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La entrada en el Gobierno de Barcelona, pieza clave en la negociación entre ERC y PSC
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La entrada en el Gobierno de Barcelona, pieza clave en la negociación entre ERC y PSC

El ayuntamiento de la Ciudad Condal es una de las llaves para conseguir el apoyo de ERC a la investidura de Sañvador Illa. Fuentes del PSC admiten que serán "generosos" con los republicanos

Foto: Reunión de la ejecutiva del PSC tras ganar las elecciones catalanas. (Europa Press/David Zorrakino)
Reunión de la ejecutiva del PSC tras ganar las elecciones catalanas. (Europa Press/David Zorrakino)
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ERC, el partido que más ha sufrido el voto de castigo de los electores catalanes (perdió 13 diputados) es, precisamente, quien tiene la llave para decidir el nuevo presidente de la Generalitat. Además, los republicanos son quienes más problemas internos arrastran, y deberán decidir la Generalitat con la cúpula de la organización en funciones (Marta Rovira) o en periodo de reflexión (Oriol Junqueras) y con la vista puesta en un congreso extraordinario el 30 de noviembre.

En estas condiciones, ERC es cortejada ahora por socialistas y por Junts para que preste sus votos en una eventual investidura, ya sea del socialista Salvador Illa o del posconvergente Carles Puigdemont. Se da una paradoja: aunque dé sus votos a Puigdemont, si el PSC vota en contra, el candidato de Junts jamás podrá ser president (y, conforme a lo prometido en campaña, deberá abandonar la primera línea de la política). Votar a Puigdemont, por tanto, sería un voto perdido y arriesgarse a un bloqueo político, con el peligro de repetición de elecciones y el batacazo final para los republicanos.

Si, por el contrario, ERC da sus votos a Illa, el socialista podría ser el próximo president (presumiblemente, los comunes no se opondrían a un Govern de izquierdas y a reeditar el tripartito), voten lo que voten los demás partidos y ERC podría salvar los muebles.

En esta tesitura, quien tiene más que ofrecer al partido que encabezaba Oriol Junqueras (y que presentó como candidato a Pere Aragonès) es el PSC. “Podemos ofrecer a ERC entrar en el Govern o no, depende de lo que elija, pero seremos generosos. La intención es que permita la investidura de Salvador Illa. Quizá sería lo correcto facilitar la formación del Govern antes de las vacaciones y, a la vuelta, que decida con calma si quiere entrar en él. En ese caso, se incorporaría sin problema. Por otro lado, esperamos materializar los pactos, cuya negociación ya ha comenzado, en el Ayuntamiento de Barcelona. Ahí tendría también su parcela de poder”, explican fuentes socialistas a El Confidencial.

Mantener altos cargos

En el Govern, Esquerra sería el socio preferente y podría tener o una vicepresidencia o la Conselleria en Cap, es decir, un papel preponderante. Ello le permitiría poder seguir siendo protagonista de la política catalana y no diluirse en el ostracismo del tercer grupo parlamentario. Además, tendría la oportunidad de influir en algunas decisiones del Govern por su participación en el Consell Executiu, es decir, el ‘consejo de ministros’ de Salvador Illa. Paralelamente, las parcelas de poder le permitirían mantener una estructura en la Administración: si ERC abandona el poder, cientos de altos cargos perderán sus empleos, mientras que si continúa manteniendo cuotas, esa pérdida será sensiblemente menor.

Otro de los frentes donde habrá negociación es en la Mesa del Parlament, que debe formalizarse con la fecha límite del 10 de junio y que tiene 7 miembros. Ahí, los socialistas pueden jugar sus cartas en paralelo a la negociación de la investidura y realizar concesiones a ERC para dinamitar el frente nacionalista y arrebatar toda posibilidad a Carles Puigdemont. En resumen, con esas concesiones le permitirían a los republicanos asumir una cuota de poder con la que tendría derecho a más cargos y más recursos.

Tanto ERC como Comuns Sumar ponen encima de la mesa que para llegar a un acuerdo de Govern "también habrá que hablar de Barcelona"

Pero hay otra baza que todos están dispuestos a explotar: el Ayuntamiento de Barcelona, que se ha convertido en una de las contrapartidas que republicanos y comunes exigen y que los socialistas van a tener que negociar. Ello es así porque tanto ERC como Comuns Sumar ponen encima de la mesa que para llegar a un acuerdo de Govern “también habrá que hablar de Barcelona”. La capital catalana es regida en estos momentos por el socialista Jaume Collboni en solitario, con una minoría de 10 concejales sobre 41. Ada Colau ya ha pedido varias veces entrar en el equipo municipal, pero Collboni ha paralizado hasta ahora todas sus maniobras.

Fuentes de los comunes señalan a El Confidencial que “Colau no se va a ir de Barcelona. Ha decidido quedarse aquí y quiere participar del gobierno municipal. Esa participación deberá ser también moneda de cambio en la investidura de Salvador Illa. Nosotros hemos dicho muchas veces que lo que necesitan tanto Barcelona como Cataluña son gobiernos de izquierdas. Pues bien, ha llegado la hora de que se materialicen esos gobiernos, porque con nosotros, el PSC y ERC tendremos mayoría absoluta tanto en un sitio como en otro. Y difícilmente vemos a Illa como 'president' si no se nos permite la entrada en el ayuntamiento”.

Colau quiere voz y mando

Esta cuestión no es un obstáculo insalvable para Salvador Illa. El PSC podría ceder poder en un sitio y en otro a sus socios. En el Ayuntamiento, no obstante, es donde se pueden generar problemas, habida cuenta del enfrentamiento soterrado entre Collboni y Colau, que no ha digerido bien que se la haya apartado de la política municipal por las bravas. En el consistorio barcelonés, la lideresa de los comunes quiere voz y mando, porque considera que sus nueve concejales se pueden equiparar a los 10 de Collboni. “Hemos quedado a solo 140 votos del PSC, por lo que no podemos ser un socio de segunda”, subrayan las fuentes.

Foto: El candidato de Junts a la presidencia de la Generalitat, Carles Puigdemont. (EFE/David Borrat) Opinión

Eso significa, además, que los republicanos no podrán ser socios preferentes en la política local, lo cual no implica que se les arrincone. “También sabremos ser generosos en el ayuntamiento”, admiten en las filas del PSC, que consideran que esa negociación en la política local es relativamente fácil, comparándola con el esfuerzo que han de hacer en el terreno de la Generalitat."Impondremos prioridades en el Govern, como la necesidad de una política de vivienda pública o la lucha contra el cambio climático. Son líneas rojas que entendemos que pueden ser asumibles por todos los socios de gobierno, a las que no renunciaremos y que serán totalmente imprescindibles si se quiere contar con nosotros", explican las fuentes.

ERC, el partido que más ha sufrido el voto de castigo de los electores catalanes (perdió 13 diputados) es, precisamente, quien tiene la llave para decidir el nuevo presidente de la Generalitat. Además, los republicanos son quienes más problemas internos arrastran, y deberán decidir la Generalitat con la cúpula de la organización en funciones (Marta Rovira) o en periodo de reflexión (Oriol Junqueras) y con la vista puesta en un congreso extraordinario el 30 de noviembre.

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