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Cerrada la sala de Egipto: el callejón burocrático que tiene a medio gas a los museos
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“Batiburrillo burocrático”

Cerrada la sala de Egipto: el callejón burocrático que tiene a medio gas a los museos

El conflicto laboral de los vigilantes de sala obliga a cerrar numerosos espacios. Entre los centros más afectados figuran el Museo Arqueológico Nacional o el Museo Sorolla

Foto: Algunas de las obras expuestas en el Museo Arqueológico Nacional dentro de la muestra 'Las columnas de Hércules'. (EFE/Zipi)
Algunas de las obras expuestas en el Museo Arqueológico Nacional dentro de la muestra 'Las columnas de Hércules'. (EFE/Zipi)

Dos opiniones sobre el Museo del Romanticismo de Madrid en Trip Advisor, la popular aplicación para puntuar “experiencias turísticas”, que lo mismo sirve para recomendar restaurantes de cocido que free tours. Cristina, que lo visitó en familia, da una puntuación de uno sobre cinco, la mínima que permite el sistema. “La mitad del museo estaba cerrado, nos enteramos después de pagar y además no hubo ninguna variación de precio”, censura la usuaria. Sin embargo, Rut, que hizo la visita poco después, da cinco sobre cinco, sobresaliente: “El museo me encantó. Una pena que no contraten a más personal para que así los visitantes podamos ver todas las estancias ya que todo está accesible y cualquiera se lo puede llevar o romper”.

placeholder Decenas de personas hacen cola para entrar en el Museo del Romanticismo, en el barrio madrileño de Malasaña, en una imagen de archivo. (EFE/Víctor Lerena)
Decenas de personas hacen cola para entrar en el Museo del Romanticismo, en el barrio madrileño de Malasaña, en una imagen de archivo. (EFE/Víctor Lerena)

Mientras el Museo del Romanticismo cerraba espacios a finales de octubre, algunos sin acceso desde antes de la pandemia, el Museo Arqueológico Nacional hacía lo propio. De hecho, según los sindicatos, salas como la de Egipto están pendientes de cumplir los compromisos de reservas de grupos y una vez lo hagan, se cerrarán. La última semana de octubre, en Toledo, el Museo del Greco y el Museo Sefardí anunciaban que no abrirían por las tardes. En Madrid, el Sorolla y el Cerralbo se encuentran en condiciones parecidas.

No es algo nuevo, es un problema que se arrastra al menos desde 2020. En su momento se justificó con la pandemia, pero lo cierto es que faltan vigilantes de sala en los 16 museos que dependen de la Subdirección General de Museos Estatales del Ministerio de Cultura, la mayoría, nueve, en Madrid. La culpa es del IV Convenio Único de la Administración General del Estado (AGE) de 2021, que ha rebajado la categoría profesional de estos trabajadores, y el cierre en falso del conflicto en mayo de este año.

Foto: Dos activistas pegan sus manos a 'Las Majas' de Goya. (Futuro Vegetal)

“Se han deteriorado las condiciones laborales de este colectivo, que es el único al que en el último convenio se le rebajaba la categoría profesional, de manera que se empeoraban sus condiciones. Eso, unido a la falta de personal hace que en muchos museos estos trabajadores no se puedan pedir permisos ni casi cumplir con las vacaciones por necesidades del servicio. Por eso, muchas personas, en el primer concurso de traslados que han tenido, que se resolvió a finales de octubre, han optado por marcharse", explica Vidal Cruzado, responsable de la sección sindical de CCOO en el Ministerio de Cultura.

“Tenemos museos en los que es imposible agrupar dos días de descanso consecutivos”, señala Cruzado, recordando que en el Sefardí de Toledo o el Arqueológico Nacional en Madrid ya se han organizado protestas. “En el resto de ministerios no pasa eso, pero en museos desde hace varios años siempre se alegan necesidades del servicio. Así que quien ha podido ha optado por el traslado a un puesto donde a lo mejor las condiciones económicas no son mejores, pero tienen garantizado un horario y unos permisos”. Unas dos decenas de trabajadores se han marchado a otros ministerios, y luego ha habido traslados entre los propios museos, de los que peores condiciones tenían —Arqueológico, Greco, Sorolla— a otros más “tranquilos” —Artes Decorativas—.

