Abstencionistas ceden su voto a inmigrantes el 23-J: "La otra persona se muere de emoción"

Votar es un privilegio. Bajo ese lema, la activista Safia Elaaddam ha impulsado una campaña en redes sociales para que españoles que no tienen interés en votar cedan su papeleta a personas migrantes que no lo pueden hacer. En pocos días, la campaña ha reunido más de 650 solicitudes de personas de todo el territorio español que han cedido o pedido el voto para poder participar en la llamada fiesta de la democracia. Desde hace más de una semana, en una publicación en la cuenta de Instagram Votar es un privilegio se hacen todas las negociaciones para encontrar a la pareja ideal para el domingo. Escribe un hombre que es abstencionista:

—Cedo en Madrid, barrio de La Elipa.

—Hola, me interesa. ¿Ya tienes pareja de voto?

—Hola, espero que haya funcionado, pero si no yo también estoy solicitando. (escribe otra solicitante de voto)

—Ya he cedido mi voto, espero que encuentres a otra persona.

Una vez han encontrado a su pareja, se ponen de acuerdo para ir a votar juntos el domingo. Ese día, si todo va como está acordado, la persona que elige el voto le indicará a la persona con el DNI la papeleta que debe tomar y, como gesto simbólico, hasta podrá echar el voto a la urna, explican desde la organización. "Es un match perfecto: yo quiero votar y no puedo y tú puedes votar y no quieres", asegura Andrea Gael, de 27 años, al explicar por qué ha solicitado el voto.

Gael es argentina y lleva viviendo 23 años en Madrid. Su nacionalidad está en proceso y aunque su residencia es permanente y paga sus impuestos, no tiene derecho a votar. "Todo lo que suceda políticamente aquí me va a afectar y quiero participar en esta decisión", asegura. Esta iniciativa nació en la campaña del 2019, cuando Elaaddam fue consciente del privilegio que es votar. Nació en Tarragona hace 27 años, sus padres son de Marruecos y estas serán las primeras elecciones en las que podrá hacerlo sin depender de nadie. "Como mi familia, miles de personas llevan años residiendo aquí y cumplen con todas las obligaciones, pero no tienen los mismos derechos", explica en su libro Hija de inmigrantes.

El voto en España es un derecho que está ligado a la nacionalidad y que solo pueden ejercer los nacionales españoles en las elecciones generales. Con ese derecho, Daniel Teruel, de 27 años, ha decidido ceder su voto, aunque legalmente no se pueda, en estas elecciones. Explica que la política nunca le ha interesado mucho y le duele que "el pueblo español no haga actos en defensa de los derechos". Un amigo que siente el mismo desapego por la política española le sugirió que le diera la oportunidad a alguien que sí quiera participar en el proceso electoral. Fue entonces cuando se puso en contacto con la campaña.

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"Los migrantes tienen derecho a decidir los gobernantes del país donde viven", afirma Teruel. A los pocos minutos de anunciar que cedía su voto, se puso en contacto con él un hombre que lleva 15 años en España y no puede votar. "La persona me dijo el partido al que quería y yo el domingo iré y le haré una foto a la papeleta para que sepa que ha podido votar", explica este comercial de una multinacional que vive en Castellón. La mayoría de las parejas ya tienen apalabrado su voto, que depositarán de forma presencial el día de las elecciones y que, aclaran, será totalmente fiel a la voluntad e intención política de los rescatados. "Yo me propuse cumplir con los deseos de la persona que solicitó el voto, aunque su elección me hubiera disgustado", asegura Teruel.

En España, entre el 20% y el 30% de personas decide no votar, según datos recogidos por Europa Press y proporcionados por el Ministerio del Interior. Son esas personas que no sienten interés por el proceso electoral o que han perdido la fe en la política a las que apelan mujeres como Patricia, de 51 años. Lleva 23 viviendo en España: "Llevo cinco años esperando mi nacionalidad. Siento mucha rabia de saber que he cumplido siempre con todas mis obligaciones como ciudadana, pero no tengo derecho a elegir a los líderes que creo que deberían gobernar este país", asegura esta chilena.

La población extranjera residente en España a enero de 2022 asciende a 5,42 millones de personas. De ellas, más de 776.000 son de origen marroquí, siendo el colectivo inmigrante más numeroso. En la segunda posición del ranking se encuentra Rumanía, seguido de Reino Unido y Colombia, según el portal de estadísticas Statista. Para algunos ha sido una cuestión de indecisión. A Sara Casalí, de 24 años, ningún partido político le ha hecho sentir representada, por lo que no sé sentía cómoda yendo a votar. La última encuesta del CIS dice que casi 8,5 millones de españoles, un 20%, deciden su voto durante la campaña electoral. Unos 2,5 millones, un 6%, lo hace el día anterior, y más de dos millones de personas eligen frente a la urna.

Casalí conoció la iniciativa de Votar es un Privilegio esta semana y le hizo mucha ilusión tener la posibilidad de darle la oportunidad a alguien que sí estuviera convencido de a quién quiere depositar su confianza. "Yo voy a votar con ganas porque por fin tiene sentido para mí, y la otra persona se muere de emoción", explica. En las pasadas elecciones generales, la campaña logró conectar a más de 500 personas. Tuvieron 200 votos donados y 300 peticiones de voto, según datos de su web. La experiencia desde la organización es que muchas de las personas solicitantes se quedan sin pareja. Isa Acosta, de 20 años, reside en Sevilla, y ha solicitado el voto porque está haciendo su vida en España y quiere poder elegir el futuro del país. "Sigo esperando encontrar una pareja para poder votar", asegura ya un poco desanimada.