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El empresario chino que se ha comprado la Puerta del Sol para llenarla de joyas baratas
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Directivo en una docena de empresas

El empresario chino que se ha comprado la Puerta del Sol para llenarla de joyas baratas

Xia Xiaodong ha abierto en los últimos meses más de media docena de tiendas de pendientes en la Gran Vía y en las calles aledañas al kilómetro cero. También tiene zapaterías

Foto: Tienda Zapshop, del empresario chino Xia Xiaodong, situada en la Puerta del Sol. (O. C.)
Tienda Zapshop, del empresario chino Xia Xiaodong, situada en la Puerta del Sol. (O. C.)

Luces de neón, escaparates dorados, cientos de pendientes que cuelgan de las paredes. En las mesas hay una variedad infinita de anillos de todos los colores, tamaños y formas. Todos de acero inoxidable, advierte un letrero. La tienda llama bastante la atención, pero la mayoría del tiempo permanece vacía. Dekorazon desembarcó este año a la altura del número 56 de la Gran Vía. Lo hizo después de que cerrara en esa misma ubicación una tienda de zapatos que siempre estaba en rebajas. Desde entonces, han abierto en esta misma zona cinco establecimientos más de la marca de bisutería: todos iguales. Entre local y local nunca hay más de 300 metros.

El dueño de todas las tiendas de Dekorazon, según figura en el Registro Mercantil, es Xia Xiaodong, un empresario chino que también es propietario de los locales de zapatos low cost Zapshop, firma que acumula en la concurrida Puerta del Sol más de cinco establecimientos. A estas se suma un outlet en Montera: en total, 12 tiendas en el centro. Xia Xiaodong controla el mercado del kilómetro cero entre joyas y zapatos.

Pero los dominios de Xiaodong no se circunscriben únicamente al centro de Madrid. El empresario ostenta cargo directivo en la capital en al menos una docena de empresas. Entre estas destaca una firma de organización de convenciones y ferias de muestras llamada Arena Street SL, tiendas de ropa como Jazmin Garden Investment SL, en la Puerta del Sol y Oasis Moda Fashion, en Montera. A ello cabe añadir al menos un restaurante chino en Prosperidad y un establecimiento de muebles llamado Megastore Monforte SL.

Mi jefe no se toma vacaciones nunca. Un día estaba en París con la familia de vacaciones y me llamó para decirme que me iba a llegar un contenedor de zapatos que acababa de comprar en Francia”, asegura un dependiente de Zapshop. Xiaodong es la fiel imagen de un autónomo inasequible al desaliento que solo tiene tiempo para trabajar.

placeholder Tienda Dekorazon situada en la calle Gran Vía 55. (O. C.)
Tienda Dekorazon situada en la calle Gran Vía 55. (O. C.)

Y eso que tiene una política de cero contacto con el público. Llegar a él no es una tarea sencilla, ni siquiera para sus dependientas, muchas de las cuales aseguran no haberlo visto nunca. “Hay personas a las que les gusta hablar y figurar, y yo no soy una de ellas”, asegura Xiaodong por teléfono a El Confidencial.

La filosofía detrás del empresario chino

El éxito de su negocio está en que solo compite contra sí mismo. Se trata de una estrategia rara para los empresarios occidentales, pero extraordinariamente corriente entre los chinos. Así lo explica Paco Qian, presidente ejecutivo de la asociación empresarial La Nueva Ruta de la Seda: “En China tenemos una idea: a una tienda sola no va nadie. Sin embargo, si hacemos un mercado lleno de tiendas, la gente siempre vendrá a buscar su mercancía allí. Finalmente, si todas son de un mismo empresario, la venta está asegurada”.

Bajo esta filosofía, Xiaodong ha montado todo un imperio en el centro de Madrid. “Ha buscado llegar a Sol porque hay más movimiento y posibilidades de negocio. Es importante para nosotros estar ahí”, explica un empresario que trabaja a su lado y que, tan discreto como su jefe, prefiere no revelar su identidad.

En realidad, lo que ha hecho Xiaodong ha sido aprovechar la coyuntura. En un contexto en el que, tras la pandemia, los clientes han dejado de lado lugares masificados de la ciudad como pueda ser la propia Puerta del Sol, el precio de los locales ya no es el que era hace unos años. Esto ha permitido a este empresario acumular infinidad de tiendas en el corazón de Madrid. No ha sido el único: “Muchos empresarios chinos han aprovechado para comprar, porque el precio ha bajado bastante”, asegura Qian.

placeholder Bisutería del escaparate de la tienda Dekorazon situada en la calle San Cristobal. (O. C.)
Bisutería del escaparate de la tienda Dekorazon situada en la calle San Cristobal. (O. C.)

