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Artur Mas divide a Cataluña y casi la mitad rechaza su gestión en el Gobierno
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ENCUESTA DYM / EL CONFIDENCIAL PARA EL 27-S (Y III)

Artur Mas divide a Cataluña y casi la mitad rechaza su gestión en el Gobierno

El 46,6% de los catalanes desaprueba la labor del president, aunque otro 46,2% la respalda. El 49,8% sostiene que el debate soberanista ha perjudicado la dirección del día a día de Cataluña

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La polarización de Cataluña es evidente hasta cuando se pregunta a los ciudadanos por cuestiones más colaterales al debate central de la independencia. Como por ejemplo la gestión de Gobierno del president de la Generalitat. Aprueba o suspende en función de la posición de los entrevistados respecto a la cuestión identitaria. Los más proclives a la secesión apoyan su labor.

La encuesta del Instituto DYM para El Confidencial de cara a las elecciones del 27-S demuestra esa fractura. Casi la mitad de la población catalana, un 46,6%, suspende a Artur Mas. El sondeo se realizó pasada la Diada, entre el 14 y el 16 de septiembre, a partir de 1.157 entrevistas, con un margen de error del ± 2,9%.

El 46,6% desaprueba la gestión de Mas como president, pero también es verdad que un 46,2% la respalda. Apenas cuatro décimas de diferencia. Otro 7,3% no sabe o no contesta. Datos que hay que cruzarlos con otros. Así, el 76% de los que se muestran partidarios de la independencia de Cataluña aprueba al jefe del Govern. Otro 20% de los separatistas rechaza su labor. En cambio, entre los que se confiesan contrarios a la secesión, el 80% suspende al líder de Convergència. Sólo un 14% le respalda.

Fractura social

Si se tiene en cuenta el recuerdo de voto de las elecciones autonómicas de 2012, se extraen conclusiones similares. El 74% de los que votaron a CiU se muestra conforme con Mas, por un 21% que se declara disgustado. El aprobado llega también desde los antiguos electores de ERC. El 66% de ellos valora positivamente la tarea del president en la Generalitat, y un 30% la rechaza.

El suspenso se repite entre quienes apostaron por PSC, PP y Ciudadanos, e ICV y CUP. Un abrumador 84% de los que optaron por los socialistas en 2012 desaprueba la gestión de Mas (sólo un 15% la apoya). Y un más aplastante aún 94% de exvotantes de PP y C's reniega del president. Algo más de condescendencia se aprecia entre los que prefirieron a ICV-EUiA y la CUP en los comicios de hace tres años: el 64% desaprueba la labor de Mas en el Govern.

Quienes suspenden a Mas son los votantes no soberanistas y los que se muestran contrarios al proceso de independencia de Cataluña

Otro dato a tener en cuenta: si los dos padres del entrevistado son catalanes, la percepción de una buena obra de gobierno crece. En este caso, el 64% se siente a gusto con la dirección de Mas. Si sólo hay un progenitor de origen catalán, el porcentaje mengua hasta el 46%. Y si no lo es ninguno de los dos, se encoge hasta el 27% el volumen de los que respaldan al president.

Cuando se pregunta a los encuestados si creen que la dedicación de Mas y su Ejecutivo al proceso independentista durante los últimos años ha tenido "una influencia negativa en otros aspectos de la gestión pública", una mayoría algo más amplia, del 49,8%, responde que sí.

El 69% de los separatistas, no obstante, considera que el debate soberanista no ha influido en el resto de la labor de Mas. Una sima de nuevo con el bloque contrario a la secesión: el 84% de estos opina que la cuestión catalana ha emborronado el día a día del Govern.

