Rosalía inédita: el día que cantó por primera vez en Valencia ante 100 personas y por 1.500 euros

En agosto de 2008, mientras los monoplazas de Ferrari y McLaren atronaban a los barrios marítimos de Valencia, en un improvisado circuito urbano, unas monumentales lonas cubrían las vergüenzas de un rincón del Grao. Los vestigios industriales levantados en época de Primo de Rivera, en el Camino Hondo, a escasos 200 metros del puerto, se descomponían. Aquel complejo arquitectónico, construido en 1923, y de alto valor patrimonial, fue remodelado en parte, años después, para albergar Las Naves, el centro de innovación del Ayuntamiento de Valencia. En 2017, en uno de sus austeros patios, reliquia de la arqueología industrial, un 20 de mayo, a las cuatro de la tarde, Rosalía pisaba por primera vez los escenarios de la ciudad, acompañada de Raül Refree a la guitarra, en el marco del festival Pops Marítims. El próximo 16 de julio, la estrella barcelonesa del pop internacional defenderá su última obra, 'Motomami', en el Auditorio Marina Sur de Valencia ante 18.000 personas.

La promotora de conciertos local Pro21 Cultural fue la empresa que contrató a la de Sant Esteve Sesrovires. Rafa Jordán, su director, recuerda el proceso de selección de artistas, en el que Rosalía no era una opción prioritaria: “Imaginamos el Pops Marítims en torno a Maria Arnal i Marcel Bagés como cabezas de cartel. Pertenecían a nuestro sello y apostamos por ellos antes de que lanzaran '45 cerebros y un corazón'. Alrededor suyo barajamos otros nombres, y el compañero Miquel Marí trajo a una reunión el de una joven, que cantaba flamenco con toques vanguardistas junto a Refree, antes de que estuviera en el mercado de giras, porque tenía buena relación con Estefanía Serrano, entonces manager de la artista, en la agencia Plan-B. No lo dudamos y cerramos el contrato con el dúo por unos 3.000 euros aproximadamente”.

A diferencia de Rosalía, Raül Refree era un músico experimentado. Algunas de sus obras, como 'La matrona' o 'Els invertebrats', contaban con la estima de la crítica y del público en la escena independiente nacional. Además, en 2014, contribuyó al impulso en la carrera de Sílvia Pérez Cruz. El álbum debut de la cantaora nació bajo el influjo de Refree. Jordán rememora el momento anterior a aquella actuación en la privacidad tras las bambalinas. “En los instantes previos al directo, en el camerino, Raül y Rosalía repasaron el repertorio a conciencia. Este espacio de intimidad por excelencia para el músico puede tener un carácter festivo, algunos lo primero que hacen al llegar es abrir una cerveza, ellos estaban absolutamente concentrados. Aquella Rosalía de 24 años escuchaba con atención a su productor, revisando cada pieza del setlist, y después, mientras nosotros departíamos con él, se dedicaba a realizar escalas de afinación de quince minutos para preparar su voz. Mostró una actitud extremadamente profesional”, concluye el promotor.

El equipo de comunicación de Las Naves filmó la interpretación del tema 'De plata' con objeto de lograr los planos necesarios para editar un clip final sobre el conjunto del festival. Esta pieza, a diferencia de la grabación promocional, ha permanecido oculta cinco años y es el único registro profesional de un concierto histórico para la ciudad.

Entre los escasos asistentes al estreno valenciano de Rosalía se hallaba Paco Valiente, periodista experto en músicas del mundo, y director del programa radiofónico Los Sonidos del Planeta Azul, desde 2001. “Mi encuentro inicial con Rosalía fue en la Fira de Manresa de 2016. Entre el periodismo especializado existía cierta expectación porque la consideraban una artista de ruptura, pero aquella noche no me atrajo ni la puesta en escena ni vocalmente. Cuando actuó en Valencia, la contemplé desde las primeras filas, en el suelo, el centenar de sillas dispuestas estaban ocupadas y la gente se agolpaba a pie o en tierra. La propuesta estaba más trabajada, había lanzado el disco y perfeccionado el directo con matices en esa voz jonda. Me fascinó. Silenció el espacio de forma sepulcral ante un público muy joven”, explica el crítico.

Aquel disco enganchó a los millennials al flamenco, y cuando en 2018 la compositora optó por enredar esa raíz con el pop del siglo XXI arrastró a un par de nuevas generaciones con ella. “Los Ángeles' fue un trabajo magistral de recuperación de palos, muy antiguos, con perspectiva contemporánea, y de una forma muy novedosa en cuanto a la estética sonora y la interpretación innovadora de la guitarra. Ella conoce en profundidad todos los elementos del flamenco y los retuerce en 'El mal querer' para conquistar un público amplio, porque si cantas la soleá de 'El Mellizo' llegas a cincuenta personas. Su lectura contemporánea del estilo está enfocada para las masas y es admirable”, remata Valiente.

En 2021, la editorial Errata Naturae publicó el libro coral 'La Rosalía: Ensayos sobre el buen querer', en el que diversos autores diseccionaban la naturaleza de este fenómeno musical. La crítica de arte valenciana Marisol Salanova participó en el proyecto: “En el disco que la catapultó a la fama mundial, 'El mal querer', el universo estético generado en torno a ella como fenómeno surge de las ideas de la propia artista, seleccionando con qué otros profesionales trabajar para ejecutar su proyecto. Si observamos los tres frentes del fenómeno como un todo: canción (disco), puesta en escena (actuación en directo) y registro audiovisual (videoclip), el trabajo de Rosalía puede interpretarse como una forma de 'performance art'. No es baladí que la performance de Rosalía beba de una serie de referencias pictóricas de la historia del arte, porque ésta siempre ha estado conectada con la historia de la música”. Y es que la puesta en escena sobria, esencia del flamenco, desapareció con su segundo trabajo. La cantaora mutaba en estrella pop.

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La actual Rosalía, la que llegará a Valencia el 16 de julio, conjuga verbos de nativa digital. “Mi idea rectora es que el fenómeno Rosalía no es sólo un fenómeno musical sino que engloba tantas aspectos en relación con el arte contemporáneo más inmediato que nos parece un fenómeno artístico global. Para reflejar la plasticidad del fenómeno musical, el ritmo sonoro-visual influye, sin embargo, el peso de la acción sigue recayendo en el cuerpo de la artista y todo aquello que lo envuelve. Con toda la pasión, el valor y la claridad de Rosalía, estamos aún tomando conciencia del acontecimiento que ha supuesto su éxito. Sería un error esperar una evolución sin sobresaltos, igual que es un error considerar a la artista un producto de la industria”, sentencia Salanova.

En 1979, los esencialistas del flamenco acudieron a las tiendas de vinilos para devolver 'La leyenda del tiempo'. Camarón de la Isla enfrentó las críticas puristas con soltura ante la opinión pública, sin embargo, en privado le confesó a su productor, Ricardo Pachón, aquello de “Ricardo, el próximo disco de guitarrita y palmas”. Y así fue. No retomó las incursiones experimentales. En aquel país pequeño, la presión identitaria, ligada a una música pura, era un obstáculo natural en la trayectoria de un artista de raíz. En 2022, Rosalía divisa en plano cenital la esfera globalizada, y desde las alturas desliza un hashtag para gobernarlos a todos: 'fuck' el estilo.