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Cómo tomar buenas decisiones financieras en tiempos de coronavirus
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cuatro contextos diferentes, a examen

Cómo tomar buenas decisiones financieras en tiempos de coronavirus

Un análisis global (que tenga en cuenta todos los aspectos, personales, familiares y profesionales) y un asesoramiento especializado, la 'vacuna' contra los efectos del covid-19

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La pandemia ha paralizado la economía, creando una crisis financiera y empresarial que va a tener un impacto claro en nuestras vidas y planes, no solo en el corto plazo. Muchos inversores se enfrentan a problemas de liquidez y necesidad de rentas, otros a la pérdida de valor de sus carteras, en otros casos los efectos de la pandemia han supuesto interrumpir los proyectos profesionales y personales, mientras que otro grupo de inversores tienen que afrontar la gestión de su patrimonio inmobiliario y empresarial en un entorno marcado por la incertidumbre, en el que no están claros ni los plazos ni el desarrollo a medio plazo.

Ante todo, hay que recordar que las decisiones financieras forman parte de nuestro proyecto vital y profesional, que es fundamental mantener la calma y tener claros nuestros objetivos para el medio y largo plazo, y así poder resolver nuestros problemas en el corto. Y para ello es básico tener un plan financiero global en el que la cartera de inversión es solo una parte.

¿Qué hago si necesito liquidez y rentas?

Son muchos los inversores que contaban en su día a día o para sus planes a corto plazo con ingresos procedentes, por ejemplo, del alquiler de locales comerciales cuyos inquilinos han tenido que cerrar y no pueden afrontar los pagos. O con los dividendos de su cartera financiera, que ahora han caído o se han suspendido, y vender implica asumir pérdidas tras las caídas que vimos en marzo. Otros profesionales han visto que aunque en su plan habían incluido el cobro de un bonus, ahora puede haber sido eliminado o pospuesto.

En este caso surgen varias preguntas: ¿cómo mantenemos nuestro nivel de vida? ¿Tenemos que ajustar nuestro plan financiero? ¿Nos conviene vender algún activo y, en ese caso, cuál? Aquí resulta fundamental hacer un balance de situación, analizar la composición de nuestro patrimonio, distinguiendo entre activos líquidos e ilíquidos, y también entre aquellos capaces de generar, o no, rentas.

Es fundamental hacer un balance de situación y analizar la composición de nuestro patrimonio

Estudiar a fondo el estado de la economía familiar, definir un fondo de emergencia para cubrir nuestro nivel de vida en los próximos seis meses (y de dónde saldrá ese dinero para que tenga el menor impacto financiero y fiscal en nuestros planes), quizá ajustar los gastos en el corto plazo, definir una provisión de fondos para el medio plazo, comprobar si podemos hacer ajustes en nuestra cartera financiera o si necesitamos vender alguno de esos activos poco líquidos e invertirlos para obtener en el medio y largo plazo lo que necesitamos.

La mayoría de las veces un análisis financiero en detalle nos revela opciones en las que no habíamos caído. Una herramienta para resolver dudas a la hora de escoger un plan adecuado es la web de Abante.

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¿Mi cartera lo está haciendo bien?

Muchos inversores se han enfrentado a bruscas caídas en los últimos meses. En algunos casos, el movimiento de vuelta de los mercados no se ha reflejado en una recuperación de la inversión. La sensación no es nueva, muchos inversores sienten que van con el paso cambiado o que no terminan de acertar con los vehículos y productos adecuados.

El aspecto crucial es preguntarse si en este tiempo hemos contado con la información y las herramientas apropiadas para gestionar adecuadamente la volatilidad de los mercados. La suma de inversiones directas autogestionadas, sean en fondos o acciones, sin una estrategia definida o la delegación en contratos de gestión de carteras, aunque se ajusten a nuestro perfil, pueden producir resultados no deseados al no contar con la flexibilidad necesaria para utilizar opciones de cobertura o, en su caso, ganar exposición a mercado de forma ágil y barata.

A la hora de invertir, el vehículo es tan importante como la manera de dirigirse a los mercados

Quizás es el momento de dejarse ayudar por profesionales. Porque a la hora de invertir, el vehículo es tan importante como la manera de dirigirse a los mercados. Una adecuada distribución de activos, sin sesgos ni ataduras en estilos de gestión específicos (value, indexados...).

Una buena selección de fondos, de la mano de equipos especializados y dedicados en exclusiva a analizar, elegir y combinar con coherencia, sensatez e independencia los gestores en los que materializar la inversión; y una gestión activa, flexible y prudente, solo es posible desde un modelo enfocado en la persona y sus proyectos, que entiende que la rentabilidad sirve a estos y no al revés. Pregunta a los expertos si tu cartera se ajusta realmente a tus necesidades.

Planes interrumpidos: ¿qué opciones tengo?

