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El pacto para reactivar el AVE de Lisboa a Madrid proyecta sombras sobre la conexión con Galicia
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LA CARA B DEL PACTO

El pacto para reactivar el AVE de Lisboa a Madrid proyecta sombras sobre la conexión con Galicia

El nuevo Gobierno luso elude comprometer un plazo para la alta velocidad a Vigo mientras establece 2034 para la línea entre las dos capitales

Foto: Un nuevo tren de AVE en la estación de Chamartín (Madrid). (EP/Alberto Ortega)
Un nuevo tren de AVE en la estación de Chamartín (Madrid). (EP/Alberto Ortega)

No suele ocurrir, pero los intereses del Gobierno y de Isabel Díaz Ayuso a veces convergen. Es el caso de la línea de AVE entre Lisboa y Madrid, un proyecto que la presidenta de la Comunidad de Madrid trata de impulsar frente al interés de Portugal de dar prioridad a su conexión con Galicia. Esa prioridad ya es historia, después de que el cambio de Gobierno en el país vecino no tardara en plasmarse en un nuevo plan de infraestructuras, aprobado este martes, que pone el foco en la alta velocidad entre las dos capitales, una decisión aplaudida por el Ejecutivo de Pedro Sánchez, que nunca mostró excesivo entusiasmo por la apuesta Lisboa-Vigo.

El plan, impulsado mediante una resolución formal del Consejo de Ministros portugués, no entierra la conexión con Galicia, pero si para Antonio Costa –el primer ministro dimitido en noviembre pasado– era una prioridad, hasta el punto de comprometer el año 2030 como el de su inauguración, ahora es un proyecto sin fecha en un conjunto de infraestructuras que pivotan alrededor de un nuevo aeropuerto en Lisboa. La nueva programación contempla un escenario mucho más realista para el AVE de la capital portuguesa con Madrid, 2034, en tanto que la conexión con Galicia desaparece del cronograma. La buena noticia para Galicia es que el nuevo plan reduce ligeramente los tiempos de viaje desde Vigo: 50 minutos a Oporto y 2:05 horas a Lisboa.

No aparece por ningún lado en el nuevo plan portugués que se renuncie a la conexión Lisboa-Vigo, a la que tampoco se opuso explícitamente nunca el Gobierno español. Pero, de la parte portuguesa, se omite no solo la fecha, sino el espíritu de un proyecto que el socialista Costa defendía por los lazos que unen a Galicia con Portugal, especialmente con el norte. "Sabemos que aquí los pueblos que viven a ambos lados de la frontera tienen relaciones sociales, económicas y culturales más estrechas", defendió su ministro de Infraestructuras, Pedro Nuno Santos. Aquella prioridad frente a "otras ciudades ibéricas", en alusión a Madrid, decayó con el cambio de Gobierno por el del conservador Luís Montenegro, del mismo partido que el alcalde de Lisboa, Carlos Moedas, un firme defensor del AVE de su ciudad con Madrid.

Foto: Isabel Díaz Ayuso, durante su intervención en el acto de Madrid Foro Empresarial.

En España, tampoco el Gobierno de Pedro Sánchez se opuso nunca de forma explícita a los planes portugueses de priorizar Vigo. Sin embargo, la entonces ministra portuguesa de Cohesión Territorial, Ana Abrunhosa, reveló después de la cumbre hispano-lusa de 2020 que el Ejecutivo español había presionado para dar prioridad a la línea entre las dos capitales. "El Gobierno de España nos puso en una situación que no es fácil, cuando casi nos impone la conexión entre Madrid y Lisboa, cuando nosotros no la tenemos como prioridad". Y añadió: "Lo que el Gobierno portugués no quiere es que se adopte una decisión impuesta, y eso fue lo que transmitimos".

Ahora sí es prioritario para Portugal ese AVE Madrid-Lisboa. Su Gobierno quiere anticipar la alta velocidad con la capital española y el tercer puente sobre el Tajo, para complementar la capacidad aeroportuaria lisboeta y aliviar la presión de su aeropuerto. Y ya no hay problema en considerarla al mismo nivel que Lisboa-Vigo, aunque con la diferencia de que este trayecto antes crucial ya no aparece en los calendarios, a diferencia del madrileño. Sobre el papel, ambas líneas, la de Madrid y la de Galicia, están ahora en el mismo plano, como defendieron los ministros de exteriores de ambos países en la reunión que mantuvieron en Madrid el pasado lunes, dos días antes de que se aprobara el nuevo plan de infraestructuras.

Foto: Unas cajas con centollos, en una lonja de Burela (Lugo). (EP/Carlos Castro)

En esa reunión, celebrada en el Palacio de Viana, José Manuel Albares y su homólogo portugués, Paulo Rangel, consideraron "exactamente igual" de prioritarios los dos enlaces. El ministro español tachó de "anomalía" que las dos capitales no estén conectadas por alta velocidad, una situación que el Gobierno de España tiene “especial interés” en solventar. Del enlace con Galicia, mientras, advirtió que precisa de que Portugal conecte previamente su capital con Oporto, una obra en fase de licitación que no estará lista hasta 2027. Rangel, mientras, aseguró que su país apuesta por las dos conexiones y que va "a trabajar en ambas al mismo tiempo para recuperar el tiempo perdido", tras la parálisis de los proyectos que atribuyó a los gobiernos anteriores.

La incompatibilidad de las dos líneas no es solo una cuestión presupuestaria. Al unirse con Vigo, Portugal estaba concediendo a esta ciudad la condición de nodo ferroviario hacia Madrid para todo el norte del país, tal y como figuraba en el proyecto del Gobierno de Antonio Costa. En su actual redacción, la planificación recupera la conexión para esa parte de su territorio a través de Lisboa.

Desde la perspectiva española, la caída del AVE Vigo-Oporto del calendario libera al Gobierno de presión para ejecutar una obra fundamental para facilitar la línea con Portugal, la salida sur de Vigo, un túnel urbano en fase de estudio cuyo presupuesto se calcula en unos 600 millones de euros, que se viene aplazando desde hace más de una década. Para la mayor ciudad de Galicia la mala noticia es doble, porque sin el tráfico procedente de Portugal pierde opciones para mejorar su conexión con Madrid, que ahora da un rodeo hacia el norte por Santiago para después bajar a Ourense. El tiempo de viaje Vigo-Madrid cuando finalicen las obras en Chamartín seguirá quedará en no menos de tres horas y media

No suele ocurrir, pero los intereses del Gobierno y de Isabel Díaz Ayuso a veces convergen. Es el caso de la línea de AVE entre Lisboa y Madrid, un proyecto que la presidenta de la Comunidad de Madrid trata de impulsar frente al interés de Portugal de dar prioridad a su conexión con Galicia. Esa prioridad ya es historia, después de que el cambio de Gobierno en el país vecino no tardara en plasmarse en un nuevo plan de infraestructuras, aprobado este martes, que pone el foco en la alta velocidad entre las dos capitales, una decisión aplaudida por el Ejecutivo de Pedro Sánchez, que nunca mostró excesivo entusiasmo por la apuesta Lisboa-Vigo.

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