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La memoria del 11-M en Madrid, bajo llave en el archivo de Renfe
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La memoria del 11-M en Madrid, bajo llave en el archivo de Renfe

La operadora conserva en la Biblioteca del Museo del Ferrocarril los objetos que compusieron el improvisado memorial en homenaje a las víctimas.

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La memoria de Madrid del 11-M huele a cerrado. Es del color blanco sucio de las viejas hojas de papel, y aguarda en decenas de grandes cajas azul grisáceo. Balda sobre balda, espera a los investigadores en un armario de acero, en la segunda planta del Museo del Ferrocarril, calle Delicias de la capital, a poco más de un kilómetro de donde explotó la primera bomba el 11 de marzo de 2004.

El Archivo del Duelofueel fruto de un proyecto de investigación del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). La antropóloga Cristina Sánchez Carretero y su equipo recopilaron, catalogaron, guardaron y estudiaron la "memoria de las bases"que se generó tras la tragedia. Se trata de los objetos que ciudadanos cualquiera, madrileños pero no sólo, dejaron en las inmediaciones de los lugares donde estallaron las bombas.

Hoy en día, el gran público, el mismo público que depositó sus recuerdos a pocos metros de Atocha, puede ver esa memoria sólo a través del libro que editó el CSIC. Los objetos, las cartas y los recuerdos han pasado a gestión de Renfe. La operadora no quiere exponerlos ni en un memorial ni ante las cámaras de los medios de comunicación.

Sólo se permite una consulta in situde esta memoria todavía viva de la tragedia, sin que pueda salir de la Biblioteca del Museo del Ferrocarril. Es así como este diario ha podido acceder a una parte de las 2.482 fotografías, 495 objetos, 6.432 papeles, 58.732 emails y 64 grabaciones que forman el archivo.

En el material se mezcla el dolor, la rabia, la incomprensión y las razones más humanas de una poblaciónheridaprofundamente. Un cartel anónimo resume estas sensaciones:

"Porque no estamos hablando de política,

porque en ese tren íbamos todos,

porque la vida humana no entiende de partidos"

Lo que se creó alrededor de Atocha, Santa Eugenia y El Pozo fue un "campo de amapolas y poesía", sugiereuna de las cartas recogidas en las inmediaciones de la estación madrileña. Muchos mensajes fueron improvisados por los transeúntes, como demuestra, entre otros, un "nos sumamos al dolor de las víctimas"escrito en el reverso de una consulta médica con fecha 16 de enero de 2004. En ella se diagnosticaba un quiste de piel.

Hay recuerdos para todas las víctimas, pero otrospara personas concretas.

"Te quiero mucho papá te mando un beso al cielo -Solo desaparecen aquellos a los que se les olvida"

El siguiente recuerda, en el retro de una cartulina violeta que hace de soporte al texto: "Hubieras cumplido 28 años".

"Hoy es tu cumpleaños y he vuelto después de 12 días al lugar donde te quitaron la vida, la ilusión y el futuro. Mi vida sé que desde el cielo me ves, me escuchas y me hablas. Espérame y algún día juntos conseguiremos nuestras metas para el futuro".

Por el memorial improvisado, y ahora bajo llave,pasó también quien tenía esperanza: un cartel con fotografía de un joven "desaparecido en el atentado", escrito a ordenador, se convierte, con un trazo de bolígrafo azul en "fallecido en el atentado". No falta elenfado, algunas veces convertido en poesía;otrascon algún error ortográfico de tierna edad, comodelata la grafía:

"Verguenza de mundo, no creo que haya marcha atrás"

"Las guerras son vuestras, los muertos son nuestros"

"El hombre devorador de hombres, el egoísmo que se abre paso buscando poder, la política corrupta, estúpidos ideales arraigados en mentes maleables, valores volubles, competencia, envidia, pobreza y riqueza... un mundo maltratado por el que pagan víctimas inocentes"

"Niño ecuatoriano que vino buscando una vida mejor y cumplir su sueño que era ser actor y ahora es una bictima más de la guerra sucia y la AMIBICIÓN DE BUSH"

La impotencia es la sensación más común. Incluso las mismas investigadoras del CSIC subrayan en el libro como “la necesidad de hacer algo” es uno de los motores de este tipo de celebraciones ciudadanas de las grandes tragedias.

