Los bufetes de abogados ya están en el metaverso y así lo están utilizando

Desde que Facebook anunciase la creación de su universo Meta, la fiebre por estos mundos virtuales no ha parado de crecer. Balenciaga, Adidas, Nissan, Coca-Cola, JP Morgan, Zara… Desde el sector textil hasta el bancario, la lista de compañías que anuncian su aterrizaje en algún metaverso aumenta cada día. No son los únicos. Los despachos de abogados también se están adentrando en este ecosistema con el objetivo de dar respuesta a las innumerables dudas legales que se presentan en este escenario todavía incierto.

La motivación de los bufetes nace fruto de la necesidad más que por un puro interés de negocio. "Hay una demanda creciente por parte de los clientes, la tendencia es clara", asegura Patricia Manca, socia responsable de Legal Management Services en PwC Tax & Legal. Coincide con esta visión Carmen González, directora de Marcas y Brand Inteligence de Pons IP, que confirma el incremento de consultas relacionadas con el metaverso. Y no es para menos. Al fin y al cabo, se trata de reproducir la realidad en un ambiente virtual, por lo que las implicaciones legales son tan amplias como las que existen en el mundo físico.

Para dar respuesta a las dudas que llegan desde el ámbito empresarial, una mayoría de las firmas se ha inclinado por crear equipos con profesionales especializados en varias ramas del derecho. Prueba de ello es PwC Tax & Legal, que hace un año formó un grupo enfocado en estos temas. Se compone de consultores tecnológicos, de negocio y juristas expertos en diversos ámbitos como propiedad intelectual, marcas, derecho procesal, mercantil, ciberseguridad e, incluso, 'real estate'. El equipo presta su asesoramiento desde un doble enfoque. Por un lado, explica Manca, el regulatorio. Y, por el otro, el ético. "Es un componente importante, ya que pueden surgir muchos dilemas. Ya lo estamos viendo con la inteligencia artificial", recuerda.

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En Auren, por su parte, la apuesta se ha materializado a través de lo que han bautizado como Metaverso 360 by Auren. Según explica Pilar Sánchez-Bleda, socia responsable del Departamento de Media & Tech de la firma, se trata de un equipo multidisciplinar que presta servicios de consultoría, asesoramiento legal y tecnológico. En él trabajan mano a mano no solo consultores y abogados, sino también técnicos e ingenieros. De este modo, ofrecen cobertura jurídica para las dudas que puedan surgir, pero también prestan servicios desde el punto de vista puramente digital. Por ejemplo, recomendando qué metaverso es más apropiado para el tipo de negocio del cliente. O, incluso, construyendo una oficina en un universo virtual.

Baker McKenzie también ha optado por esta fórmula de equipos especializados, aunque confiesan que no lo crearon 'ad hoc' tras el 'boom' del metaverso, sino que ya existía previamente. Internamente, se conoce como el departamento TMT (de 'tech', 'media' y 'telecom') y se encargaba de aquellos asuntos de índole tecnológica que tenían implicación en varias ramas del derecho. Ahora, no obstante, este equipo compuesto por más de 20 profesionales de diferentes áreas (laboral, fiscal, mercantil, competencia, propiedad intelectual y regulación financiera, entre otros) se está enfocando en el mundo de las realidades alternativas virtuales.

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El componente transversal, indican, es casi una necesidad. Para ilustrarlo, citan una consulta que recibieron recientemente. Una empresa tecnológica extranjera quería trasladar su departamento técnico a España con el objetivo de construir desde allí un metaverso propio. Contactó con el bufete porque quería hacer contrataciones de ingenieros y técnicos locales, pero también porque quería ofrecer a la plantilla ya existente la posibilidad de teletrabajar desde nuestro país. Lo que en principio comenzó como una duda laboral acabó derivando en dudas fiscales (qué implicaciones tendría tanto para la empresa como para los trabajadores) o de propiedad intelectual (cómo proteger los activos que crean), entre otras.

