lograrán cortar así los riesgos de contagio. Sin embargo, la posibilidad de que no todas las piezas de este escenario acaben encajando no puede obviarse.

Lo primero que debe entenderse es que las dificultades de Evergrande son reflejo de sus propios excesos. Los de un grupo que ha crecido a un ritmo vertiginoso, apoyándose en unos niveles de apalancamiento sobrecogedores, que no ha dudado en adentrarse en múltiples ramas de actividad (desde los parques temáticos o el fútbol a la alimentación y los vehículos eléctricos) y que ha sido incapaz de adaptarse a la velocidad necesaria cuando la regulación ha bloqueado —por medio de la política de las 'tres líneas rojas'— su 'modus vivendi', basado en cubrir sus deudas con más deuda.

Las tensiones ya se han traducido en un encarecimiento del crédito 'high yield' chino

Pero la reacción de los inversores evidencia que las dudas van más allá de las fallas de gestión particulares del grupo que dirige Hui Ka Yan. La mirada se posa ahora en otros grupos inmobiliarios chinos que podrían estar expuestos a similares vulnerabilidades. Este lunes, los grupos inmobiliarios incluidos en el índice Hang Seng de Hong Kong se dejaron más de un 6,6% de su valor y la promotora Sinic fue suspendida de cotización cuando se desplomaba un 87%.

La preocupación por los excesos del sector inmobiliario de China no es una novedad en los mercados. Pero, hasta la fecha, la solidez del crecimiento de la industria ha podido ocultar cualquier desequilibrio. Ahora, sin embargo, son varias las firmas que pronostican una progresiva ralentización del sector que mostrará a las claras quién navega 'desnudo'. Y podrían ser más de los que tradicionalmente se ha asumido.

Foto: Oficinas de China Evergrande en Hong Kong. (Reuters)

E incluso, aunque no fuera así, el simple temor a que lo fuera podría tener consecuencias fatales. Las preocupaciones de los inversores ante el presumible impago de la deuda de Evergrande ya se han traducido en un incremento de los costes de financiación de la deuda 'high yield', que casi se han duplicado en los últimos ocho meses, lo que podría poner en apuros a un amplio número de compañías, multiplicando exponencialmente el riesgo de contagio. Según cálculos de UBS, el sector inmobiliario chino en su conjunto acumula más de 4,7 billones de dólares (algo más de cuatro billones de euros) en pasivos.

El camino para que una oleada de quiebras en el sector inmobiliario chino se traduzca en dificultades para la banca del país resulta bastante obvio. Y desde ahí las interconexiones con la economía global son mucho más significativas. Además, el riesgo de que todo esto se traduzca en una pérdida sostenida de pujanza de la economía china —renace la amenaza del 'aterrizaje forzoso'— puede tener, obviamente, un efecto arrastre sobre el crecimiento mundial y la demanda de determinados productos. El hundimiento de los precios del mineral de hierro este lunes y el fuerte castigo a compañías como ArcelorMittal parecen reflejar tensiones de este tipo.

En el mercado se espera que el Gobierno chino evite una caída desordenada de Evergrande

No cuesta, en cualquier caso, atisbar la manera como el Gobierno de Xi Jinping puede acotar las amenazas, evitando una caída desordenada de Evergrande y facilitando la provisión de liquidez para el resto del sector. Pero también es cierto que las autoridades chinas, en sus más recientes intervenciones económicas, no se han mostrado especialmente predecibles —no hay más que ver su embestida contra su propio sector tecnológico en los últimos meses— y que actuar en favor de Evergrande o de cualquier otra promotora en dificultades iría en contra de la estrategia seguida en los últimos tiempos, tendente a dificultar una asunción de riesgos excesiva en el sector privado. Evitar el accidente ahora podría ser dar patadas adelante a un problema más de fondo.

Sea como fuere, tampoco puede perderse de vista que la amenaza que representa Evergrande cae sobre un mercado que viene lidiando desde hace meses con una serie de dificultades que resquebrajan el relato que sostuvo la bonanza de inicios de año (desaceleración del crecimiento económico, inflación sostenida y distorsiones de las cadenas de producción, reversión de algunas políticas de estímulo o las dificultades de Joe Biden en EEUU para sacar adelante sus más contundentes planes de inversión) y que cuestionan su persistencia en valoraciones históricamente elevadas. El MSCI World ha sumado más de un 90% en los últimos 16 meses y no anda sobrado de argumentos para seguir escalando. Cualquier aporte negativo puede inclinar la balanza del otro lado.

Las pérdidas que sufran los acreedores de Evergrande y de algún otro grupo chino que se vea azotado por la tormenta pueden dar pie a ventas forzosas para cubrir pérdidas, que aumenten las caídas en los mercados, situando en dificultades a otros inversores y aumentando el nerviosismo. La espiral del miedo sobre el parqué puede resultar especialmente nociva en un momento de dudas y valoraciones exigentes como el actual.

Puede que Evergrande nunca llegue a provocar un 'momento Lehman' en China ni mucho menos a escala global. Algunos analistas esperan más que pueda resultar un 'momento LTCM', en el que la intervención de las autoridades logró contener las tensiones que generó el hundimiento de aquel fondo. Entonces, como ahora, el mercado vivía un periodo de bonanza que pudo prolongarse durante varios trimestres más al evitarse el colapso con que amenazaba LTCM. Pero las grietas que aquel episodio sacó a la luz terminaron por traducirse en una dura crisis del mercado desde inicios del 2000. Con Evergrande, caiga o no, no desaparecerán tampoco las vulnerabilidades que hoy cercan a los inversores.

Los tambaleos del gigante inmobiliario chino Evergrande hacen zozobrar este lunes los mercados financieros globales. Tras varias semanas de crecientes preocupaciones, la confirmación de que este lunes la promotora, con más de 300.000 millones de euros en pasivos (con una parte no reducida de esta deuda colocada entre inversores internacionales), no podrá efectuar el pago de las deudas que le vencen ha desencadenado una ola de tensión que desde los mercados asiáticos se ha ido extendiendo hacia Occidente, evidenciando que los inversores no esperan que este vaya a ser un quebradero de cabeza únicamente para las autoridades chinas.

Xi Jinping Guangzhou Evergrande
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