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El Gobierno intenta minimizar el impacto

Doscientos pesqueros gallegos en alerta roja ante un Brexit duro

La salida sin acuerdo de Reino Unido de la UE expulsaría a 230 barcos, en su mayoría de Galicia, de los caladeros de Gran Sol y Malvinas. Bruselas prepara ayudas

Foto: Barcos pesqueros faenando en aguas del Bósforo, en Estambul. (EFE)
Barcos pesqueros faenando en aguas del Bósforo, en Estambul. (EFE)

El sector de la pesca sigue con la respiración contenida lo que ocurre en Londres. La posibilidad de un Brexit duro, más próximo tras el revés del plan de Theresa May en el Parlamento británico, pone fecha de caducidad para los 230 buques españoles que faenan en sus aguas territoriales, 170 de ellos gallegos. Si no hay acuerdo antes del 29 de marzo, al día siguiente tendrán que volver a casa. Se llevarían la peor parte de un revés económico para Galicia que la Xunta ha cifrado en 535 millones de euros. Bruselas ha planteado ya las primeras medidas de contingencia que entrarían en vigor el mismo 30 de marzo, pero su horizonte es temporal, únicamente por lo que resta de 2019.

Foto: Foto: EFE

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha reconocido sin paliativos el riesgo para la flota de un Brexit sin un acuerdo negociado, que es el que ahora se perfila como más probable. “Implicaría la salida automática de los barcos españoles de las aguas británicas justo al día siguiente de su entrada en vigor”, advirtió, al tiempo que admitía el grave perjuicio que ello supondría para el sector. El ministerio se pronunció en parecidos términos. “El Gobierno de España está preparado para minimizar el impacto del Brexit en el sector agroalimentario y pesquero”, señaló en un comunicado.

La salida de Reino Unido sin acuerdo afectaría en torno a 140 barcos gallegos –no todos de bandera española– que faenan en aguas de Gran Sol y más de 30 congeladores de Malvinas, que suman en torno a millar y medio de tripulantes. “El tiempo se agota el 29 de marzo, la incertidumbre que tenemos es total. Estamos trabajando ya en planes de contingencia para adaptarnos a un Brexit duro; tenemos mucha exposición a ese mercado”, relata el secretario general de la patronal conservera Anfaco, Juan Vieites. El dirigente de la asociación reconoce que esa posibilidad provocaría directamente “un caos” con un impacto económico de 350 millones de euros. “Hay que hacer el máximo esfuerzo, sobre todo el Reino Unido. Que se aclaren”, exige.

placeholder Pescadores gallegos poniendo a punto sus redes. (EFE)
Pescadores gallegos poniendo a punto sus redes. (EFE)

Las declaraciones del directivo del sector de la conserva demuestran que el negro horizonte no lo es únicamente para los barcos, y que las consecuencias del Brexit no negociado se extenderán a todos los sectores relacionados con la pesca. La industria transformadora de pescado exporta a Reino Unido más de 21.000 toneladas de productos al año. En algunos casos, como el de la conserva, los aranceles se dispararán al 24%. De las 482 firmas gallegas que exportan regularmente al mercado británico, más de 80 se dedican a los elaborados de productos del mar. La salida sin acuerdo afectará también de forma indirecta a la flota litoral y de cerco, formada por cientos de embarcaciones, ya que cuotas de especies de gran importancia comercial como el jurel, la caballa o la bacaladilla se tendrán que negociar con el Reino Unido en su calidad de país tercero.

Desde Bruselas, la Comisión Europea ha puesto encima de la mesa dos medidas de ayuda, “dada la continua incertidumbre en torno a la ratificación del Acuerdo de Salida”. Una de las ellas consistiría en que los marineros y armadores reciban compensaciones a cargo del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca que, según fuentes comunitarias, saldrían de forma voluntaria de cada país sin suponer un aumento del presupuesto o de las dotaciones nacionales dentro del FEMP. Además, plantea que los países puedan seguir en contacto con Reino Unido para realizar intercambios de cuotas, como se venía haciendo hasta ahora. Se pretende así “mitigar el impacto significativo que un Brexit sin acuerdo tendría en las pesquerías de la UE”.

Bruselas debe preparar planes de contingencia, pero las empresas también tendrán que hacer lo propio, como ha advertido la Agencia Tributaria

Otra propuesta tiene que ver con el acceso recíproco a aguas de su jurisdicción. La Unión Europea admitirá que los barcos británicos faenen en su costa si Londres hace lo propio con los barcos comunitarios. Esto supone aplicar una enmienda a la regulación sobre la gestión sostenible de la flota exterior, aunque solo tendría vigencia a lo largo de este año.

La propuesta de la Comisión debe ser ratificada por el Parlamento y el Consejo europeos. Mientras eso ocurre, el sector pesquero aplaude pero reclama más concreción, y teme por el carácter temporal de las ayudas. Para el gerente de la Asociación de Armadores de Marín, Juan Martín Fragueiro, “es un movimiento lógico y correcto”. Y también esperado, porque el citado fondo es el que se utiliza cuando se ve cortada la pesca en un país tercero. Otros armadores advierten también las dificultades que tendrán para traer el pescado a España a causa de los aranceles.

Los planes de contingencia corresponden a Bruselas, pero las empresas también tendrán que hacer lo propio, como ha advertido la Agencia Tributaria en una circular a las industrias en la que las anima a trabajar ya en un escenario de Brexit duro. Desde la Xunta, mientras, la derrota parlamentaria de May ha sido calificada por la conselleira de Mar, Rosa Quintana, de “una noticia malísima”. El Gobierno gallego ha encargado un estudio para conocer con detalle las consecuencias, pero Quintana ya advierte de que la situación será “complicada”.

El sector de la pesca sigue con la respiración contenida lo que ocurre en Londres. La posibilidad de un Brexit duro, más próximo tras el revés del plan de Theresa May en el Parlamento británico, pone fecha de caducidad para los 230 buques españoles que faenan en sus aguas territoriales, 170 de ellos gallegos. Si no hay acuerdo antes del 29 de marzo, al día siguiente tendrán que volver a casa. Se llevarían la peor parte de un revés económico para Galicia que la Xunta ha cifrado en 535 millones de euros. Bruselas ha planteado ya las primeras medidas de contingencia que entrarían en vigor el mismo 30 de marzo, pero su horizonte es temporal, únicamente por lo que resta de 2019.

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