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Bronca en el Ramón y Cajal: 570.000 € en un TAC, la pareja de la subjefa y Cristina Almeida
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Bronca en el Ramón y Cajal: 570.000 € en un TAC, la pareja de la subjefa y Cristina Almeida

El hospital compra a Siemens la máquina para diagnosticar tumores. El sindicato CSIT y facultativos aseguran que funciona a bajo rendimiento porque se ha acondicionado mal

Foto: El nuevo PEC-TAC, con parte del equipo médico.
El nuevo PEC-TAC, con parte del equipo médico.

El hospital madrileño Ramón y Cajal acaba de comprar un PEC-TAC (un escáner que mejora la localización de las lesiones y los tumores gracias a la emisión de positrones). La adquisición es una buena noticia para el centro, el único de los grandes hospitales de la red pública madrileña que no contaba con esta tecnología. Sin embargo, trabajadores y sindicatos han mostrado su malestar por la opacidad de la compra, que casualmente se ha formalizado con la empresa Siemens, de la que es directivo la pareja de la subdirectora médica. Las quejas llegaron a la abogada y exdiputada Cristina Almeida, muy unida al centro porque fue concejala del distrito donde se ubica. Almeida reconoce que llegó a escribir a la presidenta regional, Cristina Cifuentes, quien le aseguró que indagó sobre el tema y no detectó irregularidades. Un portavoz del hospital destaca lo positivo de la operación, ya que el PEC-TAC se adquirió por concurso público por un "coste inferior a 570.000 euros" cuando "el coste de un equipo nuevo en el mercado asciende aproximadamente a 1,3 millones de euros".

Los trabajadores también denuncian que el PEC-TAC no está funcionando a su rendimiento normal y que como mucho hace cuatro pruebas al día porque ha sido ubicado en la planta cero, en radiología, cuando la farmacia donde se almacena el contraste que se inyecta a los pacientes, que contiene isótopos radiactivos, está en la planta menos dos, en medicina nuclear. "La máquina tenía que haberse instalado junto a la radiofarmacia. Al no ser así, hay que limitar el trasiego que supone llevar de una planta a otra un fármaco con un alto nivel de radiación". Las primeras pruebas comenzaron el 6 de abril. "Desde entonces y hasta la semana pasada se han hecho 58, muy pocas". Las obras para instalar el PEC-TAC tuvieron que ser supervisadas por el Consejo de Seguridad Nuclear, como marca la ley.

El hospital asegura que el nuevo equipo funciona con normalidad y que "la adquisición de la tecnología PET-TAC ha sido una reivindicación continua por parte del personal facultativo del centro". Algunos trabajadores del centro acudieron incluso a la abogada y exdiputada Cristina Almeida, que también fue concejala del distrito de Fuencarral, donde se ubica el hospital. "Me contaron lo que estaba pasando y quise ayudar y mediar. Me siento muy unida al centro hospitalario. Formé parte hace muchos años de su consejo rector. Escribí a la presidenta Cifuentes. Que me llamó y me dijo que indagó sobre el tema y no detectó irregularidades", señala Almeida.

Un equipo de trabajo para comprar el PEC-TAC

La compra del PEC-TAC la ha financiado la Fundación de Investigación Biomédica del hospital a través de un concurso público (número ST2015/11) "modalidad de pago aplazado en diferentes ejercicios presupuestarios". El concurso se licitó el 3 de octubre 2015 y el contrato se formalizó el 18 de febrero de 2016. "Después de realizar un estudio del mercado de este tipo de equipamiento, la dirección del centro creó un grupo de trabajo integrado por miembros del equipo directivo y profesionales de medicina nuclear, radiofísica y de la fundación que consideró la compra de este PET-TAC", explica un portavoz del hospital. El concurso se lo llevó Siemens, que tiene un área de salud, Siemens Healthcare.

El hospital asegura que el PEC-TAC lo ha financiado la fundación del centro y que el concurso se licitó el 3 de octubre 2015 y se formalizó el 18 de febrero de 2016

Precisamente el CEO de Siemens Healthcare España, Luis Cortina Tarrats, es pareja de una de las subdirectoras médicas del centro, la responsable del Área de Servicios Centrales, Montserrat Ferre-Masferrer, que llegó al Ramón y Cajal en julio de 2014. Los trabajadores apodan a Ferre-Masferrer 'la doctora Siemens'. La dirección médica del centro, en la que trabaja Ferre-Masferrer, formó parte del equipo que decidió la compra del PEC-TAC.

El sindicato CSIT asegura que ha pedido información sobre las obras que se hicieron para acondicionar el PEC-TAC, "mal realizadas", y va a exigir a la Unidad de Control Financiero del hospital, que depende de la Consejería de Economía y Hacienda, una auditoría de la compra para que se aclare por qué la ha hecho la fundación. Entre los grandes hospitales de Madrid, el Ramón y Cajal es el quinto mejor valorado, según el Observatorio de Resultados del Servicio Madrileño de Salud.

El PEC-TAC se utiliza sobre todo para diagnósticos oncológicos, ya que ofrece información de gran precisión de lesiones y tumores al combinar tomografías por emisión de positrones (PET) y tomografía radiológica (TAC). El uso de contraste permite obtener imágenes más completas de los procesos biológicos que se desarrollan en el interior del organismo. Además, la alta sensibilidad de los detectores PET permite identificar y caracterizar lesiones de tamaño muy pequeño con unas dosis mínimas de radiación en los pacientes.

José Manuel Castro-Beiras, jefe de servicio de Medicina Nuclear, asegura que el hospital "era el único hospital terciario de la red sanitaria pública sin PET-TAC. Se trata de una reivindicación histórica que data del año 2002 a instancias de todos los facultativos e incluso sindicatos. Pero fue el Director Gerente, Juan José Equiza, quien comprendió la necesidad y apostó por ello. En cuanto al número de pruebas realizadas, se están haciendo una media de cuatro al día, siguiendo la autorización del Consejo de Seguridad Nacional. En un corto periodo de tiempo se va a ampliar al máximo el número de pruebas permitidas".

El hospital madrileño Ramón y Cajal acaba de comprar un PEC-TAC (un escáner que mejora la localización de las lesiones y los tumores gracias a la emisión de positrones). La adquisición es una buena noticia para el centro, el único de los grandes hospitales de la red pública madrileña que no contaba con esta tecnología. Sin embargo, trabajadores y sindicatos han mostrado su malestar por la opacidad de la compra, que casualmente se ha formalizado con la empresa Siemens, de la que es directivo la pareja de la subdirectora médica. Las quejas llegaron a la abogada y exdiputada Cristina Almeida, muy unida al centro porque fue concejala del distrito donde se ubica. Almeida reconoce que llegó a escribir a la presidenta regional, Cristina Cifuentes, quien le aseguró que indagó sobre el tema y no detectó irregularidades. Un portavoz del hospital destaca lo positivo de la operación, ya que el PEC-TAC se adquirió por concurso público por un "coste inferior a 570.000 euros" cuando "el coste de un equipo nuevo en el mercado asciende aproximadamente a 1,3 millones de euros".

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