El carnaval electoral del 18-F: el mago, la vaquera, un gladiador y Jácome de Power Ranger

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• Candidatos: Alfonso Rueda | Ana Pontón | Álvaro Díaz-Mellado | Marta Lois | José Ramón Gómez Besteiro |

Termina este viernes una campaña en dos tiempos; antes y después de las revelaciones del PP sobre la posibilidad de un indulto a Puigdemont —con revuelo interno y munición verbal para la oposición— que ha ido creciendo en intensidad y nerviosismo hasta un final que algunas encuestas dibujan abierto, pero no terminan de despejar.

PP y BNG, los finalistas de esta partida electoral, coinciden solo en un mensaje: la mayoría (o el cambio) están “a un puñado de votos” y se han empleado a fondo, disfraces incluidos, para buscarlos desde la costa atlántica al interior rural sin olvidar la emigración (17% del censo). Veamos qué ha pasado en estos 15 días en la contracampaña para que un “astronauta” llamado Gonzalo Pérez Jácome, con la nave nodriza en Ourense, pueda tener la llave de la Xunta y decantar un Gobierno para el PP o para el bloque de la izquierda con el BNG y el PSOE y la duda de Sumar.

A Galicia que funciona (PP)

El PP de Alfonso Rueda empezó la carrera hacia el 18-F con ventaja haciendo de su apellido su eslogan. Rompió la dinámica de concurrir con Euskadi para desligarse de la competición entre nacionalistas (PNV-BIldu) y adelantó los comicios gallegos con un buen puñado de anuncios impulsados desde la Xunta, entres ellos, una rebaja ampliada de impuestos, como el de sucesiones, con expediente de la Junta Electoral.

Todo iba rodado, pero el candidato popular quedó desdibujado en el debate electoral a cinco en la TVG frente a una Pontón que se hizo con el foco. A Galicia llegaron caravanas paralelas de Alberto Núñez Feijóo y Mariano Rajoy, también Juanma Moreno, Alfonso Fernández Mañueco e Isabel Díaz Ayuso. La formación metió de lleno en la campaña cuestiones nacionales: de la amnistía al segundo asalto del 23-J, mientras la oposición optó por cuestiones domésticas, con especial protagonismo de la Sanidad, y los tractores entraban en escena.

Rueda, que se define como “un tímido con tablas”, salió del hermetismo de la segunda fila y se aplicó como candidato. Invitó a cañas 0,0%, se puso al volante de un bus, bailó el meneíto en la televisión gallega, amasó pan, hizo tramos en bici y rutas en moto y hasta se disfrazó del mago Gandalf “el gris” en el Jueves de Comadres de Verín, probando su buen humor frente a quienes lo definen como un político eficaz pero sin carisma. El PP fue de más a menos, con lleno en los actos, esquivando preguntas y endureciendo sus ataques contra el BNG. ¿La banda sonora del PPdeG para este 18-F? Un clásico revisado, el Xuntos de Juan Pardo que ya acompañaba a Manuel Fraga en los 90.

Agora, Pontón presidenta (BNG)

El BNG cogió desprevenidos a sus adversarios con una estrategia propositiva y positiva en tono presidencial alrededor de la figura de su candidata, explotando su perfil amable. Una campaña blanca y de nacionalismo soft que apela a la emoción por encima de las siglas. Ana Pontón respondió riendo al vídeo difundido por el PP en que la vestían de Arnaldo Otegi y lo achacó al “nerviosismo y la desesperación”. En las últimas horas, espoleó el voto femenino y refrenó la euforia para no perder pie hasta que no se cuenten los votos. Con las expectativas tan altas, pinchar sería un fracaso.

Es la tercera vez que Pontón opta a la presidencia de la Xunta —lo hizo en 2016 y 2020— tras 20 años como diputada autonómica y la primera con algunas opciones de tocar poder en San Caetano tras cuatro años al frente de la oposición y trabajándose la base obrera a través de su brazo sindical (CIG).

“Da igual lo que votases antes, hay muchas formas de sentirse gallego”, ha afirmado Pontón en varias intervenciones, al tiempo que ha repetido que el 18-F “no es un premio de consolación para Feijóo ni la reválida de Sánchez”. Y en esta frase se apoya el auge del BNG en las encuestas: una estrategia eficaz para ensanchar su base más allá de lo que marcan sus estatutos —un bloque de fuerzas nacionalistas e independentistas de izquierdas— apelando a un sentimiento más gallego que galleguista y pasando de puntillas sobre sus raíces —el marxismo de la UPG— o los puntos más calientes de su programa: educación totalmente en gallego o autodeterminación, en sintonía con Bildu y ERC con quienes negocia ahora mismo volver a concurrir juntos a las elecciones europeas.

Reforzado en su liderazgo entre los suyos, Pontón se reconcilió con Xosé Manuel Beiras, invitó a los medios a conocer a sus orígenes en una casa de aldea en Chorente (Sarria), bailó con sombrero de vaquera en el PontonFest en el Entroido de Verín y Xinzo (Ourense) y se prestó a vídeos desenfadados en redes. A fábrica da luz da Banda da Loba fue la banda sonora de su campaña.