Asimismo, los votantes de CiU y ERC son los que más empatizan con el president. El 52% de los que metieron la papeleta de los convergentes en 2012 y el 71% de los que optaron por los republicanos consideran que la discusión soberanista no ha tenido influencia negativa alguna en la gestión ordinaria de la Generalitat. Por el contrario, el 78% de los antiguos electores del PSC y el 91% de los que apoyaron a Ciudadanos o al PP sí perciben el influjo negativo del debate central de los últimos años en la labor del Govern. Entre los que respaldaron a ICV o a la CUP hay una mayor división: el 49% considera que ha enturbiado la cuestión catalana la gestión del Ejecutivo, por un 46% que opina lo contrario.

La extracción familiar también pesa en la conformación del juicio. Si ninguno de los dos padres del entrevistado es catalán, la valoración es menos beneficiosa para Mas: el 69% entiende que la influencia ha sido negativa. Si los dos progenitores son de la comunidad, ese porcentaje decrece hasta el 33%.

Quién es el favorito

El Instituto DYM pregunta asimismo por las preferencias de los entrevistados acerca del próximo president de la Generalitat. Mas es claramente el favorito: un 26,7% quiere que siga en el Palau. Los demás nombres están muy a la cola: a un 6,2% le gusta más el jefe de ERC, Oriol Junqueras, mientras un 4,6% prefiere a Raül Romeva, el cabeza de lista de Junts pel Sí. Los tres figuran en la plancha unitaria.

Fuera de ella, se sitúan Inés Arrimadas, la número uno de Ciudadanos (la quiere al frente de la Generalitat el 4,1%); Xavier García Albiol, la cara del PP (2,3%); y Antonio Baños, el candidato de la CUP (2%), empatado con Albert Rivera –ahora aspirante a La Moncloa–. En el furgón de cola, Miquel Iceta, cabeza de cartel del PSC (1,8%); Lluís Rabell, de Catalunya Sí que es Pot, y Ramon Espadaler (0,1%). No obstante, no deja de resultar muy llamativo que la mayoría, un 46,9% asegura que no sabe a quién prefiere o no le convence ninguno.

De nuevo, el eje soberanista-no soberanista explica las respuestas. El 45% de los que se confiesan partidarios de la independencia prefiere a Mas, otro 11% a Junqueras y un 9% a Romeva. Y el 63% de los que anticipan que votarán a Junts pel Sí se inclina por la continuidad del actual jefe del Govern.

Casi la mitad de los encuestados no declara su preferencia por ningún candidato y sólo el 31% cree que las coaliciones se mantendrán tras el 27-S

Los entrevistados ya barruntan que las coaliciones que concurren el 27-S –Junts pel Sí y Catalunya Sí que es Pot– no se sostendrán mucho en el tiempo. Sólo un 31% de los catalanes considera que las alianzas que compiten en estos comicios se mantendrán unidas, frente a otro 39% que prevé que morirán tras las urnas. Otro 30% no sabe o no contesta.

Los que se declaran independentistas sí son más optimistas: un 46% manifiesta que las coaliciones se mantendrán. Opina lo mismo el 51% de los que dicen que votarán a Junts pel Sí. Sin embargo, otro 24% de electores de la lista unitaria cree que el pacto se romperá después del 27-S y otro nada irrelevante 25% no sabe o no contesta.

El Instituto DYM también pregunta a los encuestados cómo preferiría que actuase el partido al que pretende votar el 27-S. El 67% entiende que ha de negociar hasta llegar a acuerdos con otros partidos, mientras que el 26% considera que debe defender su programa electoral e ideología sin negociar con otras formaciones.

La idea de negociación es transversal a todos los partidos y posiciones. Gana claramente, lo que viene a señalar que la sociedad catalana percibe que la búsqueda de acuerdos es fundamental en esta coyuntura.

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La polarización de Cataluña es evidente hasta cuando se pregunta a los ciudadanos por cuestiones más colaterales al debate central de la independencia. Como por ejemplo la gestión de Gobierno del president de la Generalitat. Aprueba o suspende en función de la posición de los entrevistados respecto a la cuestión identitaria. Los más proclives a la secesión apoyan su labor.

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