También cuentan con secciones enfocadas al ámbito tecnológico bufetes como Garrigues, Clifford Chance y Andersen (Garrigues Digital, Grupo Tech de Clifford Chance y el Departamento de Negocios Digitales de Andersen, respectivamente), compuestas por expertos en varias áreas del derecho. Por otro lado, desde Baker indican que están ofreciendo formación específica a los abogados para que se especialicen en cuestiones relativas al metaverso.

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En la misma línea, en Pons IP, además de la formación interna, también están incorporando a nuevos profesionales familiarizados con el tema. "Buscamos perfiles que tengan esas habilidades tecnológicas", afirma González, y agrega que el bufete también trabaja en grupos creados 'ad hoc' para cada consulta formados tanto por abogados como expertos tecnológicos. "Ya estamos llevando temas de vigilancia ante posibles infracciones y hemos hecho revaluaciones de marcas a grandes empresas del sector energético y tecnológico", adelanta.

Oficinas en el metaverso

De momento, la apuesta generalizada del sector legal por el metaverso se limita a cubrir las necesidades legales de los clientes. La única excepción es Vicox Legal, un bufete de Marbella que recientemente anunció la apertura de una oficina en el metaverso de Decentraland. De hecho, la firma ha incorporado sus coordenadas del mundo virtual a su página web (-145, -33), que se suman a la dirección física en la ciudad malagueña.

La idea de instalarse en un ambiente digital surgió el año pasado. "Yo siempre he estado muy pendiente de las tendencias. Vimos que estaban llegando marcas y pensamos en unirnos a la tendencia. Estar ahí", explica el socio director, Vicente Ortiz. En agosto de 2021 contrataron un equipo de técnicos y compraron una parcela por la que pagaron cerca de 3.000 dólares. O, según la jerga de Decentraland, "alrededor de 6.900 manás", matiza el letrado. La elección de la ubicación tampoco fue casual. "Tuvimos que elegir qué parcela tenía sentido. Nos decantamos por una zona que daba a la calle y donde pasaba gente", explica.

Después, construyeron su oficina, una torre de cristal de tres pisos coronados por una terraza donde, de vez en cuando, organizan eventos. "Para darnos a conocer", indica. Hablan tanto de lo que es el metaverso y la oportunidad de negocio que presenta como de su experiencia en un mundo que, en ocasiones, se puede percibir como muy alejado del legal. A los asistentes les ofrecen, como contrapartida por su visita, regalos como un primer asesoramiento gratuito. Una vez al mes, agrega Ortiz, suelen pasan consulta virtual a los avatares que se acercan a las oficinas. "La primera es gratuita, y si hay más interés les pasamos una hoja de encargo", revela.

El éxito, de momento, es indiscutible. El socio estima haber conseguido alrededor de 20 clientes desde la apertura de las oficinas en septiembre del año pasado y la tasa de conversión de los avatares es del 50%. "Vienen predispuestos y agradecen la coherencia de que nos movamos en el entorno donde se mueven ellos. Les genera cercanía", reflexiona. Las dudas más frecuentes suelen estar relacionadas con el mundo virtual, como por ejemplo cómo tributan las criptomonedas, cuál es el encaje legal de los tokens o cómo crear una sociedad en el metaverso.

Delitos en el metaverso

Más allá de las implicaciones fiscales o laborales, el metaverso también entraña ciertos riesgos penales. De hecho, hace unas semanas, una investigadora británica denunció haber sufrido una violación en Horizon Worlds, una plataforma de Meta (Facebook). Una variante que ya tienen en cuenta algunos bufetes españoles, como Fuster-Fabra Abogados, que en septiembre del año pasado creó un grupo de expertos en la materia entre los que se encuentran fiscalistas y penalistas especializados en nuevas tecnologías. "Entendemos el metaverso como un espacio más de interacción humana. Por lo tanto, un lugar más donde ocurren conflictos que, como abogados, debemos resolver", indican.