"Cómo eran ellos, tenian manos, acariciaban, tenían hijos, o tenían mujeres, tenían cara, se miraban al espejo, como son, por qué lo han hecho. Acaso existe alguna religión que, así lo digo, acaso no tienen mujeres a las que besan o hijos a los que abrazan por qué mataron a gente inocente?"

"El cielo lloró sobre Madrid el día de la manifestación porque desde entonces cada vez que llueve en Madrid 202 veces Madrid llora."

Decenas de cartas como las que incluyen los siguientes extractos, escritas a ordenador y sin firma, intentan identificarse con las víctimas mortales.

"Hoy he vuelto a ir en el tren, el mismo que hacía mucho que no cogía; he sentido mucho miedo, pánico y de todo, entre mirando a la gente, a ver si había mochilas, bolsos y demas Hoy me baje en embajadores, fui al centro de madrid y al montar en metro mas miedo aun ya que había vigilantes de seguridad, sé que deben vigilar pero te entra un página fatal. El sábado volvere a madrid de nuevo y vendre aquí a dejar este escrito por todo lo que lei dejare un par de velas por todos los que hoy no están"

"aquí quedo muerto, más muerto que aquel que lleva equipaje de muerte/perdido entre los vivos que también hemos muerto, más muertos que los vivos que fueron a morir. No tengo hueco en este disfraz de vivo para esconder tanta muerte"

Una de ellas lo hace hasta el punto que el autor –no sabemos si conociéndole o no– se pone en la piel de uno de los fallecidos tras la explosión.

"El estremecedor sonido que precedió la rotura de los cristales fe completamente devastador. Mirando su reflejo estaba Galvez cuando un trueno nacido de no muy lejos de él hizo que el cristal de la ventana reventase cotnra todos ellos. En un segundo, se agachó cerrando los ojos. No oía absolutamente nada. Era la misma sensación que tuvo cuando fue el pasado verano en avión a Tenerife, una presión en los oídos que no le dejaban escucharse a si mismo"

Quien no pudo acercarse en persona a menudoconsiguió enviar un mensaje. Desde Nueva Zelanda, Italia, Estados Unidos, Ecuador, Francia, o de una escuela de Tarragona, donde una clase se encargó de recopilar las impresiones de niños de primer ciclo educativo.

"Nosotros los niños no nos damos cuenta ni entendemos de política pero nos damos cuenta de lo que ha pasado porque en casa estos días hemos hablado de todo lo que ha pasado, y siempre nos acordaremos de la fecha del 11M Madrid no queremos mas guerras ni terrorismo"

"No sé si tendréis algún sueño pero creo que todas las personas lo tienen. Y también los presentes del tren tendrían algún sueño, algunas no lo han cumplido"

"El 11M es cuando la gente se puso nerviosa (…). El día de las elecciones votó mi madre y por la noche había ganado el PSOE por que el PP mandó a los soldados de EE.UU a luchas contra Irak y por eso perdio el PP"

La última está dedicadaa “Antonio, que te llamas como yo”, asegura el autor de la carta. Se dirige, como el resto de su clase de primaria, auna persona que resultó herida en el atentado.

"Me hubiera gustado mucho haber estado allí para ayudarte, me han dado una lista de todos los heridos y te he elegido a ti porque te llamas igual que yo. Y si yo hubiera estado en tu lugar me habría dado un yu yu"

La cera de las velas que iluminaron la estación día y noche en los días siguiente al atentadodecora la mayoría de estos recuerdos. Muchos otros son objetos, como una bufanda de los ultras de Zaragoza, un pañuelo de una peña cultural de Gijón, un chal negro o un osito de peluche, de menos de diez centímetros de altura, dedicado a “la niña de siete meses” que falleció en el atentado.

La memoria de Madrid del 11-M huele a cerrado. Es del color blanco sucio de las viejas hojas de papel, y aguarda en decenas de grandes cajas azul grisáceo. Balda sobre balda, espera a los investigadores en un armario de acero, en la segunda planta del Museo del Ferrocarril, calle Delicias de la capital, a poco más de un kilómetro de donde explotó la primera bomba el 11 de marzo de 2004.

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