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La maldición del paso del corto al largo
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La maldición del paso del corto al largo

Que no les engañen. Ni Mamá es una película para pasar realmente miedo, ni el sello Guillermo del Toro (productor) la hace especial. Es, simplemente, una

Que no les engañen. Ni Mamá es una película para pasar realmente miedo, ni el sello Guillermo del Toro (productor) la hace especial. Es, simplemente, una cinta más. O para ser más claros, es el ejemplo de por qué en ocasiones es mejor no convertir cortometrajes de éxito en largometrajes.

Allá por el año 2010, el director mexicano se fijaba en el corto del mismo nombre de Andy Muschietti. Una producción de unos escasos 3:18 minutos pero que producía en el espectador una sensación de eternidad dado el miedo que generaba. A partir de ahí, la idea de Del Toro fue convertirlo en largometraje.

Sin embargo, como ya ocurriera con District 9, Mamá pierde todo su valor por el camino. Aquí, a pesar de lo visto en el trailer, los sustos son contados y la mayoría de ellos son trucos ya muy trillados. ¿A quién le sorprende a estas alturas ver a un actor iluminando una habitación con el flash de una cámara de fotos? Y eso que Muschietti demuestra que sabe cómo dirigir una película de este género y "engañar" al espectador.

Pero, en general, la cinta no cumple las expectativas. Le falta enseñar menos y sugerir más. Generar tensión en el espectador por no saber ante lo que se va a encontrar. No puede ser que la "mamá" provoque más carcajadas que miedo. De hecho, en una de las escenas, será inevitable para muchos acordarse de aquel peluquín de Homer Simpson que cobraba vida en uno de los especiales de Halloween de Los Simpson.

No obstante, sería injusto no alabar el papel de las dos niñas, sobre todo el de la más pequeña, quien con sólo una mirada provoca más terror que la propia "mamá". También es muy notable la actuación de Jessica Chastain, la más que probable ganadora del Oscar por su papel en La noche más oscura. Asimismo, la música del español Fernando Velázquez resulta imprescindible para generar algo de tensión en el espectador.

Que no les engañen. Ni Mamá es una película para pasar realmente miedo, ni el sello Guillermo del Toro (productor) la hace especial. Es, simplemente, una cinta más. O para ser más claros, es el ejemplo de por qué en ocasiones es mejor no convertir cortometrajes de éxito en largometrajes.