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La polarización llega al pueblo: "Me desperté a las 2:30 y mis coches estaban ardiendo"
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TERRORISMO POLÍTICO EN PEZUELA DE LAS TORRES

La polarización llega al pueblo: "Me desperté a las 2:30 y mis coches estaban ardiendo"

El portavoz de Izquierda Unida en la localidad lleva sufriendo ataques de la extrema derecha desde hace dos años, pero nadie hace nada por él y su familia

Foto: Balado observa los desperfectos del incendio provocado. (A.P.)
Balado observa los desperfectos del incendio provocado. (A.P.)

Eran las 2:30 de la madrugada del lunes cuando unos ruidos en el exterior de la casa despertaron a Juan Balado. "Tac, tac, tac", un sonido que interpretó como una pesadilla del perro, pero que terminó siendo la pesadilla de toda su familia. "Me levanté, subí una persiana que da acceso a la entrada y me encontré los dos coches, el mío y el de mi esposa, envueltos en llamas". Los 'tacs' eran los neumáticos de los vehículos estallando. Juan intentó salir para contener el fuego, pero la persiana de la puerta se había dilatado con el calor y fue imposible accionarla. "Entonces desperté a mi pareja y nos fuimos al otro extremo de la casa, aterrados ante la posibilidad de que explotasen los depósitos de combustible de los coches", dice Juan, que aún no ha podido sacarse el miedo en los huesos.

La nota oficial del ayuntamiento de Pezuela de las Torres, el pequeño municipio del corredor del Henares donde ha sucedido el ataque, lamenta que "como consecuencia de un incendio se han quemado dos vehículos propiedad de un vecino del pueblo". El comunicado, que condena los hechos y promete perseguir a los agresores, obvia dos detalles clave: que el incendio ha sido provocado y que el vecino no es cualquiera, sino el portavoz de Izquierda Unida, el partido mayoritario en el pueblo, en el ayuntamiento.

placeholder El aspecto de los vehículos después del incendio (J. B.)
El aspecto de los vehículos después del incendio (J. B.)

De haber sucedido hace dos años, Balado no habría podido comprender por qué le han hecho esto. La convivencia en el pueblo, de 900 habitantes, era tan amable que algunos vecinos conservadores hasta votaban a Izquierda Unida: "Pezuela es un pueblo de derechas, como puede comprobarse en los resultados de las elecciones generales y autonómicas, donde siempre gana el PP por una diferencia abrumadora, pero en las municipales ganó Izquierda Unida, porque los vecinos saben que llevamos aquí muchos años trabajando a destajo por el pueblo", dice el concejal, que llegó hace casi dos décadas a la zona.

Fue a raíz de la victoria electoral cuando empezaron a calentarse los ánimos. Una tarde de verano, sin provocación mediante, unos chavales del pueblo se presentaron en su casa y comenzaron a gritar "¡Viva Franco, hijos de puta!". Balado fue detrás de ellos, indentificó a uno y le expuso el problema a sus padres. "No me hicieron mucho caso, la verdad", afirma. Poco después, el día de la Hispanidad, los tres concejales de Izquierda Unida en Pezuela se levantaron con sendas banderas de España bloqueando su acceso a la calle, pero también lo dejaron correr. Desde entonces, Balado y su familia escuchan a menudo a vecinos que pasan por la carretera cercana a la casa llamarles "rojos de mierda" y exigirles que se marchen del pueblo. "Lo que más me duele es que lo escuchen mis hijos, de 12 y 14 años, que no tienen culpa de nada y se asustan mucho. La polarización general ha hecho que se hunda la convivencia, no hay respeto por las ideas de los otros", dice Balado a este periódico.

placeholder Balado, aún en shock, en la cocina de su casa. (A. P.)
Balado, aún en shock, en la cocina de su casa. (A. P.)

