Los azulejeros cifran en 1.500M la factura extra del gas y ponen en duda el hidrógeno

El sector azulejero español, concentrado principalmente en la provincia de Castellón, está a la espera de las ayudas prometidas por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para compensar el incremento de su factura energética. El jefe del Ejecutivo mantuvo el pasado 23 de noviembre un encuentro con los responsables de la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer), acompañado del barón socialista, Ximo Puig, facilitador de la reunión, y este sábado anunció en Valencia una nuevo decreto de ayudas dirigido a las industrias gasintensivas que verá la luz el próximo 29 de diciembre.

Nada sabe sobre el contenido de esa línea de apoyo económico ni sobre su cuantía. Así lo aseguró este lunes la plana mayor de Ascer en la tradicional comparecencia anual en la que dieron cuenta de las perspectivas de cierre del ejercicio y advirtieron del carácter estructural que ha adquirido el incremento de precios de la energía. La factura del gas, señalaron, ha aumentado en un 214% en comparación con el ejercicio de 2021, cuando ya comenzaron a tensionarse las tarifas, con un sobrecoste para los productores de casi 1.500 millones de euros, cifra que se eleva por encima de los 2.000 millones respecto de 2020.

El presidente de esta patronal, Vicente Nomdedeu, aseguró que esas son más o menos las cifras que el sector cree necesarias para evitar la caída de muchas compañías hasta que se se encuentren las posibles alternativas al actual sistema de calentamiento de los hornos cerámicos. "Tenemos que Conseguir una energía barata y hoy no la tenemos. No la volveremos a ver más en Europa, pero que esté en 85 euros o por debajo permitiría que las empresas encontrasen su punto de equilibrio", indicó.

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Nomdedeu reclamó al Gobierno ayudas "urgentes y contundentes" y reprochó a la Administración central que haya pasado casi un año desde que comenzaron a reclamar auxilio. Otros países competidores como Italia, indicó, desplegaron en enero su propia batería de ayudas, lo que les ha permitido sortear mejor la crisis de precios por la invasión rusa de Ucrania e ir ganando mercado. El Gobierno italiano compensa los impuestos que pagan los fabricantes hasta un 30% del aumento de la factura energética.

Los productores españoles de pavimentos y azulejos cerrarán este año con una ventas de 5.700 millones de euros, sobre un 17% más que el año anterior. Sin embargo, en términos de producción las cifras han sido inferiores a las de 2021 en un 11%. La razón, explico Nomdedeu, es que las empresas han trasladado el aumento de costes al precio de los productos, una situación que ha permitido salvar los muebles, pero que si se mantiene conllevará irremediablemente la pérdida de mercados por una menor competitividad. Por ahora, hay activados en la Conselleria de Economía 71 expedientes temporales de empleo (ERTE) para un total de 8.418 trabajadores, aunque los responsables de Ascer no supieron precisar cuántos de ellos son efectivos. Sí dijo que los expedientes de extinción habían alcanzado a 400 empleados.

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"Afrontamos la peor coyuntura que recordamos en la historia reciente de nuestro clúster económico. Son amenazas externas contra las que podemos actuar muy poco y con la perspectiva de que se mantenga en el tiempo. Nos hacen falta ayudas urgentes porque las empresas se están deteriorando con consecuencias irreparables", insistieron desde Ascer. "No queremos ser un sector subvencionado. Lo importante es bajar el precio del gas", matizaron. Las negociaciones comunitarias para topar las tarifas más allá de la excepción ibérica preocupan a los ceramistas porque ven insuficiente el listón. Tras conocer el acuerdo para fijar el precio máximo en 180 euros, el secretario general de Ascer, Alberto Echavarría, tuiteó: "Imaginad un acuerdo para topar la barra de pan a 7 euros o un café a 9 euros. Topar el menú del día a 115 euros o el litro de leche a 7,65 euros. ¿Es de locos, no? Pues eso han hecho nuestros ministros en Europa. Y se venderá como un gran logro".

El problema es que este clúster industrial, que en la década de los ochenta del siglo pasado hizo fuertes inversiones para sustituir los horno de fuel por los de gas, no termina de ver claras las alternativas energéticas. La apuesta por el hidrógeno de la Unión Europea es vista como muy incipiente todavía. "No sabemos si es una energía que podremos usar", señalo Nomdedeu. Ascer está trabajando en una planta piloto para probar hornos calentados con hidrógeno verde, aunque se trata de unas pruebas que pueden "durar años", dijo, El proyecto Orange.bat, que promueve inversores como el fondo suizo SmartEnergy junto a ETRA (ACS) o Sunfire, se ha quedado sin ayudas del mecanismo Next Generation por las dudas sobre su viabilidad.

Nomdedeu admitió que "las empresas no pueden dar garantía del consumo de hidrógeno". "Los pilotos de prueba no están recogidos en el Perte y no podían recibir financiación. Pedimos fondos de la Generalitat o estatales, confiando en que se inicie ese piloto", añadió. La sustitución tecnológica puede implicar grandes inversiones, toda vez que ni siquiera las tuberías de gas sirven como vía de transporte para el hidrógeno, sostienen desde Ascer.