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Cómo sobreviven las salas de concierto a la hegemonía festivalera de lamúsica valenciana
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Cómo sobreviven las salas de concierto a la hegemonía festivalera de lamúsica valenciana

En un ecosistema valenciano dominado por los macrofestivales de abril a octubre, las salas de conciertos resultan fundamentales como eslabón principal de la cadena musical y en la creación de una cultura de base

Foto: Concierto en la sala Repvblicca de Mislata. (Foto Repvblicca)
Concierto en la sala Repvblicca de Mislata. (Foto Repvblicca)

La tarde del domingo 16 de agosto, la leyenda estadounidense Lee Fields congregaba a 300 amantes del soul en 16 Toneladas Rock Club, un enclave situado en el barrio de Tendetes, en Valencia. En una ciudad fantasma para los conciertos veraniegos en espacios cerrados, los dueños del local interrumpieron sus vacaciones y alzaron la persiana para ofrecer al promotor de la gira un espacio adecuado a las fechas del cantante de Carolina del Norte.

Dos días antes, el festival Medusa, en Cullera, cerraba su edición contabilizando 300.000 asistentes. Algo después, comenzaba en Benicàssim el Rototom Festival, que finalizaría una semana más tarde con unos guarismos de 220.000 espectadores. Más allá de las cifras, infladas año tras año por los macrofestivales, que cuentan al comprador de un abono de tres días como uno y trino para aumentar la cuantía de las subvenciones públicas, la realidad de la industria musical autóctona muestra que el negocio de la última década es una lucha de trincheras para las salas del territorio valenciano.

Foto: Lou Reed en París en 1990. (Rafa Cervera)

El pasado 14 de octubre, los directos del Love to Rock ponían el punto final en la Comunidad Valenciana a una temporada festivalera abierta el 6 de abril por el SanSan Festival. Ahora que el verano estacional y el ambiental transitan por vías dispares, la época de macrofestivales sí se ajusta al cambio climático aprovechando ese periodo de siete meses con temperaturas elevadas. El turbocapitalismo de pulsera inteligente y vaso de plástico conoce la fórmula de adaptación al calentamiento global. Durante los próximos seis meses, las giras internacionales, nacionales y los grupos valencianos recalarán, mayoritariamente, en las salas que mantienen una programación estable mensual. En diciembre de 2022, la Asociación Valenciana de Salas de Música en Directo (En-Viu!) recibió el Premio de Honor en los Premios Carles Santos de la Música Valenciana, que organiza el Instituto Valenciano de Cultura, dependiente de la Conselleria de Cultura y Deporte. Un galardón a la resistencia del tejido productivo de base.

Foto: Refugiados en la frontera de Medyka. (Benito Pajares)

Fran Bordonado es presidente de EnViu! y dirige la sala Euterpe, ubicada en San Juan de Alicante. La entidad reúne a veinte recintos de Castellón, Valencia y Alicante donde se programan conciertos regularmente todo el año, teniendo cabida desde espacios para ochenta personas, como El Volander, hasta locales para 1.500 espectadores, como Repvblicca. "Hemos notado la recuperación de público después la atroz ruptura pandémica y el miedo a las salas cerradas. Nos vamos acercando a los números de 2019 y los asistentes han vuelto al espacio natural de los conciertos. La normativa y la legislación de los años ochenta sobre las salas de concierto nos calificaban como amenizadores musicales, pero no como agentes culturales. Durante la pandemia, con las salas cerradas y más tiempo para el trabajo de oficina, aprovechamos para impulsar la negociación con la administración y revertir esta situación. Necesitábamos ser reconocidos como creadores de cultura, del mismo modo que los teatros y los auditorios. Se modificó la ley de espectáculos para incluirnos como espacios con programación estable y de calidad, con capacidad de trabajar profesionalmente la cultura".

placeholder Concierto en la sala Euterpe de San Juan de Alicante. (Foto Euterpe)
Concierto en la sala Euterpe de San Juan de Alicante. (Foto Euterpe)

La inmensa mayoría de carreras musicales que alcanzan cierto reconocimiento popular se curten en estos enclaves íntimos durante sus inicios. Rosalía actuó ante cien personas en Las Naves del Grao de Valencia. Rozalén frente a cincuenta en KafCafé de Benimaclet. Mr Kilombo reunió a veinte asistentes en la Euterpe, e Izal a doscientos en la sala Matisse del Cedro. La anomalía nacional es la obra divina del entorno de Íñigo Quintero: solo unos pocos pueden invertir decenas de miles de euros en convertir un góspel blanco en carne viral de TikTok o Spotify, y bautizarlo un día después en el Wizink Center ante 15.000 oyentes. "Sin las salas de concierto se rompe la cadena del proceso musical. Un artista no suele pasar de los locales de ensayo a los festivales o los grandes recintos sin pisar las salas pequeñas y medianas del país. La cadena de valor se estructura mediante la complejidad de diversos aforos por los que transitan las carreras musicales de los grupos. Los programadores también somos prescriptores de talento", comenta Bordonado.

Foto: Charles McPherson en la sala valenciana. (Josep Sogues)

El plan de choque de la Generalitat Valenciana para sostener a la cultura durante la pandemia permitió la supervivencia de buena parte de estos locales. Ya en 2017 fueron incluidos como beneficiarios de las subvenciones de Fomento Musical. "Abogamos porque esto se mantenga activo, independientemente del signo político del Consell, ya que es una ayuda sectorial y somos imprescindibles para el crecimiento económico del territorio", incide el empresario, "necesitamos ese respaldo anual para continuar apostando por el nuevo talento musical, tanto valenciano como nacional. No somos fondos de inversión extranjeros ni grandes empresas, sino pequeños empresarios y autónomos que creemos en el trabajo realizado. Luchamos por apoyar con pasión la música y nuestra escena".

placeholder Lee Fields en la sala 16 Toneladas de Valencia. (Toneladas)
Lee Fields en la sala 16 Toneladas de Valencia. (Toneladas)

Más de 100 días después de la formación del nuevo gobierno de la Generalitat, tras un agosto inhábil y un septiembre de búsqueda de nuevos cargos en la Conselleria de Cultura del Vicepresidente Vicente Barrera, se avecinan cambios de planteamiento y ceses de personal en el Institut Valencià de Cultura. "Siempre que se produce un cambio político de calado, aparece cierta incertidumbre, porque tenemos unos plazos que cumplir y unas líneas de trabajo, como todos los sectores profesionales de la economía valenciana. La semana pasada tuvimos una reunión sectorial de música, teatros, intérpretes, escritores y demás, con Paula Añó y Sergio Arlandis -Secretaria Autonómica de Cultura y Director General de Cultura de la Generalitat Valenciana- donde nos comunicaron su disposición a continuar el contacto con todos los interlocutores de las asociaciones profesionales, que están abiertos a escuchar propuestas y a trabajar conjuntamente", concluye el presidente de la Asociación Valenciana de Salas de Música en Directo.

La tarde del domingo 16 de agosto, la leyenda estadounidense Lee Fields congregaba a 300 amantes del soul en 16 Toneladas Rock Club, un enclave situado en el barrio de Tendetes, en Valencia. En una ciudad fantasma para los conciertos veraniegos en espacios cerrados, los dueños del local interrumpieron sus vacaciones y alzaron la persiana para ofrecer al promotor de la gira un espacio adecuado a las fechas del cantante de Carolina del Norte.

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