'Convergencia 2.0': la deuda pública española vive su mejor racha desde los 90
Los inversores llevan siete trimestres consecutivos comprando bonos españoles. Desde que Draghi salió a defender el euro, el rendimiento ha bajado un 50%
"Dentro de nuestro mandato, estamos preparados para hacer lo que sea necesario para salvar al euro. Y créanme, será suficiente". Esta afirmación, pronunciadapor el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, es, sin duda, la frase económica y financiera más evocada y usada desde que fue pronunciadaen julio de 2012. Con esa declaración, el banquero italiano suscribió un compromiso histórico con el futuro de la Unión Económica y Monetaria (UEM) y la divisa europea. Y dio paso a la que está siendo para la deuda pública española la mejor racha desde la fase previa a la incorporación de España al euro, con siete trimestres consecutivos de compras de bonos.
Entre abril de 1997 y diciembre de 1998, los inversores adquirieron deuda española de forma ininterrumpida. Siete trimestres consecutivos sin descansos y con descensos continuos de la rentabilidad -quebaja cuando el precio de los títulos sube-. Con el proceso de convergencia acelerándose para llegar a tiempoal nacimiento oficial del euro en 1999 y con la deuda española en plena transición desde unos tipos de interés de doble dígito hacia otros históricamente reducidos para lo que era costumbre en España, los inversores corrieron para pescar los rendimientos de 1997 y 1998antes de que el interés del bono a 10 años fuera alineándose con el 3% al que debutaron los tipos oficiales cuando nació el euro. En ese proceso, la rentabilidad viajó del 7,2 al 3,96%. Es decir, se relajó un 45%.
Más de 15 años después, la deuda española atraviesa una secuencia similar. Y no es casual. Porque ese primer proceso de convergencia de finales de los 90 se está reproduciendo ahora. Esta convergencia 2.0, que resulta aún más complicada porque el euro ya está en circulación, ha estado propiciada por Draghi.
Aquel histórico mensaje de julio de 2012, equipado mes y medio despuéscon el lanzamiento de un nuevo programa de compras de deuda (OMT), fue lanzado para acabar con la amenazantefragmentación financiera vigente entonces, manifestada en las elevadas primas de riesgo de los periféricos, y abrir un nuevo proceso de convergencia, esto es, una fase en la que los costes de financiación públicos y privados tiendan a unificarse de nuevo en los países que comparten el euro como moneda oficial.
Y lo viene consiguiendo. En el caso español, justo antes del mensaje de Draghiel rendimiento del bono estaba más cerca del 8 que del 7% y la prima de riesgo, que mide la diferencia entre este rendimiento y el de los bonos alemanes a 10 años, rondaba los 650 puntos básicos. Es decir, unos niveles que no se veían desde los tiempos de la peseta... aunque ya con el euro sobre la mesa.
Aunque la 'convergencia 2.0' ha reducido la brecha entre los bonos españoles y alemanes, la prima de riesgo actual supera en 17 veces la vigente cuando nació el euro
Pero el compromiso de Draghilo cambió todo. Como selló las costuras del euro, permitió el retorno de los capitales que se habían batido en retirada de los países periféricos hasta julio de 2012. Al mismo tiempo, el paraguas del BCE y su OMT sirvió para que España pudiera financiarse en mejores condiciones y permitió ganar tiempo para ejecutar el rescate financiero y progresar en el saneamiento de la banca, así como para implementar medidas que redujeran el déficit público. Adicionalmente, la racha se ha alargado por la rebaja de los tipos de interés oficiales, que desde el discurso de 2012 han pasado del 0,75 al mínimo histórico del 0,25%; por el flujo mundial de capitales en busca de rendimientos superiores a los que ofrecen los bonos estadounidenses o alemanes; y por la salida de la recesión por parte de la economía española.
Todo ello está haciendo posible que, como en la primera convergencia, la deuda española vaya a cerrar ahora siete trimestres seguidos de compras. Desde el 6,3% con el que terminó el segundo trimestre de 2012, ha pasado al 3,25%. Es decir, el interés más reducido desde finales de 2005 y, sobre todo, unos nivelesque vuelvena ser propiosde los tiempos deleuro -y no de la peseta-. En el balance acumulado en los 21 últimos meses, la rentabilidad se ha moderado cerca de un 50%.
Esta oleada compradora se ha notado igualmente en los bonos a dos y cinco años, que también van a culminar en marzo su séptimo trimestre consecutivo de compras. En este periodo, la rentabilidad de los primeros ha descendido del 4,27 al 0,73% y la de los segundos, del5,55 al 1,87%.
Pero la convergencia 2.0 aún se encuentra lejos de estar completa. Así lo refleja la prima de riesgo.Aunque se ha moderado ya hasta los 171 puntos básicos, con lo que se ha estrechado un 73% desde los máximos registrados en julio de 2012, todavía marca una distancia demasiado grande para tratarse de los bonos de la mayor economía de la Eurozona -Alemania- y la cuarta -España- y para ser la deuda de dos países con una divisa común -el euro- y unos mismos tipos de interés -los que establece el BCE-.
De hecho, esa prima casi duplica la media registrada desde 1999, que se limita a 93 puntos básicos. Más aún, al término de los siete trimestres de compras del primer proceso de convergencia, los bonos españoles apenas pagaban 10 puntos básicos más que los alemanes, es decir, 17 veces por debajo de la brecha actual.
Por tanto, aunque los niveles actuales no asustan como los de 2012, los expertos avisan de que convieneno perder de vista la necesidad de lograr más progresos. Es decir, subrayan la necesidad de aprovechar las extremadamente favorables condiciones actuales-con los tipos en mínimos históricosyel compromiso de Draghi de "hacer lo que sea necesario para salvar euro" aún vigente- para adoptar medidas orientadas a reducir el déficit público y reactivar el crecimiento.
En este sentido, los analistas de Barclays recuerdan que "los países de la Eurozona van a salir de la crisis con niveles de deuda pública sin precedentes". Y entre ellos figura España. Si antes de la crisis la deuda pública era inferior al 40% del Producto Interior Bruto (PIB), en 2014 esa proporción rozará el 100% y en 2017, según las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), superará el 105%.
Para entonces, debería estar en marcha ya unproceso de normalización monetaria que iría encareciendo paulatinamente los costes de financiacìón. De hecho, esos mismos expertos de Barclays contemplan que eseprogresivo aumento de loscostes comenzará a lo largo de2014. Todo un aviso para los inversores, que verán cómo se va despidiendoel favorable ciclo de la deuda pública -muy lucrativo sobre para los fondos de inversión que la han tenido en cartera-, y para el Estado, que pagará una factura creciente por endeudarse, con el consiguiente riesgo en caso de no reducir el déficit y la emisión de deuda.
"Dentro de nuestro mandato, estamos preparados para hacer lo que sea necesario para salvar al euro. Y créanme, será suficiente". Esta afirmación, pronunciadapor el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, es, sin duda, la frase económica y financiera más evocada y usada desde que fue pronunciadaen julio de 2012. Con esa declaración, el banquero italiano suscribió un compromiso histórico con el futuro de la Unión Económica y Monetaria (UEM) y la divisa europea. Y dio paso a la que está siendo para la deuda pública española la mejor racha desde la fase previa a la incorporación de España al euro, con siete trimestres consecutivos de compras de bonos.