Operación seda: empresarios chinos en España abren sus rutas para traer material

La Generalitat valenciana espera este martes el aterrizaje de aviones de carga con material sanitario para luchar contra el coronavirus. La Administración autonómica llevaba días fraguando este encargo para paliar y anticiparse a las carencias de equipamiento que ya comenzaba a sufrir en la red sanitaria pública y que venía siendo denunciado por personal asistencial, al igual que en otros puntos de España. El Gobierno central, a través del Ministerio de Sanidad, ha tratado de centralizar las compras para evitar la especulación, supervisar el reparto y tener un control sobre el 'stock'. La Policía Nacional ha realizado varias incautaciones en empresas por orden gubernamental, lo que ha generado mucha incertidumbre entre los importadores, incluidas administraciones como la Comunidad de Madrid.

La presidenta Isabel Díaz Ayuso ha denunciado el bloqueo en la llegada de mascarillas y elementos protectores para el personal sanitario, algo que negó el ministro de Sanidad, Salvador Illa, en su comparecencia de este lunes. Illa sostiene que el Gobierno ha repartido ya cuatro millones de mascarillas.

Una parte de ese material llegó en la noche del domingo a la red hospitalaria y asistencial de la Comunidad Valenciana. Sin embargo, el 'president' valenciano, Ximo Puig, advirtió tras la conferencia de barones autonómicos con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que los recursos "no son suficientes" y anunció que la Generalitat había fletado dos aviones para importar mascarillas, equipos de protección individual con batas y gafas de protección, respiradores y camas.

La Generalitat asegura que cuenta con luz verde del Gobierno para importar el material, 600 metros cúbicos de máscaras, respiradores o trajes

El anuncio provocó cierta marejada, aunque la 'consellera' de Sanidad, Ana Barceló, aseguró este lunes que el Gobierno es conocedor de la iniciativa y no se opuso a ella. "Sanidad nunca ha impedido que las autonomías hicieran compras de material. El Ministerio nos informó de que a través de compras centralizadas tanto en España como en la UE iban a posibilitar el comprar material. Pero nunca ha impedido comprar. Solo se retiene a empresas ilegales. A ninguna comunidad autónoma se le ha requisado", dijo Barceló en su comparecencia diaria.

¿Cómo ha logrado la Administración valenciana conectar con proveedores chinos cuando el Ministerio de Sanidad está teniendo problemas para suministrar y atender la demanda de toda la red asistencial?

La respuesta hay que buscarla en el papel que algunos empresarios chinos con presencia en España están jugando en la crisis sanitaria. Desde que el Ejecutivo de Xi Jinping decidió compartir su experiencia y hacer envíos solidarios masivos de material a los países más afectados por la pandemia, muchos ciudadanos chinos, hasta ahora encerrados en sus casas, han comenzado a hacer donaciones también. No solo eso, sino que han abierto sus redes y rutas con sus ciudades de origen, las mismas que utilizan para importar productos con los que comercian con España, para facilitar a hospitales o autoridades el transporte de productos necesarios para luchar contra la pandemia. Ha habido casos de estafa, como la que ha estado a punto de sufrir el Govern de Catalunya por importe de 35 millones.

Pero si todo sale según lo previsto y sin contratiempos, uno de estos empresarios es el que ha propiciado los contactos necesarios para realizar las compras de material de los dos aviones de transporte fletados por la Generalitat. Se trata de un importante envío de material con un coste estimado de once millones de euros, según los datos ofrecidos por Barceló. "Ha sido posible gracias a un importante empresario chino con fuerte arraigo en la Comunidad Valenciana", señaló la 'consellera'.

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El Consell de Puig, que ha bautizado el envío como 'operación ruta de la seda', guarda la identidad para evitar presiones antes el aluvión de llamadas que está recibiendo para obtener el contacto. Pero, según ha podido saber El Confidencial, se trata de un empresario con más de tres décadas de presencia en España llamado Chen Wu Keping, con intereses en varios sectores vinculados al comercio (controla el centro comercial El Teler, en Ontinyent), al sector inmobiliario y a la importación y exportación de productos.

La Embajada de China se ha encargado de traducir la documentación que acredita que los productos importados cubren los estándares de calidad y sanitarios, según aseguran fuentes de la Generalitat. La previsión es que este martes llegue a Zaragoza el primer avión a las 11.30 con 200 metros cúbicos de material. El jueves llegará el segundo vuelo con otros 400 metros cúbicos.

Chen Wu Keping no ha sido el único. Otros comerciantes chinos vinculados a la Asociación de Empresarios Chinos en Valencia están ejerciendo de intermediarios y ofreciendo su canal logístico para canalizar envíos, según explica Li Zhong Zhou, presidente de esta entidad, en conversación telefónica. Zhou ha tramitado una donación del Hospital Municipal de Lishui, su ciudad natal, al Instituto Valenciano de Oncología (IVO) que, según dice, llegará en los próximos días. Incluye 19.400 mascarillas FFP2, 600 FFP3, 1.000 trajes de protección y 2.000 kits de diagnóstico rápido. El IVO está a la espera de esa donación.

La Cámara de Comercio de Valencia también está abriendo un canal de importación de material sanitario con la ciudad de Tianjin. A esta urbe china de 15,4 millones de habitantes se desplazó una misión comercial valenciana en 2018. Se firmaron acuerdos portuarios e institucionales y se reforzaron contactos. Un empresario español con negocios en Tianjin, Enrique García, está haciendo de enlace en este caso.

Francisco Martínez Boluda, que fue director de la oficina de Uría Menéndez en Beijing, señala que, además del negocio que estos envíos generan para los fabricantes, hay un componente de búsqueda de mejora de la imagen reputacional de China. "Hay una operación para ganar reputación y posición en el mundo. Hay que tener en cuenta que Donald Trump lo está llamando el virus chino y que se cree que salió de un animal de un mercado chino. Es fácil buscar el chivo expiatorio", reflexiona.

Pero al mismo tiempo apunta a que China ha logrado contener la pandemia en poco más de dos meses y puede exportar ese conocimiento y esa ayuda a terceros países. Se trata de "su gran oportunidad", afirma. Martínez Boluda cree que el propio Pedro Sánchez abrió esa ventana cuando admitió que había solicitado ayuda a Jinping. Es en ese contexto donde opina que pueden jugar un papel empresarios chinos asentados en España. "Hay empresarios muy pudientes, con peso en la comunidad empresarial, que tienen un sentimiento de patriotismo fuerte. Hay una confluencia de intereses".