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Maleni Álvarez a Polanco: "Qué bien te veo, Jesús, qué buen aspecto tienes, y qué moreno estás..."
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Maleni Álvarez a Polanco: "Qué bien te veo, Jesús, qué buen aspecto tienes, y qué moreno estás..."

Diálogos como este –divertidos unos, surrealistas otros, fuera de lugar casi todos, algunos incluso crueles- pudieron escucharse ayer por docenas, inmediatamente después de que José Luis

Foto: Maleni Álvarez a Polanco: "Qué bien te veo, Jesús, qué buen aspecto tienes, y qué moreno estás..."
Maleni Álvarez a Polanco: "Qué bien te veo, Jesús, qué buen aspecto tienes, y qué moreno estás..."

Diálogos como este –divertidos unos, surrealistas otros, fuera de lugar casi todos, algunos incluso crueles- pudieron escucharse ayer por docenas, inmediatamente después de que José Luis Rodríguez Zapatero concluyera la lectura de un tal “Informe Económico del Presidente del Gobierno 2007” redactado, un suponer, por David Taguas, y los más ricos del lugar se fundieran con políticos y periodistas, churras con merinas, en el copetín servido en el primer piso del edificio sede de la Bolsa madrileña, plaza de la Lealtad, escenario de la memorable sesión de teatro con la que el señor Presidente obsequió ayer a los representantes del Ibex 35.

“Quién nos iba a decir a nosotros hace apenas 10 años, fulanito, que bancos y empresas españolas iban a estar por el mundo como están hoy...”, se admiraba Matías Rodríguez Inciarte, número tres del Santander, a dos pasos de un corrillo expectante donde el propio ZP, la cabeza ligeramente inclinada como para una confidencia, las manos moviéndose a derecha e izquierda, y esos penetrantes ojos azules que tanto encandilan a las damas progres, mientras Botín, que le había subido abrazado y casi en volandas nada más terminar el parlamento, hacía corro con Pep Oliú, César Alierta e Isidoro Álvarez, y Luis del Rivero zascandileaba de árbol en árbol como ardilla inquieta.

Se está quedando calvete nuestro presidente, señal inequívoca de los disgustos que da el Poder, como revelaban las cámaras cuando, inclinado sobre el atril, leía el papel y mostraba al respetable su antaño poblada azotea craneal. Estamos sin duda ante el Presidente del Gobierno con la cabeza peor amueblada de la democracia, y por eso pasa lo que pasa, pero estamos también, y de lejos, ante el más simpático. Es tan simpático el tío que la gente tiene tendencia a perdonarle todos sus fallos. O casi.

Como no tiene ni pajolera idea de lo que lee –imagínense, las razones del déficit por cuenta corriente y cosas así- porque no lo ha escrito él y porque para entenderlo necesitaría algo más que un par de tardes, no sabe dónde enfatizar, dónde hacer hincapié, dónde el orden lógico del discurso reclama la adecuada entonación, de modo que al final resulta una lectura monocorde y plana, carente de la menor emoción. Es como si leyera La Ilíada en griego clásico. Y naturalmente en verso.

Pero es tan simpático, que todo se le perdona. La presentación del tal Informe Económico ayer –casi una humorada, claramente un mitin electoral, en todo caso una acto de propaganda- fue, según el propio Zapatero, “una decisión de calidad democrática”, lo que oyen, textual, lo cual que Manuel Conthe, cuya ausencia ayer llamó poderosamente la atención, debe estar partiéndose de risa.

Digo que lo de ayer fue una humorada porque en España existen suficientes instrumentos estadísticos y sobrados servicios de estudios para mantener informado al personal, especializado o no, sobre la marcha de la economía y las grandes cifras macro. Empezando por el Banco de España, una de cuyas funciones es precisamente esa. Pretender que Presidencia del Gobierno –esté ocupada por ZP, Rajoy o Perico el de los Palotes- realice una visión objetiva de la situación económica y sus perspectivas es pedir peras al olmo, un imposible metafísico, más aún en época electoral.

Diálogos como este –divertidos unos, surrealistas otros, fuera de lugar casi todos, algunos incluso crueles- pudieron escucharse ayer por docenas, inmediatamente después de que José Luis Rodríguez Zapatero concluyera la lectura de un tal “Informe Económico del Presidente del Gobierno 2007” redactado, un suponer, por David Taguas, y los más ricos del lugar se fundieran con políticos y periodistas, churras con merinas, en el copetín servido en el primer piso del edificio sede de la Bolsa madrileña, plaza de la Lealtad, escenario de la memorable sesión de teatro con la que el señor Presidente obsequió ayer a los representantes del Ibex 35.

Lara Álvarez Enrique Polanco