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Sillas, mesas, estanterías… Almacén de Villa de Madrid, el último destino de un desahucio
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Sillas, mesas, estanterías… Almacén de Villa de Madrid, el último destino de un desahucio

El Almacén de la Villa de Madrid recibe terrazas de bares que no tienen permisos, enseres de concejalías inservibles pero también muebles de una casa 'víctima' de una ejecución hipotecaria

Al lado de la fábrica de Bimbo y perdido en un polígono industrial de Coslada se esconde un tesoro, un plató ideal para rodar un capítulo de Cazasubastas, el programa americano de Discovery Max en el que dos tipos compran almacenes repletos de objetos que luego venderán para intentar ganar dinero. Este es un depósito de más de 4.000 metros cuadrados pero Ton y Allen, los protagonistas del programa, se van a quedar con las ganas. Esto es propiedad del Ayuntamiento de Madrid; es el Almacén de la Villa.

Pasear por sus pasillos infinitos significa llegar a grandes salas donde se pueden encontrar carteles de menús de restaurantes, terrazas de bares, maniquíes, sillas, mesas, cómodas, colchones… Aquí llega lo requisado por la policía que esté ilegalmente en la vía pública -terrazas, kioskos, top manta...- enseres de las diferentes dependencias municipales que no se utilizan o se guardan durante la mudanza y los muebles de una familia tras el lanzamiento de la vivienda habitual por desahucio. Es decir, cuando los agentes entran en la casa para expulsar a sus propietarios que no han abandonado su hogar pese a la notificación pertinente.

Es la parte más desagradable de este Almacén de la Villa. Es triste ver cunas, lavadoras, vitrinas e incluso algún juguete que ha formado parte de una vida. Todo tiene propietario aquí pero esta parte encoje al visitante. Afortunadamente los once trabajadores saben que son los menos. Por ejemplo, el año pasado de los 196 depósitos que se recibieron, solo el 15 procedían de desahucios y seis de esos lotes fueron devueltos a sus propietarios. De enero a julio de 2015, de los 83 que han llegado, solo 7 procedían de ejecuciones hipotecarias. El Ayuntamiento ha facilitado datos solo hasta 2012 donde, aunque el porcentaje sigue siendo pequeño, se observa un aumento mayor.

Hay que recordar que sólo llegan aquí los bienes de los propietarios si hay un lanzamiento, es decir, si hay una entrada de la comisión judicial para sacar a los, hasta ahora, dueños. Los enseres se quedan en la calle y los trabajadores municipales deben llevarlo al Almacén de la Villa.

Los más necesitados no pagan

A finales de 2013 el Consistorio, todavía en manos de Ana Botella, aprobó una modificación de la normativa que permitía a las víctimas de estos lanzamientos recuperar sus muebles sin pagar la tasa municipal correspondiente a partir de 2014. “Están exentos 100% del pago de la tasa si reúnen una serie de condiciones en relación con el tanto por ciento del IPREM anual. Para favorecer a los que tienen menos recursos”, explica Dolores Feced, consejera técnica de la Dirección General de Contrataciones y Servicios del área de Hacienda y Economía. También pueden acogerse a esta medida aquellos que hayan sufrido un lanzamiento de su vivienda por ruina, incendio o derribo forzoso.

Hasta 2014, durante todos los años anteriores de la crisis, al doloroso momento de abandonar el hogar por no poder pagar había añadirle otro más: sacar el monedero para recuperar el sofá, la cama o la estantería. Igual que cuando la grúa retira tu coche. En este caso el precio es de 0,42 euros por cada m³ o fracción de material almacenado y día. Para estar exento, como explicaba la consejera técnica, hay que reunir una serie de requisitos que tiene como cifra el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM). Como casi todo lo que tiene que ver con la Administración.

El año pasado se aplicó esta gratuidad a 4 de los 6 depósitos procedentes de desahucios que fueron devueltos. Este año a 3. El propietario tiene dos meses, y hasta un tercero de prórroga si lo pide, para volver a tener sus posesiones.

Ingresos por retirada

Uno de los objetos que más se ve en este almacén son sillas, sobre todo procedentes de terrazas de bares que han ocupado la vía pública sin tener el permiso o lo han excedido. En este caso sí deben abonar el impuesto correspondiente para recuperar lo que es suyo. Hasta 8 m³ o fracción de material retirado y transportado son 150 euros. Por cada m³ o fracción que exceda de esos 8, 18,76 euros. El año pasado, el Ayuntamiento ingresó 13.731 euros por la retirada de 72 lotes de los 183 en total que llegaron, sin contar los procedentes de desahucios. En 2013 se recaudó más de 15.000 y en 2012 más de 5.000.

¿Y qué pasa con aquello que no se retira? “Aquella parte de desahucios o terrazas cuyos objetos pueden tener un aprovechamiento en dependencias municipales se fotografían, se cuelgan en la intranet y así cualquier dependencia municipal puede hacer uso de ellos”, apunta la consejera técnica. Esta medida permite ahorrar dinero al Ayuntamiento en la compra de nuevo muebles pero solo lleva dos años en funcionamiento. También se puso en marcha en 2013,

Y así un barril que ejercía de mesa en un bar pasa a ser lienzo de un centro de juventud. Una vez llegó un gimnasio entero y como nadie lo reclamó acabó en dependencias de la policía y bomberos. O los maniquíes, que se destinarán al Samur para que realicen sus prácticas de primeros auxilios. Aquello que no es susceptible de uso municipal y no tiene valor económico se dona a entidades con las que las que el Consistorio tiene convenios firmados como Humana, que se lleva la ropa y residuos textiles.

Los objetos del top manta se destruyen y aquellos que pueden tener un valor económico se clasifica, forman parte de un lote y cualquier ciudadano pueda optar por ello. “Organizamos lotes heterogéneos donde hay una cómoda, una máquina de coser antigua, un cuadro... y hacemos subastas”, apunta Dolores Feced. La última de estas pujas quedó desierta. Nadie quiso el lote del Almacén de la Villa. Lo dicho, el paraíso de Cazasubastas.

Al lado de la fábrica de Bimbo y perdido en un polígono industrial de Coslada se esconde un tesoro, un plató ideal para rodar un capítulo de Cazasubastas, el programa americano de Discovery Max en el que dos tipos compran almacenes repletos de objetos que luego venderán para intentar ganar dinero. Este es un depósito de más de 4.000 metros cuadrados pero Ton y Allen, los protagonistas del programa, se van a quedar con las ganas. Esto es propiedad del Ayuntamiento de Madrid; es el Almacén de la Villa.

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