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La COP28 marca el rumbo hacia el final de los combustibles fósiles, pero les alarga la vida
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Un acuerdo que se queda corto

La COP28 marca el rumbo hacia el final de los combustibles fósiles, pero les alarga la vida

La presidencia de la cumbre del clima de Dubái ha destacado que el acuerdo final llame por primera vez a “iniciar la transición para dejar atrás” el petróleo, el gas y el carbón, pero más de medio mundo clamaba para que decretase su final

Foto: El presidente de la COP28 abraza al delegado de la ONU. (Reuters/Amr Alfiky)
El presidente de la COP28 abraza al delegado de la ONU. (Reuters/Amr Alfiky)
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La cumbre del clima de Dubái (COP28) ha concluido con un "histórico acuerdo de mínimos" para alcanzar el objetivo de no superar los 1,5 grados de aumento de las temperaturas. Las presiones internas y externas hacían presagiar lo peor, pero finalmente se ha logrado consensuar un texto en el que, aunque no hace referencia a la necesidad de reducir los combustibles fósiles, ni mucho menos a eliminarlos, si que reconoce por primera vez que hay que "iniciar una transición hacia su abandono" con el horizonte puesto en el 2050.

“El acuerdo no es perfecto, pero hay avances en algunos temas clave y por primera vez hace un llamamiento internacional para que abandonen los combustibles fósiles”. Las palabras de la subsecretaria general de la ONU y directora de su programa para el medio ambiente (PNUMA), Inger Andersen, resumen el parecer general de las delegaciones de los 198 países que han asistido a esta tensa y enmarañada cumbre y han aprobado el texto final. Como se ha podido comprobar en el plenario que ha precedido a su clausura, para la mayoría de los delegados no es el acuerdo perfecto, pero es "el único al que podíamos llegar en esta cumbre y en este momento de la historia", como bien señalaba la representante de Colombia.

De hecho el sultán Al Jaber, director ejecutivo de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dabi (ADNOC), ha logrado que la cumbre del clima de Dubái (COP28) en el acuerdo final no se establezca un calendario claro para abandonar la producción y consumo de los combustibles fósiles, tal y como proponían la mayoría de las partes, la comunidad científica, las organizaciones sociales y medioambientales, y las comunidades indígenas de todo el planeta, y tal y como insinuaba el mandato de la propia ONU al convocar esta COP28.

Tras dos semanas de tensiones, denuncias de falta de imparcialidad y enfrentamientos de todo tipo, Al Jaber apelaba en las últimas horas de la cumbre a que el Balance Global, el documento que debía analizar los avances producidos para cumplir con el Acuerdo de París de 2015 y establecer la hoja de ruta a seguir de ahora en adelante, fuese "lo más ambicioso posible" Y así ha sido, gracias en buena parte a su controvertida presidencia y pese a vanagloriarse de que “por primera vez en la historia se hace mención a los combustibles fósiles”.

Foto: El presidente de la COP28, el sultán Al Jaber. (EFE/Ali Haider)

El jefe de la oficina del cambio climático de la ONU, Simon Stiell, replicaba que con el acuerdo aprobado “seguimos en la carrera”, aunque reconocía que las partes han debido ponerse de acuerdo con cada párrafo, cada palabra, hasta cada coma y cada punto, y esto no resulta fácil” cuando hay tanto en juego. A continuación asentía en que “todos sabemos que el problema fundamental es la quema de combustibles fósiles, que están quemando también el clima, y que no hemos pasado página definitivamente”, pero se mostraba esperanzado en que “aunque el Balance Global no es lo suficientemente ambicioso, sí que puede significar el principio del fin de los fósiles”.

En la misma dirección se manifestaba su jefe, un sorprendentemente discreto António Guterres para quién, más allá de lo que se haya logrado consensuar en el texto final del Balance Global, “La ciencia nos dice que limitar el calentamiento global a 1,5°C será imposible sin la eliminación gradual de los combustibles fósiles, y esto también ha sido reconocido por una creciente y diversa coalición de países en la #COP28”. Para el jefe de la ONU “La era de los combustibles fósiles debe terminar, y debe terminar con justicia y equidad”.

