Pablo Iglesias exige la marca 'Podemos' a IU y las mareas para ir juntos a las generales
El secretario general de Podemos apuesta por integrar en Podemos a otros actores políticos como Alberto Garzón, pero impone sus propias siglas como paraguas para la unidad popular
Trabalenguas, exigencias imposibles, contradicciones, mensajes cruzados a través de la prensa... las negociaciones para articular un frente popular a la izquierda del PSOE ya han empezado. Los diferentes actores políticos “del cambio” no solo tienen la vista puesta en las generales, sino también en el 27-S de Cataluña e, incluso, en las autonómicas gallegas y vascas previstas para octubre del próximo año. Podemos parte en posición de fuerza frente a IU, tomando como referencia los resultados de las últimas elecciones y, sobre todo, las encuestas, pero esta ventaja se desvanece a la hora de imponer su estrategia a la izquierda catalanista y vasca, así como a las mareas gallegas, impulsadas por Anova, la formación liderada por el nacionalista Xosé Manuel Beiras, y EU (Esquerda Unida), de la que es portavoz Yolanda Díaz.
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, reiteró ayer que su formación “no puede ser un partido político más, sino un espacio en el que se encuentren a gusto todos los sectores del país que quieren apostar por el cambio”. Sin embargo, tras echar la de cal añadió otra de arena, marcando como línea roja que este frente amplio debe articularse sobre el paraguas de Podemos. Las siglas son innegociables para la dirección nacional del partido morado. Los secretarios generales de Galicia, Breogán Riobóo, y Cataluña, Gemma Ubasart, se posicionaron en estos mismos términos. Candidaturas de unidad popular sí, pero ofreciendo la marca electoral de Podemos como “herramienta”.
La secretaría Política de Podemos, que dirige Íñigo Errejón, deja clara la consigna a seguir en el argumentario interno dirigido a las ejecutivas territoriales del partido (orientaciones políticas semanales 27 de mayo): “La alternativa al bipartidismo es Podemos”. El documento interno al que ha tenido acceso El Confidencial se defiende con datos del argumento utilizado por las corrientes internas (y otros actores políticos fuera de la órbita del partido) en favor de la convergencia, según el cual las candidaturas municipalistas obtuvieron mejores resultados que Podemos de forma independiente.
“El paradigmático caso madrileño, donde Ahora Madrid obtenía 230.000 votos más que Podemos (14 puntos porcentuales), pretende retratar la parte por el todo, cuando lo cierto es que en el resto de ciudades [Burgos, Alicante, Guadalajara y Zaragoza] la diferencia no rebasa los cinco puntos porcentuales, algo poco significativo en número de votos”, apunta el texto. Por el contrario, la candidatura autonómica de Podemos (concurriendo en solitario) obtuvo más votos que las de unidad popular en hasta 16 ciudades, como se resalta en el argumentario.
Cataluña se convertirá en el laboratorio de Podemos para ensayar el frente popular de cara a las generales
Esta diferencia lleva a la secretaria Política a interpretar “que a algunos les resulta sumamente útil ubicarnos en una posición de debilidad o estancamiento, donde pareciera que nuestra marca afeara al conjunto. A todos ellos les reiteramos que la ilusión es el principal motor del cambio político en este país. Y que esa ilusión está tanto o más presente en las candidaturas de unidad popular como en nuestra formación, algo que los datos corroboran”.
La lectura interna de los datos es correcta, pero deja de lado un elemento fundamental para el análisis. Y es que Podemos solo obtuvo más votos que las CUP (candidaturas de unidad popular) en los lugares donde no se articuló una “confluencia total”, al presentarse por separado las candidaturas avaladas por Podemos, IU y otras fuerzas minoritarias de izquierdas. Asimismo, en las ciudades donde las plataformas ciudadanas se convirtieron en la primera fuerza, como Barcelona, A Coruña o Santiago de Compostela, los resultados no pueden compararse porque no se celebraron elecciones autonómicas.
Pablo Iglesias insistió en ofrecer el paraguas de su organización “a todos los actores que apuestan por el cambio y no están en Podemos”, como es el caso de Alberto Garzón, candidato a la presidencia por IU que, junto a la plana mayor del PCE, apuesta por articular un frente popular. El secretario general también dedicó palabras de halago para Yolanda Díaz, quien apeló estos días a la “altura de miras” de todas las organizaciones de izquierda para articular una candidatura conjunta de cara a las elecciones generales. Sin embargo, advirtió que para su acogida en Podemos deberían dejar de lado las siglas de la coalición de izquierdas: “no vamos a ser la balsa de salvación de nadie, cada uno tendrá que asumir la estrategia política que ha llevado a cabo. Yo puedo contar con gente diferente, pero el futuro de este país no pasa por las coaliciones y nuestra hoja de ruta pasa por ir a las generales (con marca propia).
Cataluña, laboratorio de la confluencia
Desde las mareas gallegas interpretan que sus candidaturas han logrado dar el sorpasso al PSOE e incluso obtener un puñado de votos más que el PP, mientras que Podemos se ha quedado a once puntos porcentuales de los socialistas a nivel global (el 14% frente al 25%). A pesar de todo, el líder gallego de Podemos, Breogán Riobóo, ha rechazado la propuesta de Beiras y Díaz de articular una 'marea gallega', mostrando la intención de que su organización se presente en solitario en las elecciones autonómicas. Una determinación que rebajó introduciendo un matiz: "Un proceso a mayor escalaes un proceso largo y complejo y la sociedad tendrá que involucrarse y veremos como se van marcando los tiempos".
Su homónima en Cataluña también defiende que, “a priori”, se debe preservar la marca de cara a las autonómicas del 27-S, aunque apuesta más claramente por tejer una alianza con ICV y EUiA, a imagen de la candidatura liderada por Ada Colau, Barcelona en Comú. Pablo Iglesias ya apadrinó a Albano Dante como candidato oficialista de la formación para sus primarias autonómicas, con el objetivo de articular la confluencia con otras fuerzas políticas. Cataluña se convertirá así en el laboratorio elegido por Podemos para ensayar el tan mentado frente popular para las generales.
El escenario en el País Vasco es menos proclive al entendimiento entre EH-Bildu y Podemos, que durante la campaña electoral aumentaron el cruce de acusaciones después de que Pablo Iglesias se desmarcase de los abertzales al ponercomo condición previa para abrir un diálogo sobre posibles pactos que se condenaseel terrorismo de ETA. El resultado de las negociaciones para hacer un frente contra Javier Maroto para desbancarlo de la alcaldía de Vitoria, y que el secretario general de Podemos, Roberto Uriarte, ya ha tildado de “juego mediático” de Bildu, podría sentar unprecedente.
Trabalenguas, exigencias imposibles, contradicciones, mensajes cruzados a través de la prensa... las negociaciones para articular un frente popular a la izquierda del PSOE ya han empezado. Los diferentes actores políticos “del cambio” no solo tienen la vista puesta en las generales, sino también en el 27-S de Cataluña e, incluso, en las autonómicas gallegas y vascas previstas para octubre del próximo año. Podemos parte en posición de fuerza frente a IU, tomando como referencia los resultados de las últimas elecciones y, sobre todo, las encuestas, pero esta ventaja se desvanece a la hora de imponer su estrategia a la izquierda catalanista y vasca, así como a las mareas gallegas, impulsadas por Anova, la formación liderada por el nacionalista Xosé Manuel Beiras, y EU (Esquerda Unida), de la que es portavoz Yolanda Díaz.