Antonio Pérez, el alma 'digital' de la Kodak del siglo XXI

Aunque es uno de los españoles más importantes dentro del mundo empresarial, su discreción le ha hecho pasar desapercibido dentro de nuestras fronteras. Se puso al frente de una de las más grandes compañías cuando atravesaba sus horas más bajas y la ha devuelto a lo más alto del escalafón internacional. Antonio Pérez no sólo es desde 2005 el presidente y consejero delegado de Eastman Kodak, sino que se ha convertido en el alma de la renovada compañía.

Este vigués de 63 años ha logrado salvar a uno de los iconos estadounidenses de la extinción. La llegada de la era digital pilló a Kodak fuera de juego. Cuando Pérez se unió a la compañía fotográfica en 2003 como director de operaciones, la empresa acumulaba una deuda de 3.500 millones de dólares. En Wall Street se barajaba la cada vez más segura posibilidad de que tuviera que desprenderse de buena parte de sus activos e, incluso, de que acabara desapareciendo.

Ante este panorama, Pérez tuvo que remangarse y cambiar completamente la estructura de Kodak para lograr que volviera a ser rentable. De hecho, en 2008, pese a que muchas empresas estaban en pérdidas como consecuencia de la crisis, Kodak logró un beneficio neto de 339 millones de dólares. No en vano, en Estados Unidos se ha ganado el sobrenombre de ‘el guerrero digital’.

Ahora la compañía se encuentra sumida en plena batalla para no verse pisoteada por los nuevos gigantes tecnológicos. Sin ir más lejos, ayer Kodak presentó una demanda contra Apple y Research in Motion Limited por infringir sus patentes sobre tecnología de imagen digital en el iPhone y la Blackberry.

Casado y con una hija, Pérez vive en Nueva York dónde Kodak tiene su sede, aunque no desperdicia ninguna oportunidad para volver a su tierra. Dejando a un lado vacaciones, en las ocasiones que tiene que volar a Europa aprovecha para hacer un alto en el camino en el aeropuerto de Peinador, dónde ya están acostumbrados a ver estacionado el jet privado de la compañía.

Ingeniero de Telecomunicaciones, ha desarrollado prácticamente toda su carrera profesional en el extranjero. Nada más recibir el diploma del MBA que cursó en la escuela de negocios Insead, fue contratado por el fabricante de video, Scully, y de su mano cruzó el charco a la tierra de las oportunidades.

Volvió a España fichado por Hewlett Packard, para la que trabajó 25 años y llegó a ser el máximo responsable de marketing del grupo en Europa.

Su historia es la de un hombre incapaz de quedarse quieto en el mismo sitio. HP le volvió a mandar a EEUU y se instaló en San Diego desde donde dirigió el negocio de imágenes digitales e impresión electrónica.

Poco antes de aterrizar en Kodak, se incorporó a la francesa Gemplus Internacional, especializada en la fabricación de tarjetas inteligentes con los que trabajó sólo tres años.