El punto y aparte llega al Dos de Mayo: Sol espera otra jornada de alta tensión con la Moncloa

Los primeros renglones tras el punto y aparte de Pedro Sánchez se escriben el Dos de Mayo. La festividad de la Comunidad de Madrid, un día de fuerte carga política, estará de nuevo en el foco y envuelto en la polémica, solo unos días después de que el presidente del Gobierno anunciase su continuidad en Moncloa tras cinco días de "reflexión" por una supuesta campaña mediática y judicial contra su esposa. El Ejecutivo autonómico, presidido por Isabel Díaz Ayuso, se prepara ya para una nueva jornada de alto voltaje con Moncloa. "Nos esperamos cualquier cosa. Son capaces de todo", dicen fuentes de Sol a horas del acto oficial.

El equipo de Ayuso niega que exista un ánimo beligerante por su parte y apela al carácter institucional de la cita, pero no pueden olvidar las escenas de los dos últimos años. En 2023, a solo unos días para las elecciones autonómicas y municipales, la tensión se disparó al máximo a cuenta de Félix Bolaños y su presencia sin invitación. El ministro de Presidencia intentó colarse en el palco de autoridades pese a que no tenía asiento reservado, retirando incluso la catenaria que delimitaba la tribuna. La directora de protocolo de la Comunidad de Madrid le cerró el paso en una imagen inédita hasta la fecha.

Llovía sobre mojado. Fuentes del Ejecutivo autonómico recuerdan que en 2022 también hubo polémica con la presencia de Bolaños. Sol cursó una invitación a Pedro Sánchez por ser el primer Dos de Mayo a pleno rendimiento tras la pandemia, pero el presidente del Gobierno se ausentó y delegó en el ministro. El acto, que servía de estreno oficioso para Alberto Núñez de Feijóo como líder del PP, quedó completamente eclipsado porque Moncloa anunció ese mismo día a primera hora que los teléfonos móviles de Sánchez y Margarita Robles habían sido espiados con el programa Pegasus. "Fue una falta de lealtad institucional. Sabían que con esa rueda de prensa iban a reventarlo todo", señalan las voces consultadas.

Algunos de los actores han cambiado este año, pero el clima de tensión es el mismo o incluso mayor. Bolaños, sin invitación, no asistirá a la Real Casa de Correos y la representación gubernamental se reduce al ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, y el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín. La marejada política de los últimos días, con Pedro Sánchez alentando una movilización "social" y poniendo en la diana a jueces y periodistas críticos, garantiza un nuevo choque institucional entre Sol y Moncloa, en la línea de los últimos meses.

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Ayuso, punta de lanza de la oposición al Gobierno, incluso amenazó con dejar fuera de los actos oficiales a cualquier miembro del gabinete de Sánchez, tras quedar excluida de la inauguración del AVE entre Madrid y Asturias. El veto nunca se produjo, pero el intercambio de críticas y reproches ha marcado cada cita posterior en la sede del Gobierno regional.

La última fue el pasado 4 de diciembre, en los actos por la Constitución, con mensajes velados entre Ayuso y Martín sobre los límites de la España constitucional, el rigor institucional y los contactos con el independentismo. Todo indica que este jueves sucederá lo mismo, con el contexto de la investigación sobre los vínculos de Begoña Gómez con empresarios beneficiarios de contratos millonarios del Gobierno, desvelados por El Confidencial. También por las acusaciones de corrupción y la acusación de fraude fiscal contra Alberto González Amador, novio de Ayuso.

Crispación en la Asamblea

El último Pleno en la Asamblea, celebrado este martes, da una pista del nivel de crispación. Isabel Díaz Ayuso, como en cada sesión en la Cámara de Vallecas, se enzarzó con los portavoces de Más Madrid y el PSOE, Manuela Bergerot y Juan Lobato. "Aquí las únicas trazas de fascismo están en sus manuales de resistencia", dijo la presidenta de la Comunidad de Madrid, que elevó el tono por encima de lo habitual y alertó de que la izquierda "ya está preparando las guillotinas".

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Una hora antes, en una entrevista en Cope, ya cargó con dureza contra Pedro Sánchez y su estrategia. "Hay que ir preparándose porque el escenario es inédito y por eso lo que tenemos que hacer nosotros es no ceder un pelo y no tener ni un poco de miedo", declaró Ayuso.

Bergerot, que estará en los actos del Dos de Mayo, estaba esperando con toda la artillería. La portavoz del partido de Mónica García acusó a la dirigente popular de ser "un virus para la democracia" por sus amenazas a periodistas. "Los del que te vote Txapote y el me gusta la fruta van a tener que aprenderse las reglas de la democracia. Señora Ayuso y señorías del PP, son los responsables de convertir la Asamblea en un lodazal", subrayó. Lobato, en la misma línea, reprochó a Ayuso sus palabras sobre el Gobierno del PSOE y Sumar y le recordó sus maniobras para controlar algunos organismos autonómicos. "¿No le parece poco coherente estar todo el día hablando de Venezuela y hacer lo que hace con Telemadrid o su Consejo de Transparencia?", señaló el socialista.