Antonio Cañizares, el cardenal antisistema que desafía hasta al Papa

Las últimas y polémicas manifestaciones del cardenal Antonio Cañizares llamando a la insumisión en el cumplimiento de las leyes de igualdad de género, "la ideología más insidiosa y destructora de la humanidad de toda la historia”, han puesto de relieve lo que cada vez más es un secreto a voces: que hay religiosos que se están pasando por el arco del triunfo el mensaje renovador del papa Francisco y que la Iglesia española, tras años de sintonía con la ortodoxia de Benedicto XVI, aparece ahora como un elemento incómodo en el nuevo discurso de Jorge María Bergoglio.

Nacido en Utiel (Valencia) en 1945, Cañizares ha sido durante muchos años representante de lo que ahora se percibe como la antigua casta vaticana. No dudó en oponer sus opiniones a las leyes de derechos civiles aprobadas por el PSOE durante el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero, como la del matrimonio homosexual. Obispo desde 1992 y arzobispo desde 1996, lleva formando parte del ‘establishment’ católico más de 30 años. En 2002, fue nombrado primado de España por Juan Pablo II y en 2006 Benedicto XVI lo elevó a rango de cardenal. Entre 2008 y 2014 (hasta que el nuevo Pontífice lo sacó de Roma, al designarlo arzobispo de Valencia), el prelado ejerció de prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el estamento de la curia encargado de velar por todo aquello relacionado con la liturgia y el ritual de los sacramentos. Como experto en catequesis ha sido, por decirlo de alguna manera, el esteta del Vaticano, el encargado de mantener intacta la efectividad del simbolismo de todo cuanto acontece en el interior de una iglesia.

Cañizares desafía el mensaje que el papa Francisco trata de inocular a la feligresía, lo que lo convierte en el cardenal punk del momento

Pero todo eso ha cambiado. Sacerdote desde que tenía 25 años, Cañizares se ha transmutado de forma consciente o inconsciente en el Sid Vicious de la jerarquía católica española. Y no porque le haya dado por tocar el bajo eléctrico, chutarse heroína o llenarse el cuerpo de imperdibles como el famoso integrante de los Sex Pistols. Lo es porque los tiempos están cambiando y su aparente mensaje ortodoxo esconde un claro desafío a la doctrina que trata de inocular a la feligresía el papa Francisco y, por tanto, lo convierte en el prelado punk del momento. No ha gritado “¡Anarchy in the Vatican City!”, pero le ha faltado poco si nos atenemos a las propias normas internas de la Casa de Dios y a los deseos de acompasar su discurso a la opinión mayoritaria de la sociedad.

La llamada “infalibilidad pontificia” es dogma de fe en la Iglesia desde el Concilio Vaticano I de 1870. En materia de fe o de moral, lo que dice el Papa va a misa, nunca mejor dicho. No hay discrepancias en asuntos como el aborto, pero sí hay manifestaciones de Francisco claramente contrarias a los conceptos que el prelado valenciano trató de trasladar, por ejemplo, en su discurso del Corpus Christi del lunes pasado en Valencia o en la homilía “en apoyo y defensa de la familia” en la que se refirió a “las acciones del imperio gay” o la “insidiosa ideología de género”. La referencia a las leyes de género es especialmente polémica en un país en el que casi cada día aparecen casos de violencia machista.

Lo que dice el Papa va a misa

Esto es lo que ha dicho el Papa sobre estos dos asuntos cuando se le ha preguntado:

Sobre la igualdad de género y el papel de la mujer:

"Pablo VI escribió algo muy hermoso sobre las mujeres, pero creo que debemos avanzar en explicitar este papel y carisma de la mujer en la Iglesia. No se puede entender una Iglesia sin mujeres. Pero mujeres activas en la Iglesia, con su perfil, que vayan adelante. En la Iglesia hay que pensar en la mujer en esta perspectiva de decisiones arriesgadas, pero como mujer. Creo que todavía no hemos hecho una profunda teología de la mujer en la Iglesia. Solo un poco de esto y de lo otro: lee la lectura, mujeres monaguillo, es la presidenta de Cáritas… Pero hay más. Hay que hacer una profunda teología de la mujer".

"Debemos estudiar criterios y modalidades nuevas para que las mujeres no se sientan invitadas sino participantes a título pleno en los distintos ámbitos de la vida social y eclesial. Este desafío no se puede retrasar más".

Sobre los homosexuales:

“La gente no debe ser definida solo por sus tendencias sexuales: no olvidemos que Dios ama a todas sus criaturas y que estamos destinados a recibir su amor infinito. Prefiero que los homosexuales acudan a la confesión, que estén cerca del Señor y que recemos todos juntos”.

“Si una persona es gay y busca al Señor y está dispuesto a ello, ¿quién soy yo para juzgarla?”.

¿Está violando Cañizares el dogma de la infalibilidad del Papa? ¿Está cuestionando el cardenal la autoridad de Bergoglio? Según el Consejo Diocesano de la Archidiócesis de Valencia, ninguna de las manifestaciones de Cañizares ha ido en contra de la doctrina de Francisco. En este sentido, sostiene que la propia carta de Francisco, 'Amoris Laetitia', hace referencia a las ideologías de género, cuando dice que hay una ideología que "niega la diferencia y reciprocidad natural de hombre y mujer".

¿Hablaron de esto cuando el prelado fue recibido por Francisco en Roma tras la 'homilía del imperio gay'? 'Roma locuta, causa finita' (cuando Roma ha hablado, el caso está cerrado), dice la locución latina. Pero Cañizares volvió a incidir este martes por la noche en el mensaje de que a su juicio hay una suerte de confabulación contra la familia: "Se ha querido destruir la familia como en la URSS marxista", ha dejado caer.