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La Policía abatió a un indigente con problemas mentales: así fue el incidente
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ATACÓ A UN AGENTE CON UN CUCHILLO

La Policía abatió a un indigente con problemas mentales: así fue el incidente

Sucedió en unos segundos: el ciudadano de origen ghanés atacó a uno de los agentes y recibió varios disparos en el pecho

Foto: Uno de los impactos de bala que recibió el BMW. (EFE/Mariscal)
Uno de los impactos de bala que recibió el BMW. (EFE/Mariscal)

San Cristóbal de los Ángeles pertenece a Villaverde, pero es otro mundo. Mientras que el resto de barrios del distrito han mejorado su nivel de vida en las últimas décadas, en San Cristóbal el tiempo parece estancado. Es una de esas esquinas olvidadas de Madrid donde nadie está de paso, un pueblecito aislado de la ciudad por carreteras y vías férreas, construido a toda prisa en la década de los 50 para acoger el aluvión de desplazados de Extremadura y Andalucía.

Aquel laberinto de casas de mala calidad, concebidas en su mayoría como viviendas provisionales para trabajadores de la EMT y Renfe, terminó por conformar el paisaje definitivo del barrio, espantando a varias generaciones de jóvenes reacios a vivir en 60 metros cuadros, sin ascensor ni calefacción. Tampoco ayudó que, durante dos décadas, San Cristóbal fuera el destino de realojo de varios de los poblados chabolistas desmantelados en la ciudad.

Así, cuando los trabajadores fueron muriendo, sus casas las ocuparon inmigantes que llegaban al calor de los bajos precios del suelo. En otros casos, el escaso interés por vivir en la zona ha provocado que los inmuebles queden vacíos al albur de las mafias de la okupación. Hoy, en el barrio, convive una masa de ancianos (en torno al 30%) con otra de inmigrantes mucho más jóvenes, alrededor de un tercio de la población, que se miran por la calle con desazón. Los vecinos españoles denuncian, con cierta razón, que la Policía nunca pasa por el barrio y que hay ciertas zonas que no se atreven a visitar cuando cae el sol. Los inmigrantes, en su mayor parte magrebíes, sostienen que son criminalizados por el barrio y que, cuando aparecen por allí los agentes, siempre es para hostigarles.

A nivel sociológico, San Cristóbal es una mecha que siempre está a punto de encenderse.

En medio de este clima hoy un vecino fue disparado varias veces en el pecho. Se trata de un ciudadano de origen ghanés, de 44 años, que los vecinos definen como "una persona con problemas mentales que vive en la calle". Estaba a primera hora de la mañana amenazando a los vecinos con un cuchillo de cocina y cuatro agentes lo abatieron a tiros. Para unos se trata de una muestra más de abuso policial y racismo; para otros, una actuación heroica que sirvió para salvar vidas.

Ese periódico ha consultado a varias fuentes que presenciaron el incidente para elaborar una cronología de los hechos:

09:50. Vecinos y personal del centro de salud de San Cristóbal avistan a un indigente, habitual del barrio, que camina dando gritos con un cuchillo de cocina en la mano. El individuo, de 44 años, merodea por un parque infantil, en ese momento vacío, que está frente al centro de salud.

Distintas fuentes de San Cristóbal aseguran que el indigente, de origen ghanés, duerme a menudo por esa zona y que presenta “obvios problemas mentales”. Reportan “crisis puntuales” en su comportamiento, que lo llevan a increpar al resto de vecinos, aunque nadie lo identifica como peligroso. No obstante, hoy lleva un cuchillo. También es conocido en los comercios frente al ambulatorio, donde a veces entra a pedir comida o un café.

Esa mañana vestía un jersey negro con pantalones marrones. Su ropa estaba raída.

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09:55. Dos trabajadores del centro de salud, que han salido a fumar, lo ven y se asustan. El ghanés también se fija en ellos y éstos corren hacia el interior del edificio. Urgen, aterrorizados, a que se cierren las puertas del centro. El indigente se acerca a la puerta y profiere algunas amenazas.

Después, el individuo pasa varios minutos amenazando a los transeúntes y conductores, aunque no ataca a nadie. La policía municipal empieza a recibir llamadas de los vecinos y médicos del centro de salud alertando de la situación.

10:15. El indigente da una vuelta entera al centro de salud, uno de los mayores edificios del barrio, y se dirige a la puerta trasera, que también está cerrada, en la esquina entre las calles Benimamet y Paterna.

10:25. Llegan varias unidades de la Policía Nacional desde la comisaría de Villaverde-Usera. Inmediatamente reconocen al sujeto: ha creado problemas de este tipo durante el último año y tiene antecedentes penales por agredir a la policía.

Tres vecinos relatan que cuatro agentes de la Policía se acercan al indigente con prudencia, pero que a los pocos segundos comienzan a levantar la voz, exigiendo al hombre que tire al suelo el cuchillo, una acción no recomendada en los protocolos de trato con enfermos mentales. Comienzan a acercarse y es entonces cuando el ghanés ataca a uno de los agentes, golpeándole en una mano pero sin llegar a lesionarlo con el cuchillo.

En ese momento los agentes sacan sus armas y continúan gritándole que se tire al suelo.

Comienzan los disparos. Al menos, siete. Dos impactan contra un contenedor de vidrio, otro sobre el capó de un Mazda rojo y otro sobre la ventanilla de un BMW de color claro. Entre medias, el ghanés recibe al menos dos impactos de bala en el pecho y cae desplomado entre el Mazda y el contenedor. Algunos vecinos sostienen que los policías llegaron a dispararle cuando estaba en el suelo, versión que niegan los sindicatos policiales.

10:30. Llega el Samur, avisado por los propios agentes, que han mantenido al ghanés con vida por medio de la RCP. No obstante, las heridas son demasiado graves y los sanitarios no pueden más que certificar su fallecimiento.

En las horas posteriores la situación se ha ido tensando en el barrio. A medida que llegaban numerosas dotaciones de la Municipal y la Nacional a la zona, para acordonarla a la espera de la llegada de la Policía Científica, decenas de vecinos de origen inmigrante se han ido congregando clamando contra la actuación policial. "¡Asesinos! ¡Han matado al pobre hombre, que lo sepa toda España!", vociferaba uno de ellos a las cámaras de televisión.

Más allá de la cuestión racial, lo cierto es que se trata de otro episodio de violencia entre los cuerpos de seguridad y personas con problemas mentales. La Sociedad Española de Psiquiatría ha advertido en diversas ocasiones que hace falta formación para que agentes y personal hospitalario sepa cómo han de actuar frente a este tipo de situaciones, cuyo desenlace es trágico en muchas ocasiones.

San Cristóbal de los Ángeles pertenece a Villaverde, pero es otro mundo. Mientras que el resto de barrios del distrito han mejorado su nivel de vida en las últimas décadas, en San Cristóbal el tiempo parece estancado. Es una de esas esquinas olvidadas de Madrid donde nadie está de paso, un pueblecito aislado de la ciudad por carreteras y vías férreas, construido a toda prisa en la década de los 50 para acoger el aluvión de desplazados de Extremadura y Andalucía.

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