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Exposición 'Sorolla en negro', en el Museo Sorolla de Madrid, uno de los centros afectados por la falta de vigilantes de sala. (EFE/Luis Millán)

El centro de la polémica era la titulación exigida por el Ministerio para poder ejercer las funciones de vigilante de sala. “La ausencia de una titulación que regule este tipo de actividad es la excusa que han esgrimido para cerrar el encuadramiento en este grupo profesional”, algo que, tras casi tres años de protestas, no se cerró hasta mayo de 2022, en un acuerdo que CCOO no secundó. Los vigilantes que quedaron en el limbo —no se han respetado sus condiciones como personal laboral, pero tampoco pueden aspirar a ascender y mejorar dentro del propio Ministerio— se han marchado, pero además, añade Cruzado “motivado por la demora y el retraso en aclarar las condiciones, la especialidad de vigilante en sala de museo no fue convocada en las ofertas de empleo público de 2018 y 2019, aumentando los problemas de déficit personal”.

Los sindicatos calculaban que hacían falta entre 80 y 90 vigilantes más en los museos antes de este concurso de trasladados. “Es la pescadilla que se muerde la cola, porque ahora las condiciones de los que quedan son aún peores en museos como el Arqueológico. El próximo concurso de traslados es en noviembre y se resolverá en enero o febrero de 2023, y ahí tendremos otra crisis como esta”. Desde CCOO indican que están estudiando la posibilidad de un conflicto colectivo, para a nivel judicial resolverlo “si no queda más remedio”. Desde el Ministerio de Cultura no han querido valorar la situación.

Foto: Exterior del Museo del Prado por la puerta de Velázquez (EFE/Chema Moya)

Una trabajadora del Museo Arqueológico Nacional, uno de los que más ha sufrido la pérdida de personal y los cierres de salas y donde más movilizados están los empleados, lamenta, en conversación con El Confidencial, que “no tiene solución. No podemos hacer nada, nos han dejado aquí encerrados. Llevamos peleando desde 2019, cuando se aprobó el nuevo convenio de la AGE, y no nos ha servido para nada”. Remarca además que “si al final, en algún momento, no se sabe cuándo, entra nuevo personal con las condiciones nuevas y la titulación, dejaremos de ser noticia porque los museos funcionarán, y a los que no nos respetaron las condiciones con las que entramos nos olvidarán”.

“Hasta hace nada los museos decían que cerraban salas por la pandemia, pero no era verdad, llevaban un año ya con problemas para cubrir todos los puestos”, explica. El verano, según está empleada, dio un respiro en museos como el suyo o el del Romanticismo “porque hubo personal temporal, de refuerzo, por las vacaciones. Pero cuando en septiembre se tuvieron que marchar, volvieron los cierres. El traslado solo lo ha empeorado”. En el Arqueológico Nacional actualmente hay 32 personas para el trabajo de casi 50, “ahora mismo ni sin descansos del personal se podría tener todo abierto".

placeholder Una persona visita el Museo del Greco en Toledo. (EFE/Ismael Herrero)
Una persona visita el Museo del Greco en Toledo. (EFE/Ismael Herrero)

En su opinión es un “batiburrillo burocrático”. Y apunta una hipotética futura crisis similar: “Se necesitan 19 taquilleros para museos estatales y solo se han presentado ocho personas. No nos dejan promocionar al personal interno porque no tenemos el título específico, lo tenemos igual o superior, pero no ese. Con una FP superior de Marketing puedes aspirar a jefa de taquilla, pero no a taquillera. No tiene ningún sentido”.

Dos opiniones sobre el Museo del Romanticismo de Madrid en Trip Advisor, la popular aplicación para puntuar “experiencias turísticas”, que lo mismo sirve para recomendar restaurantes de cocido que free tours. Cristina, que lo visitó en familia, da una puntuación de uno sobre cinco, la mínima que permite el sistema. “La mitad del museo estaba cerrado, nos enteramos después de pagar y además no hubo ninguna variación de precio”, censura la usuaria. Sin embargo, Rut, que hizo la visita poco después, da cinco sobre cinco, sobresaliente: “El museo me encantó. Una pena que no contraten a más personal para que así los visitantes podamos ver todas las estancias ya que todo está accesible y cualquiera se lo puede llevar o romper”.

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