Las declaraciones finales de las delegaciones en el plenario que ha puesto fin a esta cumbre mostraban ese mosaico de esperanza hacia el futuro y desazón por el tiempo perdido durante estas dos semanas de negociaciones. John Kerry ha sido uno de los más optimistas al recalcar “la dificultad de reunir a 200 países de todo el mundo para intentar un consenso en algo tan importante para todos” y ha defendido que esta cumbre ha demostrado la fuerza del multilateralismo ante el difícil reto que enfrentamos”. Respecto al Balance Mundial, el jefe de la delegación estadounidense, que ha felicitado a Emiratos por la organización, coincidía con Al Jaber en el hecho destacado de que “se hable por primera vez en la historia de los combustibles fósiles” y que “se envíe un mensaje claro y contundente al mundo: el de que el objetivo del grado y medio es la estrella polar a seguir por todos” y que para ello “debemos iniciar una transición para alejarnos de los combustibles fósiles y llegar al cero neto de emisiones en 2050”. Para acabar, ha señalado que “mucha gente querría que este acuerdo incluyera un lenguaje más claro al respecto, pero es necesario llegar a un consenso y el texto aprobado es un avance para desactivar los combustibles fósiles del sistema energético hacia 2030”.

El jefe de la delegación China ha agradecido “el trabajo denodado de la presidencia de la cumbre” para alcanzar un acuerdo sobre el primer Balance Mundial del Acuerdo de París, y ha afirmado que “China considera que la acción climática debe tener ambición, pero también debe ser pragmática”, y que los países desarrollados “tienen una responsabilidad mayor” que el resto del planeta, por lo que “deben intensificar en mayor medida sus acciones”. Por último, ha anunciado que “China cumplirá con sus compromisos de impulso a las energías renovables y el resto de medidas que contribuyan a hacer del nuestro un mundo más seguro”.

El representante de Bolivia ha denunciado que esta cumbre “ha supuesto un paso atrás respecto a los objetivos que todos nos marcamos con el Acuerdo de París” y que “hemos hablado mucho de 1,5 grados y de seguir a la ciencia, pero los países desarrollados, en lugar de aceptar el cero total en el uso de los combustibles fósiles, los mantienen vivos hasta el 2050”.

Colombia ha dicho que “el acuerdo final demuestra la compleja realidad política que se ha dado aquí en estas dos semanas”, un debate que asu juicio se ha centrado en una lucha aferrada, “la lucha entre el capital fósil y la vida”. A ese respecto, ha aplaudido que se haya aceptado “la necesidad de iniciar una transición de los combustibles fósiles”, pero ha lamentado “que no se reconozca que la producción de petróleo y de gas debe reducirse de inmediato y podamos cumplir así con lo que todos acordamos en París”.

La portavoz de la delegación de Brasil ha insistido en señalar la complejidad de esta cumbre y ha anunciado que, "más allá de lo pactyado aquí" trabajarán con Emiratos y Azerbaiyán (que acogerá la COP29) para que todos estos esfuerzos, "algunos de los cuales se han quedado a mitad de camino", culminen en un gran avance en la COP30 que celebrará su país en 2025 en la Amazonia, en Belén.

"Un cambio de paso"

Australia, en nombre de los países del Pacífico, ha dicho que “esta COP supone un cambio de paso” respecto las anteriores, ya que, por primera vez, “reconoce que el futuro está en las energías limpias y que la era de los combustibles fósiles se ha acabado”, aunque ha lamentado que “el texto final no contente a todos respecto a ese final”. Mientras que Zambia, en nombre de los países africanos, ha dicho que “mantener el objetivo del grado y medio era algo fundamental para África” y que en ese sentido “la COP28 ha concluido con éxito”.

Para el representante de las Islas Marshall, que ha hablado en nombre de la colación de los estados insulares, “nosotros venimos aquí para pedirles una canoa con la que evitar ahogarnos, pero nos ofrecen una canoa llena de agujeros”, mientras que su compañera, la representante de Samoa, ha recalcado “que somos quienes ya estamos sufriendo en primera persona los daños ocasionados por el cambio climático”, que no podemos aceptar el acuerdo propuesto porque “no es aceptable decir que tenemos en cuenta las evidencias que nos muestra la ciencia y, en cambio, firmar un documento que niega la propia ciencia”, y tampoco estamos dispuestos a “renegociar ahora el Acuerdo de París”, que en su opinión es lo que propone el acuerdo.

