"¡Al fin!": el club de petanca de Arganda que tardó cinco años en tener unas pistas para entrenar

Fue uno de los días más felices de su vida. "¡No nos lo podíamos creer!". Enrique Ramírez tiene 73 años y es vecino de Arganda del Rey, en Madrid. La petanca es su pasión y ahora también un motivo de orgullo. El pasado 28 de octubre, sábado, conquistaba la cima de la federación madrileña con su modesto equipo de apenas 20 jugadores: acababan de pasar a la División de Honor, la categoría en la que los mejores clubes de la Comunidad se disputan quién representará a la región en los campeonatos nacionales y, quién sabe, puede que incluso a España en los mundiales. La alegría llegó de golpe y a borbotones, porque la cosa no quedó ahí.

Tras la victoria, el concejal de Deportes del Ayuntamiento de Arganda, Francisco Javier de las Heras, se comprometió a abrir unas instalaciones propias para que puedan jugar y, en definitiva, prepararse para lo que viene. "Este club nació en 1978. Digo yo que ya era hora", responde, irónico al otro lado del teléfono, el edil argandeño. Días antes del triunfo, el propio alcalde del municipio, el popular Alberto Escribano, deslizó algunos augurios en su enhorabuena al equipo. "En muy pocos días habrá buenas noticias para ellos", dejó caer el regidor.

Las buenas noticias les llenaron de júbilo: cinco años después de plantearlo por primera vez al antiguo equipo de gobierno, el club tendrá al fin unas instalaciones deportivas exclusivas.

"¿Que dónde practicábamos? En un parque al lado de casa", resopla Enrique, antes autobusero y hoy jubilado y presidente de este flamante grupo de petanca. Aunque buscaban siempre espacios con poca gente y donde poder jugar sin molestar, nada era tan práctico como tener ese espacio propio para sus entrenamientos diarios. Mira con envidia a Francia, donde este deporte está más profesionalizado e incluso cuentan entre sus filas con una joya que llegó desde Madrid. Yolanda Matarranz nació en la Comunidad de Madrid, pero hoy juega en el Draguignan, un selecto club francés.

Ha sido cinco veces campeona del mundo de petanca, seis primera de Europa y trece de España. También campeona de la Copa de Francia, es uno de los rostros más conocidos del juego y, añade Enrique, "empezó como cualquiera de nosotros, practicando con colegas en un pueblo de Madrid". Ahora, ellos avanzan por su propio camino, mucho más modesto aunque lleno de ganas. "Nuestra idea es que al haber ascendido atraigamos a nuevos miembros, sobre todo jóvenes y mujeres. Nos da igual que sean de Arganda o vengan de otros municipios a jugar en este club", desea el presidente del club.

Obras ya empezadas

Todo promete ser más fácil de ahora en adelante. O, en su defecto, a partir de diciembre. Es entonces cuando el concejal de Deportes deduce que podrán empezar a utilizarse las instalaciones para practicar con la petanca. Que esté o no a tiempo, según sus planes, también dependerá de las lluvias. "Los trabajos para habilitar pistas en el recinto son relativamente sencillos y no llevarán mucho, pero el proyecto plantea incluir unos aseos para los jugadores y un pequeño almacén", apunta el miembro del equipo municipal. Estos dos últimos casos, añade, requerirán de otras obras internas que tal vez se demoren.

Pero, "al menos, el campo de juego estará listo a final de año", si todo va según lo previsto. Cuánto costará hacerlo no lo sabe con exactitud, pero sí garantiza que "todo se hará con recursos propios". Es decir, con operarios municipales y presupuesto local. En un primer momento, exploraron con el equipo de petanca las ubicaciones más idóneas en base a una serie de propuestas que hicieron los jugadores. Al final, hallaron una junto al instituto y quieren que su uso se expanda a todas las edades. "Tenemos uno de los clubes más antiguos de la Comunidad de Madrid. Es un hecho que este deporte lo frecuentan personas de cierta edad, sí, pero abrir instalaciones puede atraer a gente de todo tipo y de todas partes de la región", augura De las Heras.

La escalera al cielo

Ahora se medirán con otros equipos de primera en la escena madrileña, como el de Alcobendas, Torrejón de Ardoz, Fuenlabrada, Canillejas o Alcalá de Henares, que pasan a enumerar. Dicen no tener miedo ni vértigo. Que son un club modesto, pero que "en el fútbol, el Almería puede ganarle un día al Real Madrid, ¿no? Pues aquí pasa lo mismo", sentencia, engrandecido, su presidente. Aunque la victoria y el ascenso a la División de Honor fueron la puntilla que desatascó el anuncio de nuevas instalaciones, conseguirlas ya parecía –incluso meses antes– una realidad cada vez más a su alcance.

En campaña electoral, cuando el PSOE aún gobernaba el municipio, el entonces candidato popular (y actual alcalde) se abrió a apoyar a los clubes que impulsaran la práctica de determinados deportes en la localidad, los más minoritarios. Sin ir más lejos, el de voleibol ya ha empezado a utilizar instalaciones de un colegio público para sus partidos y entrenamientos. Los siguientes en la lista son los adalides de la petanca, que en adelante tendrán sus pistas en la parte trasera de otro instituto, en una zona conocida como El Mirador. Sobre si es o no el fruto de una promesa electoral, ahí el presidente del club prefiere no entrar.

Se declara "antipolítico", y lo único que reconoce es que antes del 28-M, el actual alcalde les visitó en uno de sus entrenamientos para conocer cuáles eran sus problemas y en qué estado se encontraba el equipo. Eso fue cuando aún no habían ganado el pase de oro en la División de Honor, y el regidor era el principal candidato de la oposición. Al final, parece que todo saldrá como deseaban. Las obras para adecentar el recinto en el que jugarán y competirán ya han empezado, tal y como confirmó el Ayuntamiento. Ahora solo falta que empiece la partida y esa veintena de jugadores pueda crecer más, y más.