Desta vai (PSOE)

El PSdeG de José Ramón Gómez Besteiro ha tenido más apoyo de Ferraz del que nunca se haya visto en cualquier campaña gallega pese a que el candidato parece estar destinado a ser tercero con un resultado más bien discreto y un papel relegado a ser el telonero del BNG. El temor en la formación es bajar de 14 diputados (su sótano electoral desde que Emilio P. Touriño presidió la Xunta en 2009).

Pedro Sánchez ha pasado por Galicia casi media docena de veces entre actos electorales y de Gobierno —hasta merecer la reprimenda de la JEC por un anuncio en Navantia—, aunque el verdadero animador de la campaña socialista fue José Luis Rodríguez Zapatero, lanzado como monologuista político. A Sánchez no se le escapa que el 18-F es la oportunidad de apretar a Feijóo en su feudo y ponerlo en jaque ante Génova. Tampoco es un secreto su querencia por Besteiro, que pasó por un calvario judicial en Lugo durante siete años imputado en dos causas que se archivaron sin consecuencias y que truncaron su carrera política en 2016, mientras el PSdeG se iba a pique entre cuitas internas.

El PSOE ha hecho una campaña más convencional, multiplicando la agenda de un candidato que mantiene su escaño por Lugo en el Congreso y aterrizó tarde entre retraso en las primarias y el adelanto electoral. Besteiro es un político con tablas, don de gentes y mucha retranca, pero muy desconocido para el electorado fuera de Lugo, donde fue concejal y presidente de la diputación. Se puso a los fogones con Salvador Illa para estirar unas orejas —postre típico—, recorrió Galicia con casi todos los ministros y se visitó de gladiador romano para las fiestas del Arde Lucus de Lugo. Los socialistas temen el trasvase de votantes al BNG en las autonómicas —un 29% de acuerdo al último CIS— y que retorna al PSOE en las generales, donde obtuvieron casi medio millón de sufragios el 23-J.

Ni PP ni PSOE: de Ourense

Democracia Ourensana (DO) es caso aparte. “Extravagante, excéntrico o payaso”. Al alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, le han llamado de todo, pero él no se muerde la lengua. Lo primero que conviene aclarar es que él no se presenta a este 18-F, aunque lo parezca. Lo hace su segundo, Armando Ojea, totalmente opacado detrás del omnipresente regidor. También que no es la primera vez que DO intenta entrar en el Parlamento gallego, pero esta podría ser la primera vez que lo consiga y con un escaño determinante para los caprichos de la aritmética. Ya dio la sorpresa en las municipales del 2023 con resultados que no captó ninguna encuesta.

A Jácome le sentó mal que las elecciones coincidieran con el Entroido (carnaval) en Ourense, una fiesta pagana sagrada que paraliza la provincia como la Feria de Abril a Sevilla. “Ideólogo, microliberal y diletante”, como se define, ha hecho de su guerra contra el “caciquismo de los Baltar” su caballo de Troya en Ourense desde su propia televisión: Auria TV y con su perfil en X como altavoz de los mensajes más marcianos.

Populista y oportunista, exprimió la coyuntura del Carnaval para hacer la campaña más gamberra en su ciudad aterrizando de astronauta en el escenario y desfilar disfrazado de Power Ranger, Superman, fraile o gatita, lanzarse “a una piscina” o versionar In the Navy de los Village People por su A la Xunta, con 479.000 reproducciones, muchas más que todo el censo de la provincia (355.800). Jácome ha sido claro: “Pactaré con el diablo”. A Jácome le valen todos si él (y Ourense) salen ganando. Su lema: “Ni de izquierdas ni de derechas, de Ourense”.

Farémolo posible (Sumar)

Sumar llegó tarde a unas elecciones que se veían venir y designaron candidata a Marta Lois, su portavoz en el Congreso, tras apenas seis meses para darle entrada a Íñigo Errejón. La formación de Yolanda Díaz no afronta el 18-F con el mejor pronóstico y tras una campaña modesta, con algunos ministros de paracaidistas exprés, pero que también fue el primer contacto de Lois con los territorios con Díaz de perfil, menos presente de lo que se esperaba de ella. Muchos paseos y pocos disfraces, aunque llegaron a embarcarse rumbo a Cangas.

Marta Lois defiende que con BNG y PSOE no basta y pelean por arañar uno o dos escaños en A Coruña y Pontevedra, donde las antiguas mareas tuvieron su fuerza con una idea simplificada: “Si Vigo o A Coruña votan, Rueda cae”, buscando la mayor participación posible contra la abstención del 51% en 2020. Quedarse otra vez fuera del Parlamento en Galicia (o de una Xunta alternativa al PP) sería la puntilla para Díaz en su casa política y comprometería el futuro del movimiento y su posición en el Gobierno.