Foto: El presidente de la COP28, el sultán Ahmed Al Jaber. (Reuters/Thaier Al-Sudani)

La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha afirmado en nombre de la UE que “la presidencia ha ejercido un gran liderazgo” y que, pese a que “son muchas las cosas que echamos de menos en este texto, reconocemos que supone un paso adelante para contener el aumento de las temperaturas en los 1,5 grados, aunque habrá que hacer más todavía para garantizarnos, por ejemplo, el acceso al agua potable o la seguridad alimentaria”. Por último ha anunciado que, más allá de este acuerdo, “los europeos defendemos nuestro compromiso para llegar al balance neto de emisiones en 2050”.

Alemania, a través de su ministra de Exteriores, ha coincidido con las declaraciones de Ribera en nombre de la UE, pero ha resaltado que “sabemos que este texto no es suficiente”, que las lágrimas de alegría que se veían en algunas caras de determinados delegados eran “lágrimas de tristeza en otros” y que es necesario ir más allá hacia el abandono de los combustibles fósiles”. Turquía ha dicho que “nuestro país es un país en desarrollo y por ello intentará hacer lo posible para contribuir a la lucha contra el cambio climático” sin anunciar ningún objetivo ni exponer sus intenciones al respecto.

placeholder La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, durante su intervención en la COP28. (EFE)
La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, durante su intervención en la COP28. (EFE)

Arabia Saudí, hablando en nombre de los 22 países que forman la Liga de Estados Árabes, ha dicho que “esta cumbre ha sido un rotundo éxito”, ha felicitado al presidente, Al Jaber, por “su indiscutible liderazgo” y ha realizado un discurso plagado de matices. Así, ha defendido el “principio de responsabilidades comunes”, aunque con “ritmos diferenciados”. Ha reconocido la importancia de la reducción de las emisiones de GEI, pero, “independientemente de la fuente” y apostando por “los programas de captura y secuestro de carbono”. Unas palabras que han recibido el apoyo de Kuwait, para quién el mero hecho de señalar el abandono de los combustibles "no les parece justo".

Triplicar la energía limpia

Los analistas que han examinado el documento final de la cumbre destacaban esta mañana que el objetivo de triplicar la energía limpia para 2030 y duplicar la eficiencia energética son un gran paso adelante, pero alertan que las referencias a que los combustibles de transición van a ser esenciales para alcanzar esos niveles podrían haber sido escritas por uno de los importantes productores de gas que se han infiltrado en la cumbre. Algo que desdice a la ciencia, para quien el gas es un combustible fósil con altas emisiones de metano, uno de los principales GEI, por lo que no puede considerarse como un combustible de transición.

Foto: Protesta contra las energías fósiles frente a la Expo City de Dubái en el final de la COP28. (Reuters/Thaier Al-Sudani)

También señalan que el hecho de que finalmente se haya propuesto una “reducción progresiva del carbón” supone un paso atrás respecto a lo pactado en la cumbre de Glasgow (COP26). Igualmente, destacan que se hable de abandonar los “subsidios ineficientes” a las fósiles, aunque reconocen que se ha avanzado muy poco sobre la financiación de las pérdidas y daños y sobre el papel que realmente desempeñan las compensaciones de carbono y su verdadera aportación a la mitigación del cambio climático.

La cumbre del clima de Dubái (COP28) ha concluido con un "histórico acuerdo de mínimos" para alcanzar el objetivo de no superar los 1,5 grados de aumento de las temperaturas. Las presiones internas y externas hacían presagiar lo peor, pero finalmente se ha logrado consensuar un texto en el que, aunque no hace referencia a la necesidad de reducir los combustibles fósiles, ni mucho menos a eliminarlos, si que reconoce por primera vez que hay que "iniciar una transición hacia su abandono" con el horizonte puesto en el 2050.

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