Aún con la policía científica entrando y saliendo de su parcela, Balado está hundido. "Ayer, con el susto y el trajín de la grúa, la policía y los trámites con el seguro, no nos dimos cuenta de lo que estaba sucediendo. Pero hoy me he levantado y me he chocado con la realidad: que hay unos vecinos que están dispuestos a hacer esto para que me calle y me marche", dice. Lo que menos le importa son los vehículos, un Xara Picasso y un Toyota Corolla con varios años de antigüedad, sino que su casa haya estado a punto de arder, con toda su familia dentro: "Los cohes tenían como quince años, de hecho ya los compramos de segunda mano, así que el seguro no nos dará ni para comprar el volante del próximo coche", dice el concejal. "Pero es una faena grande, porque en los entornos rurales el coche es muy necesario, esta mañana nos ha tenido que llevar a los niños al instituto una vecina. Ahora, la casa... se me ponen los vellos de punta solo de pensarlo".

Tensión en Pezuela

Balado no tiene enemigos en el pueblo. De hecho, este periódico solo ha podido recabar opiniones positivas del concejal: "trabajador", "prudente", "pacífico" o "encantador" son algunos de los adjetivos que le dedican sus vecinos, que han desfilado por su casa ofreciéndole ayuda de todo tipo. No obstante, Balado y el resto de los concejales de Izquierda Unida sí mantienen una áspera contienda en los plenos municipales: "El alcalde, de un partido independiente, tiene muchas tierras en la zona y pertenece a una asociación de agricultores. Nosotros, como oposición, descubrimos que se habían hecho varios acuerdos entre esa asociación y el ayuntamiento que no nos constaban, así que hicimos la correspondiente denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción, como es nuestra labor", dice Balado. "Y a partir de ese momento hay muchísima tensión en el ayuntamiento, el alcalde intenta evitar los plenos ordinarios y arrinconarnos como oposición, aunque hayamos ganado las elecciones".

placeholder La Guardia Civil toma muestras del incendio en la casa de Balado. (A. P.)
La Guardia Civil toma muestras del incendio en la casa de Balado. (A. P.)

Otro roce importante con la oposición sucedió en noviembre del año pasado, cuando unas personas 'okuparon' unas casas del pueblo que pertenecen a un banco. Los vecinos se plantaron frente a la puerta y acosaron a los 'okupas' hasta echarlos. "Se hizo un grupo de Whastapp para solucionar este problema y personas cercanas al ayuntamiento nos acusaron de estar a favor de los 'okupas', algo que es totalmente falso, pero lo que no íbamos a hacer es participar en el acoso físico de esas personas, entre las que había menores", dice el portavoz de Izquierda Unida. "Así que nos echaron del grupo y nos colgaron el sambenito de "amigos de los 'okupas'", no se pudo razonar más.

"Me gritan 'viva Franco' y 'rojo hijo de puta' desde la carretera, con mis hijos delante"

¿Sospecha Balado que detrás del ataque terrorista pueda estar la corporación municipal? "No, en absoluto, pero sí creo que la polarización del país en general, y la del ayuntamiento de Pezuela en particular, están detrás de este incendio. El enfrentamiento político ha calado en el pueblo, como en el resto de España, y eso tiene unas consecuencias distintas para cada uno. Las mías son insultos constantes a mi familia, siempre con sesgo ultraderechista, y ahora me han quemado los coches. ¿Qué puede haber sido un pirómano? Puede ser, pero mi contexto es el que es, mi familia te lo puede confirmar", lamenta Balado.

La Policía considera improbable localizar a los agresores a través de las muestras que han tomado en la zona calcinada, en la que también ardió una pérgola fabricada por Balado, si bien existe una última esperanza: la triangulación de los móviles en la zona, ya que a esas horas no hay tráfico en la carretera que da acceso a la casa.

Eran las 2:30 de la madrugada del lunes cuando unos ruidos en el exterior de la casa despertaron a Juan Balado. "Tac, tac, tac", un sonido que interpretó como una pesadilla del perro, pero que terminó siendo la pesadilla de toda su familia. "Me levanté, subí una persiana que da acceso a la entrada y me encontré los dos coches, el mío y el de mi esposa, envueltos en llamas". Los 'tacs' eran los neumáticos de los vehículos estallando. Juan intentó salir para contener el fuego, pero la persiana de la puerta se había dilatado con el calor y fue imposible accionarla. "Entonces desperté a mi pareja y nos fuimos al otro extremo de la casa, aterrados ante la posibilidad de que explotasen los depósitos de combustible de los coches", dice Juan, que aún no ha podido sacarse el miedo en los huesos.

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