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Fetos y covid: la polémica antiaborto que Cañizares ha importado de la Iglesia de EEUU
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"LA VACUNA SE FABRICA CON FETOS ABORTADOS"

Fetos y covid: la polémica antiaborto que Cañizares ha importado de la Iglesia de EEUU

Las críticas que el cardenal ha lanzado a una posible vacuna ensayada con células de fetos humanos replican una queja de la Conferencia de Obispos americana que los investigadores cuestionan

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El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, llevaba casi una hora sentado en la silla desde la que leía su homilía dominical con motivo de la misa del Curpus Christi cuando lanzó la reflexión que le ha convertido en protagonista pandémico del día: "Nos encontramos con los dolorosísima noticia de que una de las vacunas se fabrica a base de células de fetos abortados (…) Eso es despreciar al hombre mismo, primero se le mata con el aborto y después se le manipula (…) Tenemos una desgracia más obra del diablo. La eucaristía es el antídoto contra el diablo".

Las palabras del prelado no tardaron el circular con fuertes críticas de los internautas hasta el punto de que el Arzobispado de Valencia tuvo que lanzar un comunicado este lunes con una nueva frase atribuida al religioso: "Rezo para que se encuentre pronto una vacuna contra el covid-19 y espero que avancen las líneas de investigación que no abran un dilema ético". En el mismo, se señala que el cardenal se había referido a "informaciones internacionales" publicadas, como un artículo de la revista 'Science' en el que se recoge que para diseñar la posible vacuna contra una enfermedad que ha matado ya a casi medio millón de personas "se han utilizado para su fabricación células humanas de abortos", dice el comunicado, lo que a su juicio plantea "problemas bioéticos".

Las células de nonatos se han utilizado desde 1960 para generar vacunas contra la rubeola, hepatitis o el herpes Zóster

El artículo en cuestión fue publicado el pasado 12 de junio y en él se hace referencia a la polémica surgida en Estados Unidos después de que la Conferencia de Obispos Católicos y otras organizaciones religiosas hayan comenzado a presionar a la Administración de Donald Trump para que excluya de la financiación con fondos federales los ensayos que estos grupos consideran "poco éticos". Así se lo han transmitido a Stephen Hahn, comisionado de la Administración de Drogas y Alimentos (FDA).

Como consecuencia de la movilización de los movimientos antiaborto, Trump ya prohibió el año pasado el uso de nuevas células de embriones humanos procedentes de abortos recientes. Pero tal como explica el mismo artículo de 'Science', los científicos americanos han seguido trabajando con material genético de nonatos de abortos de años atrás. "Dichas líneas celulares se han utilizado desde la década de 1960 para fabricar vacunas, incluidas las vacunas actuales contra la rubeola, la varicela, la hepatitis A y el herpes Zóster", recuerda la publicación.

placeholder Antonio Cañizares, durante la homilía del pasado domingo en la Basílica de Valencia.
Antonio Cañizares, durante la homilía del pasado domingo en la Basílica de Valencia.

La polémica ha regresado ahora a Estados Unidos, y se ha hecho eco de ella el cardenal Cañizares importándola a España, al conocerse que seis de las 139 vacunas candidatas reconocidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) están trabajando con dos líneas celulares fetales humanas. La primera es una línea celular de riñón "ampliamente utilizada" en investigación e industria que proviene de un feto abortado en 1972 y que se denomina HEK-293. La segunda se llama PER C6, y es una línea celular patentada propiedad una filial de Johnson & Johnson, desarrollada a partir de células de un feto de 18 semanas abortado en 1985. Ambas líneas celulares se desarrollaron en el laboratorio del biólogo molecular Alex van der Eb, de la Universidad de Leiden.

Foto: El cardenal arzobispo de Valencia y vicepresidente de la CEE, Antonio Cañizares. (Efe)

"Lo único que añadí es que, según las informaciones publicadas, parece que existen más de cien líneas de investigación, y que entre este centenar, existe alguna que se estaría produciendo con métodos que abrirían dilemas éticos, por tanto, si estas publicaciones son ciertas, siendo que existen más de 130 líneas de investigación, lo deseable es que se lograra esa vacuna que se produjera sin abrir dilemas éticos por su producción”, se excusó Cañizares este lunes mostrando cierta relajación en el tono de la homilía y su alusión a la "obra del diablo".

Sin embargo, se da la circunstancia de que dos de esas vacunas 'problemáticas' están entre las más avanzadas y cercanas a ofrecer resultados positivos. De hecho han entrado ya en fase de ensayos en humanos. "Se desarrollan utilizando células fetales humanas como 'fábricas' para producir adenovirus que transportan genes del SARS-CoV-2, el virus que causa covid-19. Los adenovirus, que están deshabilitados para que no puedan replicarse, se administran como una vacuna. Las células de los receptores producen proteínas del coronavirus, lo que con suerte desencadena una respuesta inmune protectora", se explica en el artículo sobre una de ellas, la que usa la línea PER C6. La que emplea la HEK-293 genera una película sobre el coronavirus y su administración provoca igualmente una reacción inmune del huésped.

Científicos antiaborto sostienen que podrían usarse técnicas alternativas empleando células procedentes de amniocentesis

Los científicos críticos con estas investigaciones, como David Prentice, vicepresidente y director de investigación del Instituto Charlotte Lozier y vinculado a los movimientos antiaborto, señalan que existen tecnologías alternativas, como el uso de células fetales procedentes de amniocentesis. Pero 'Science' cita a Arthur Caplan, un bioético de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York, que responde: "Hay mejores formas de ganar la guerra del aborto que decirle a la gente que no use una vacuna. Estos son abortos de hace mucho tiempo. Estas células tienen décadas de antigüedad, e incluso los principales líderes religiosos como el Papa han reconocido que, por el bien mayor, no vale la pena el simbolismo para poner en riesgo a la comunidad". La revista cita pronunciamientos de la Academia Pontificia para la Vida del Vaticano de 2005 y 2017 que señalan que, en ausencia de alternativas, "los católicos podrían, en buena conciencia, recibir vacunas hechas usando líneas celulares fetales humanas históricas".

"Decir que el Gobierno no debería financiar cosas a las que una minoría de personas se opone, significaría tener una lista muy larga de cosas que no serán financiadas por el Gobierno, desde la investigación sobre armas de guerra hasta la investigación anticonceptiva", afirma Caplan.

No es la primera ocasión en que Cañizares es protagonista de titulares con el coronavirus. El pasado 10 de mayo, en pleno confinamiento por el estado de alarma, abrió las puertas de la Basílica de Valencia para que los feligreses, apostados en la plaza de la Virgen de los Desamparados pudieran ver la imagen de la patrona. Algunos de ellos se acercaron a tocarla. La Policía Local abrió un expediente que elevó a Delegación del Gobierno, aunque finalmente no se apreció infracción y no hubo sanción, al entender que no se produjo aglomeración.

El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, llevaba casi una hora sentado en la silla desde la que leía su homilía dominical con motivo de la misa del Curpus Christi cuando lanzó la reflexión que le ha convertido en protagonista pandémico del día: "Nos encontramos con los dolorosísima noticia de que una de las vacunas se fabrica a base de células de fetos abortados (…) Eso es despreciar al hombre mismo, primero se le mata con el aborto y después se le manipula (…) Tenemos una desgracia más obra del diablo. La eucaristía es el antídoto contra el diablo".

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