Operación liberar el tren que descarriló en Madrid: 80 operarios, una vía libre y una investigación interna

El domingo, un tren Intercity de Renfe descarriló en Madrid, obligó a cortar la circulación entre Atocha y Recoletos y a cerrar la segunda de estas estaciones. No hubo tregua en las 24 horas siguientes. Desde que se dio el aviso, Renfe y Adif desplegaron a unos 80 operarios, la mayoría técnicos de mantenimiento o fabricación, para analizar in situ lo ocurrido. Lo primero era evacuar a los 37 pasajeros que viajaban desde Almería, después de que el tren arrancara a muy baja velocidad desde Atocha y varios rodales salieran de la vía, a los pocos metros. Nadie sufrió daños, más que las infraestructuras, y a última hora del lunes llegó la noticia: desde primera hora del marte se reabre parcialmente el tramo con Recoletos.

Lo anunció Renfe, en su última actualización de la noche. Matizó, no obstante, que la circulación funcionaría con restricciones. El motivo es que el tráfico puede obstruirse al reactivarse solo por una vía, y afectará a las líneas de Cercanías o de trenes de media y larga distancia. Harán parada los ferrocarriles procedentes de Guadalajara y El Escorial, y otros vehículos tendrán accesos restringidos: los del Pasillo Verde-Atocha finalizarán e iniciarán servicio en esta última parada; los que vengan del aeropuerto acabarán en Nuevos Ministerios; y, los de Príncipe Pío hacia Chamartín comienzan y acaban en Pitis. Con los de media y larga distancia hay otro plan alternativo para los viajes con destino u origen Alcázar de San Juan (Castilla-La Mancha), Jaén, Almería o Extremadura.

¿Qué ha pasado?

Ninguna de las compañías, ni la encargada de los viajeros y el mantenimiento de trenes (Renfe) ni la responsable de las infraestructuras (Adif) se atreve a aventurar por el momento qué ha ocurrido. Tampoco cuándo estará todo resuelto. Por el camino queda un día en el que la estación de Recoletos ha estado fuera de juego y en la que se han producido notables demoras. Aunque Renfe iba informando en su web de que habría trenes cada 15 minutos entre Atocha y Recoletos, lo cierto es que hubo viajeros que el lunes llegaron a esperar hasta media hora para coger el C-10 en Pirámides, tal y como publicó El Confidencial.

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Más allá de informar sobre el número de operarios enviados entre ambas compañías y derivar al enlace en el que informan de las actualizaciones, Renfe no avanza detalles sobre el protocolo de actuación o cómo se ha tratado de desencallar el tren descarrilado y recuperar la normalidad. Por el momento, y con solo una vía operativa, guardan silencio, y lanzan el deseo de resolverlo "cuanto antes", aunque son incidencias "imprevisibles" que no siempre "se arreglan de un día para otro", señalan fuentes de la compañía. Para obtener más información, instan a acudir a Adif.

La entidad responsable del mantenimiento de infraestructuras ferroviarias en España, adscrita al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, responde que ha iniciado una "investigación interna" para resolver qué ha ocurrido y por qué ha descarrilado el tren, con todas las consecuencias que esto trajo. No ofrecen detalles de cuáles son las hipótesis iniciales o qué información manejan, aludiendo a que prefieren "ser prudentes" y comunicar los resultados una vez que todo amaine, y queden más claras las causas. Pero hay quienes no tienen dudas de qué ha podido ocurrir.

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"El mantenimiento en el tren convencional... regulín". Es lo que estiman desde la Asociación de Usuarios de Renfe-FEVE, que engloba a casi 4.000 miembros en todo el país. Aunque ellos trabajan con rutas de media distancia, los conocidos como trenes regionales, su principal protesta ha sido siempre que "la mayor parte de la inversión en la compañía se destina a financiar el AVE [larga distancia]". El resto, Intercity incluido, quedan "relegados a un segundo plano", considera uno de sus portavoces, Carlos Fernández Mayo.

"Todo está marcado y hay protocolos inquebrantables", asegura Adif

No obstante, las empresas implicadas defienden su labor. Para incidencias "imprevistas" como esta, recuerda Adif –con la misma palabra que antes usaron en Renfe–, existe un protocolo estandarizado sobre cómo realizar las evacuaciones, además de otros planes de contingencia. En este caso, corresponde a Renfe hacerse cargo e incluso tiene una partida presupuestaria específica para las cuestiones de mantenimiento y seguridad, que se establece en sus cuentas anuales. Una vez esta primera parte queda resuelta, la de poner a salvo a los viajeros, entran en juego los operarios de Adif.

Brigadas específicas

Esta última compañía ha mandado a 30 operarios de los 80 que trabajan sobre el terreno. Indican que es Renfe la que aúna la "mayor parte" de la actuación, y que de ellos podrá obtenerse más información. Sin embargo, por el momento tampoco dan más detalles. Entre todos estos efectivos están las brigadas específicas para labores de urgencia, que existen en todo el territorio y en Madrid se instalan junto a Atocha, la única estación de regionales y larga distancia tras el cierre de Chamartín por obras.

"Reconozco que este caso es muy particular. Al tratarse de un tren que quedó fuera de la vía al escaparse varios rodales, es casi un problema compartido", explican fuentes de la compañía. Es decir, es difícil aún dilucidar si el problema estuvo en el propio vehículo –lo que compete a Renfe– o en los carriles sobre los que transitaba, que gestiona Adif. Desde el principio, los trabajos se han centrado en desatascar al tren atrapado en la vía y, una vez logrado, garantizar que todo el entorno está en correctas condiciones como para normalizar la circulación.

​"Una vez se libere el tren, tocará ver si hay partes de infraestructura o mantenimiento que haya que reparar", concluyen. Desconocen si Renfe hace también una investigación interna paralela a la que dice realizar Adif y, como la compañía pública de trenes ha preferido no ahondar en los mecanismos de reparación, no se ha podido confirmar si es así o no. Sin embargo, hasta que el examen propio arroje resultados pueden pasar días, semanas e incluso más. "Estos informes no son de un día para otro ni cuestión de pocas horas", finalizan, justificándose en que sus "expertos en tecnología" han de recopilar todo a posteriori.