Muchos profesionales contaban con el plan de incentivos de la empresa y el bonus para acumular el dinero que necesitaban para una jubilación que ya no estaba muy lejos, o para pagar la educación de unos hijos que están en la etapa universitaria y ayudarles a arrancar su propio proyecto personal, o contaban con ese bonus y la venta de un activo para poder iniciar una segunda etapa profesional en un par de años cuando les prejubilase su empresa...

Estos días de incertidumbre se preguntan: "Y ahora que ya no cuento con ese ingreso debido a la crisis del covid-19, ¿qué hago? ¿Retraso la jubilación? ¿Vendo parte de mis activos financieros para conseguir la liquidez que necesito este año y el que viene? ¿Descarto la idea de montar mi propio negocio dentro de 18-36 meses? ¿Cuál es la mejor opción para continuar adelante con mis planes?"

Debemos partir de una planificación financiera global con definición de los objetivos

Si lo que quiero es poder emprender un nuevo proyecto dentro de dos años, podré hacer las cuentas de lo que necesito y trazar la hoja de ruta para alcanzarlo. Quizá puedo compensar esta caída de ingresos por el parón económico con la venta de algún activo, o cambiando mi cartera de inversión para buscar una mayor rentabilidad en el medio plazo… Aquí, nuestro plan debe valorar no solo el coste del negocio, sino con cuánto dinero (gasto) queremos vivir, porque un objetivo y otro se influyen.

O si mi objetivo es vivir cuando me jubile dentro de cinco años con unas rentas (complementarias a la pensión de la Seguridad Social) de 2.000 euros al mes, ¿cómo compenso haber dejado de recibir mi bonus este año para alcanzar la cifra que necesitaré en ese plazo? Nuestro plan financiero debe plantear para diferentes escenarios (capacidad de ahorro, rentabilidad objetivo de mis inversiones financieras, coste y rentabilidad de mis activos no financieros, etc.) qué decisiones tengo que tomar para conseguir dicho objetivo. Quizá me interese plantearme la posibilidad de la jubilación activa para compensar mi plan.

Para despejar estas incógnitas debemos partir de un ejercicio de planificación financiera global con una definición de los objetivos: ¿qué quiero? Para, a continuación, cuantificar dichos objetivos, analizar las opciones que tenemos, partiendo de nuestra actual situación patrimonial y necesidades de liquidez. Poner en números nuestra situación, con un análisis de nuestro patrimonio y nuestros objetivos, nos ayudará a encontrar la respuesta en cada caso. A priorizar gastos y a construir la cartera financiera que mejor nos va a ayudar. En este sentido, Abante ofrece ayuda para reactivar los planes.

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Empresa familiar: ¿cómo superaremos la crisis?

En el caso de las empresas familiares, en momentos como el actual surgen conflictos de intereses que no son fáciles de resolver. Hay miembros de la familia que solo cuentan con el dividendo como parte de sus rentas, a los que les costará renunciar al mismo. Pero hay otros que, además de ser accionistas, son trabajadores de la empresa.

¿Es mejor repartir el dividendo o utilizar ese dinero como colchón para afrontar un año que puede ser difícil? ¿Me deshago de algún activo no estratégico para tener más liquidez en este entorno? ¿Tiene sentido realizar inversiones ahora para aprovechar las oportunidades y salir fortalecidos? ¿Me interesa recurrir a alguna fuente de financiación externa y, en ese caso, a cuál? ¿Qué ayudas públicas podría solicitar en caso de necesitarlas? ¿Cómo podría flexibilizar mis planes para adaptarme mejor a este entorno cambiante?

La solución pasa por un análisis estratégico del negocio, de activos, pasivos, ingresos y gastos

La solución pasa por un análisis estratégico del negocio, de los activos, pasivos, ingresos y gastos. Y ayuda que lo haga un experto externo sin ese conflicto de intereses para resolverlo, no solo haciendo los números, sino también un análisis de las alternativas. Consulta con un experto cómo trazar un plan de acción sólido para afrontar los retos estratégicos.

En todos los casos se pone de manifiesto la importancia de un análisis global, que tenga en cuenta todos los aspectos, financieros, personales, familiares y profesionales, y un asesoramiento especializado, que abarque desde la distribución de activos y selección de inversiones hasta el análisis patrimonial, fiscal, inmobiliario, empresarial o sucesorio. Para gestionar la incertidumbre, la mejor receta es el acompañamiento independiente y a la medida de su asesor financiero.

La pandemia ha paralizado la economía, creando una crisis financiera y empresarial que va a tener un impacto claro en nuestras vidas y planes, no solo en el corto plazo. Muchos inversores se enfrentan a problemas de liquidez y necesidad de rentas, otros a la pérdida de valor de sus carteras, en otros casos los efectos de la pandemia han supuesto interrumpir los proyectos profesionales y personales, mientras que otro grupo de inversores tienen que afrontar la gestión de su patrimonio inmobiliario y empresarial en un entorno marcado por la incertidumbre, en el que no están claros ni los plazos ni el desarrollo a medio plazo.

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