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De quedar libre por intento de homicidio a la cárcel acusado de matar a otra persona
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se fugó antes del juicio

De quedar libre por intento de homicidio a la cárcel acusado de matar a otra persona

Juancho aprovechó su libertad provisional para poner pies en polvorosa y no se presentó cuando le citaron para el juicio. La Policía lo ha encontrado este verano

Foto: Agentes del Cuerpo Nacional de Policía a la entrada de los juzgados de A Coruña. (EFE)
Agentes del Cuerpo Nacional de Policía a la entrada de los juzgados de A Coruña. (EFE)

Marzo de 2017. Pepe —nombre ficticio— sale de un salón de juegos en A Coruña y se encuentra, casualmente, con Juancho, un conocido de origen colombiano. Charlan relajadamente un rato. "Hablamos un poco de todo. Me preguntó si había apostado a algo y le expliqué que no, que acababa de cobrar 700 euros del paro y que ni se me había ocurrido sacarlos del bolsillo. Me invitó a ir a su casa y acepté", explica Pepe en su relato a las autoridades.

"Al llegar a casa de Juancho nos encontramos a Buba, su compañero de piso, que es de Senegal. Juancho y él hablaron entre ellos y luego se pusieron a discutir por la limpieza del domicilio". El joven se esquina porque aquello no va con él. Sin embargo, Buba decide incluirlo. "Sin razón lógica se dirigió a mí y me preguntó: '¿Dónde has escondido mi cuchillo?'. 'No sé a qué te refieres', le respondí desconcertado, pero no le debió convencer mi contestación porque sin venir a cuento me soltó un derechazo en el ojo que casi me tumba". Los dos jóvenes se enzarzan en una violenta pelea. "Intercambiamos unos cuantos golpes y al final conseguí tirarle al suelo y reducirle", relata Pepe.

Foto: Miriam Vallejo fue encontrada sin vida en una zona de campo de Meco (Madrid). (EFE)

A Pepe jamás se le pasó por la cabeza lo que estaba a punto de acontecer. Juancho, en teoría su amigo, se acerca por detrás y, aprovechando que dedicaba todo su esfuerzo a retener a Buba en el suelo, introduce la mano en su pantalón y le quita los 700 euros del paro.

placeholder Foto de la ficha policial del detenido.
Foto de la ficha policial del detenido.

Una vez culminado el robo comienza a pegarle puñetazos por la espalda para que suelte a su compañero de piso. La víctima no entiende nada. "Tuve miedo y traté de escapar. Agarré el picaporte de la puerta mientras evitaba los golpes como podía y la abrí, pero Buba de repente sacó un cuchillo. Me zafé de él y mientras me defendía vi como Juancho se acercaba con otro cuchillo, este de cocina, en la mano. No pude evitarlo". El colombiano le asestó una puñalada cerca del corazón.

"Noté un dolor enorme y enseguida un montón de sangre. No sé cómo, pero logré huir y salir a la calle a pedir ayuda. Llegué hasta una cafetería y allí una vecina me ayudó a taponar la herida con una toalla", recuerda Pepe. Los problemas no habían acabado. Juancho y Buba también bajan a la calle, cada uno con un cuchillo en la mano. La vecina, aterrorizada, empezó a gritar y a llamar a la policía. Sus chillidos tuvieron un efecto disuasorio y con ellos logró que los agresores huyeran. También sirvieron para llamar la atención de un par de agentes que patrullaban cerca y que iniciaban la persecución. No lograron detenerlos, pero ven cómo Juancho se deshace de un objeto en un contenedor. Buscan entre la basura y localizan un destornillador enorme.

Los gritos alertaron a dos policías que, aunque no lograron detener a los agresores, encontraron un destornillador que lanzaron a la basura

Pepe es trasladado al Complejo Universitario de A Coruña, donde los médicos le explican que ha salvado la vida de milagro. Tiene un agujero de 4 centímetros de profundidad que milagrosamente no le ha afectado al pulmón ni a ningún órgano vital. A los investigadores Pepe les confirma: "No tengo ninguna duda de que ambos se pusieron de acuerdo para robarme el dinero".

Libertad provisional y fuga a Portugal

Días después de la agresión, la Policía detiene a los sospechosos y los pone a disposición judicial. El juez decreta la prisión provisional para Juancho y para Buba. Los delitos que pesan sobre ellos son severos y pueden sumar quince años de cárcel: homicidio en grado de tentativa y robo con violencia.

Ocho meses después, el abogado de Juancho pide su libertad provisional y la titular del Juzgado de Instrucción número 8 de A Coruña, María Francisca Justo, afirma en un auto: "La preocupación que por él mostró su madre cuando declaró (…), unida al informe del Centro Penitenciario que recoge el aparente interés de Juancho de mantenerse alejado de las drogas, permiten suponer que no se intentará sustraer de la acción de la justicia y aconsejan su puesta en libertad".

Pero Juancho aprovecha su libertad provisional para poner pies en polvorosa y no se presenta cuando le citan para juicio. La Policía lo ha encontrado este verano en Portugal... encarcelado. Juancho había aprovechado su libertad para robar y, según los delitos de los que se le acusa, quitarle la vida a una persona. La justicia portuguesa le mantiene, por el momento, tras los barrotes y sin atreverse a confiar en que "no intentará sustraerse de la acción de la justicia".

Foto: Viajeros en el anden de una línea de metro de Madrid. (EFE)

¿Y qué pasó con Buba? El otro detenido fue juzgado por la Audiencia Provincial de A Coruña. Los magistrados establecen en la sentencia que Juancho y Buba se repartieron los roles y se pusieron de acuerdo para robar a Pepe: mientras uno le distraía con una pelea, el otro le sustraía el dinero del pantalón. La sentencia expone que la puñalada que casi le causa la muerte fue cosa de Juancho, y Buba no tenía por qué saberlo. La condena es de tres años y medio de prisión. Tanto la acusación pública como la defensa del acusado recurren al Tribunal Superior de Justicia de Galicia.

La Fiscalía pide que también lo condenen por homicidio en grado de tentativa. Considera que, si era obvio que se habían puesto de acuerdo en el robo, ambos son responsables de los métodos usados para robarle y luego silenciar su denuncia, incluida la puñalada. La defensa, por su parte, pide que lo dejen libre porque es inocente ¿Qué resolvieron sus señorías? Que cuando comenzó la pelea Buba, del que también constan antecedentes por violación, no sabía ni del robo ni de la intención de Juancho de apuñalarlo. Absuelto.

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Marzo de 2017. Pepe —nombre ficticio— sale de un salón de juegos en A Coruña y se encuentra, casualmente, con Juancho, un conocido de origen colombiano. Charlan relajadamente un rato. "Hablamos un poco de todo. Me preguntó si había apostado a algo y le expliqué que no, que acababa de cobrar 700 euros del paro y que ni se me había ocurrido sacarlos del bolsillo. Me invitó a ir a su casa y acepté", explica Pepe en su relato a las autoridades.

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