Una confrontación violenta tuvo lugar tras la finalización de un partido de la Liga Vasca juvenil de fútbol, en el que se enfrentaron el Lakua y el Indautxu (equipo de Bilbao). La trifulca involucró a alrededor de un centenar de individuos, incluyendo jugadores y espectadores.
El árbitro del encuentro señaló en el acta del partido que la conducta del público de ambos equipos fue inadecuada durante todo el encuentro, pero destacó especialmente la de los seguidores del Indautxu por sus cánticos y protestas. Tras la finalización del partido, los jugadores de ambos equipos comenzaron a empujarse y enfrentarse entre ellos.
El árbitro describió que, pocos segundos después, cinco espectadores irrumpieron en el campo y comenzaron a enfrentarse con el portero del equipo vizcaíno. Uno de estos seguidores golpeó al guardameta en un ojo, lo que desencadenó una batalla campal en la que participaron alrededor de 100 personas, incluyendo tanto jugadores como aficionados.
La intervención de la Ertzaintza y la Policía Local
El árbitro fue escoltado a los vestuarios por algunos trabajadores del Lakua de Vitoria, ya que su integridad física estaba en peligro. Posteriormente, seis patrullas de la Ertzaintza y dos de la Policía Local llegaron al lugar de los hechos y escoltaron a los implicados a los vestuarios para evitar más altercados.
En el acta del partido, el árbitro también recogió que en el minuto 94 de partido, un aficionado del Indautxu (identificado posteriormente como el padre de un jugador) comenzó a insultarle y amenazarle gravemente a muy corta distancia del terreno de juego. Por este motivo, el árbitro ordenó al delegado de campo que expulsara al aficionado de las instalaciones.
La condena del Indautxu a la violencia en el fútbol
La SD Indautxu emitió un comunicado horas después del incidente, condenando la agresión sufrida por uno de sus jugadores cuando se dirigía al banquillo tras la finalización del encuentro. El club bilbaíno señaló que los agresores eran individuos ajenos a ambos equipos que accedieron al terreno de juego con la única intención de provocar una pelea.
Desde el club expresaron su condena rotunda a estos comportamientos en instalaciones deportivas y mostraron su preocupación por la normalización de estos incidentes en los últimos años. Asimismo, se pusieron a disposición de las entidades competentes para depurar todas las responsabilidades y aseguraron que pondrán todos los recursos del club a disposición del jugador agredido para defender sus derechos.
Una confrontación violenta tuvo lugar tras la finalización de un partido de la Liga Vasca juvenil de fútbol, en el que se enfrentaron el Lakua y el Indautxu (equipo de Bilbao). La trifulca involucró a alrededor de un centenar de individuos, incluyendo jugadores y espectadores.
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