Eduardo Monet, de Inmobiliarias Monet, asegura que el precio de los locales en el centro de Madrid ha descendido un 18% desde la pandemia, y que este continúa bajando. El precio de un local de unos 50 metros en una de las calles que llevan a la plaza es de entre 750.000 euros y 1,2 millones de euros. El alquiler de los mismos, por otra parte, no baja de 9.5000 euros mensuales, según datos de este jueves en Idealista.

Para Eduardo Irastorza, profesor de OBS Business School, la estrategia de negocio de estos empresarios no está en la cantidad de pendientes o zapatos que vendan en el día a día. Así, que si sus tiendas no siempre estén llenas, no es un problema: “Xiaodong está invirtiendo en una de las zonas más caras de España, y esto dentro de unos años será una mina de oro codiciada por todos. No tiene una lógica comercial inmediata, pero les funciona”, asegura.

La empresa Dekorazon fue constituida en octubre del año pasado con un capital de 3.000 euros, según datos del Registro Mercantil, y desde entonces ha ido conquistando las calles de Madrid. Todavía no hay registro de su facturación. Por otra parte, las últimas cuentas de Zapshop, que datan de 2021, reportan una facturación anual de 196.447 euros. No es gran cosa, pero, para la mirada a largo plazo de estos empresarios por ahora resulta suficiente.

placeholder Tienda Zapshop en Gran Vía. (O. C.)
Tienda Zapshop en Gran Vía. (O. C.)

Sobre todo porque la clave de su éxito, por otra parte, radica en su simpleza: la mercancía tiene que ser fácil de transportar y no muy cara. “También es importante que pueda ser un capricho irresistible”, asegura Qian. El producto debe atraer a la gente al local, y el precio debe permitir que no les importe nunca llevarse unos pendientes o un anillo de más. “Nunca se tienen suficientes joyas para una mujer”, asegura el empresario.

De comercios familiares a cadenas low cost

El imperio de Xia Xiaodong ha contribuido, por otra parte, a cambiar la cara de los comercios de la Puerta del Sol. “No me puedo creer que venga de visita a Madrid, quiera comprar cosas españolas en el centro y resulte que todo sea chino”, asegura la colombiana Marcela Rivera mientras que sale indignada de la joyería.

El aspecto actual de la Puerta del Sol quedó configurado en la segunda mitad del siglo XIX, con la construcción de los edificios que hoy en día sostienen los míticos letreros que adornan la plaza. De los nobles y comerciantes ricos que levantaron la zona solo queda algún que otro vestigio, intruso mudo de otro tiempo.

placeholder Dekorazon de la Calle San Cristobal. (O. C.)
Dekorazon de la Calle San Cristobal. (O. C.)

En los años 90 empezaron a apropiarse del espacio grandes franquicias como McDonalds o Apple, que al principio sufrían para hacerse hueco entre los comercios de toda la vida, reconocibles por compartir toldo de color verde y tipografía. De aquello apenas quedan pequeñas muestras como el letrero del Tío Pepe.

En los últimos años, Sol se ha vuelto un lugar de actuaciones, espectáculos y ocio, con comercios de mercancía barata. Esta combinación ha arrasado con la personalidad castiza del lugar.

Ahora, los pequeños comercios familiares que quedan luchan por sobrevivir entre grandes inversores y franquicias capaces de asumir el precio de estar a pocos metros del Oso y el Madroño. El fracaso de un negocio centenario de la zona es otro potencial negocio más para la colección de Xia Xiaodong, el emperador de Sol.

Luces de neón, escaparates dorados, cientos de pendientes que cuelgan de las paredes. En las mesas hay una variedad infinita de anillos de todos los colores, tamaños y formas. Todos de acero inoxidable, advierte un letrero. La tienda llama bastante la atención, pero la mayoría del tiempo permanece vacía. Dekorazon desembarcó este año a la altura del número 56 de la Gran Vía. Lo hizo después de que cerrara en esa misma ubicación una tienda de zapatos que siempre estaba en rebajas. Desde entonces, han abierto en esta misma zona cinco establecimientos más de la marca de bisutería: todos iguales. Entre local y local nunca hay más de 300 metros.

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