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Junts y ERC boicotean los mítines de Orriols, la 'ultra' que dinamita el soberanismo
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Junts y ERC boicotean los mítines de Orriols, la 'ultra' que dinamita el soberanismo

Los incidentes se reproducen y los partidos independentistas se alían para intentar impedir mítines de Aliança Catalana, el partido ultra secesionista que mete miedo al soberanismo

Foto: Manifestantes increpan a un asistente a un mitin de AC en Barcelona. EFE
Manifestantes increpan a un asistente a un mitin de AC en Barcelona. EFE
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El independentismo se ha movilizado durante esta campaña contra una de las formaciones que pueden quebrar el bloque soberanista que ha protagonizado el procés durante más de una década. Se trata de Aliança Catalana (AC), una formación nueva liderada por Sílvia Orriols, alcaldesa de Ripoll, que ha irrumpido en la escena política catalana para ser la voz de la conciencia del soberanismo, con un mensaje mitad independentista y mitad xenófobo. Orriols es la lideresa que puede dinamitar el independentismo catalán, porque concurre a las elecciones con un mensaje claro y directo antiinmigración, donde cambia el componente hispanófobo de algunas formaciones por el islamófobo.

Los partidos tradicionales independentistas quieren borrar del mapa la campaña de su directa competidora Orriols. Y han provocado el boicot a varios actos de campaña, evitando que pueda exponer su programa a los ciudadanos. El último episodio de discriminación se vivió este miércoles en Vilanova i la Geltrú, una localidad al sur de Barcelona: Orriols, flanqueada por Lluís Areny, número 1 por Barcelona, Oriol Ges y Esther Baldajos, tenía que pronunciar un discurso en la sede de Neápolis, una agencia de innovación pública del sector de multimedia, creatividad y espíritu empresarial, pero no pudo: el alcalde, el socialista Juan Luis Ruiz, había dado su permiso, pero las fuerzas vivas soberanistas de Vilanova se alzaron contra él. Lo curioso del caso es que es la segunda vez que se cancela el acto en esta localidad.

Un correo enviado este martes por Jordi Romero-Lengua, director gerente de Neápolis, denegaba la cesión del espacio público a AC. El alto cargo informaba que el pleno municipal de la localidad, en fecha 29 de mayo de 2023, aprobó una moción “para promover un compromiso para luchar contra los discursos de odio y discriminaciones”. Añadía que el espacio solicitado es municipal y “ha de respetar este compromiso que está totalmente alineado con sus principios y avales de promoción de la inclusión, de intercambio cultural y el fomento de la cohesión social. Por este motivo, no será posible ceder el uso temporal del espacio del auditorio de Neápolis a Aliança Catalana”.

Presiones de JxCat y ERC

Con anterioridad, el acto ya había sido cancelado por Foment Vilanoví, una fundación privada de 171 años de antigüedad que es un emblema de la cultura catalana en Vilanova. Hace una semana, esta entidad canceló el acto de AC de este 8 de mayo, por lo que el partido buscó la alternativa de Neápolis. Según fuentes cercanas a AC, fueron presiones de Junts las que provocaron la cancelación. “La sala que teníamos alquilada de Foment Vilanoví para hacer un mitin de Sílvia Orriols el miércoles 8 de mayo nos ha sido denegada por presiones insoportables de los partidos mayoritarios que no quieren que nosotros expliquemos a la gente nuestro programa y podamos hacer nuestra opción política en democracia”, fue el mensaje distribuido en un vídeo por Aliança Catalana.

Salas municipales que cancelan actos, juntas que no dan permiso... El soberanismo tradicional se moviliza contra Aliança Catalana

Uno de sus candidatos, Anthony Sánchez, exlíder de las juventudes de Carles Puigdemont, es particularmente duro: “Nosotros hemos padecido censura en reiteradas ocasiones. No podemos ni queremos soportarlo más. AC no quiere más vulneraciones de derechos y libertades ni contra nosotros ni contra nadie. Tenemos todo el derecho a expresarnos y a poder explicar nuestro programa electoral”.

El cambio de escenario no fue más productivo: este mismo martes, una comunicación de ERC a sus militantes explicaba que en el pleno del lunes, el partido había pedido la denegación del uso de Neápolis, el nuevo espacio programado, a la formación de Orriols, petición a la que el PSC y los comunes se habían negado. No obstante, el martes día 7, un correo del departamento de alcaldía de la localidad informaba a los grupos municipales que se denegaba el uso de la sala de Foment Vilanoví a Aliança Catalana como consecuencia de la “moción aprobada en el pleno del Ayuntamiento en fecha de 29 de mayo de 2023”. Es decir, una moción aprobada al día siguiente a las elecciones municipales del año pasado, con un consistorio en funciones.

Boicot a recoger firmas

Para Aliança Catalana, la denegación vulnera sus derechos fundamentales, puesto que es un partido político legal que se presenta a unas elecciones. La irrupción de AC en las elecciones, en realidad, pone de los nervios al independentismo en general. Fuentes cercanas a Sílvia Orriols señalan a El Confidencial que “la fuerza más perjudicada por el hecho de presentarse a las autonómicas es JxCat, pero también se restan muchos votos a ERC e incluso a la CUP. Todos temen a Aliança Catalana, a quien las encuestas le dan entre 3 y 7 diputados”.

Desde que Orriols decidió presentarse a las elecciones catalanas, el independentismo tradicional le planteó batalla abierta. Grupos de exaltados extremistas intentaron boicotear, incluso por la fuerza, la recogida de firmas para que AC pudiese presentarse a las elecciones. Hubo episodios de tensión y robo de hojas con avales en Sant Sadurní d’Anoia y Arenys de Mar, por ejemplo. “dicen que son antifascistas, cuando lo que realmente quieren es imponer violentamente una dictadura ideológica”, se quejó Lluís Areny, cabeza de lista por Barcelona.

Pero eso no fue obstáculo como para que en sólo unos días, Orriols consiguiese más de 10.000 avales para presentar candidatura). Aún así, su campaña ha sido bombardeada y boicoteada desde los sectores tradicionalistas soberanistas, recelosos de que el partido emergente de extrema derecha les pueda restar los votos necesarios para controlar al Parlament. En Tàrrega (donde gobierna ERC con el apoyo de la CUP y el PSC), fue la Guardia Urbana la que intentó desmantelar una parada de recogida de avales, pero la Junta Electoral Provincial avaló el derecho a AC.

Conflictos en Sabadell y Figueres

Hace pocos días, este pequeño partido intentó hacer un acto electoral en Figueres (Girona). Dos hoteles denegaron sus salones para que pudiera llevarse a cabo, hasta que al final fue el Hotel Travé el que le permitió organizar su acto. Y hace poco más de una semana, la Asamblea Nacional Catalana (ANC) de Sabadell organizó un ciclo de conferencias con representantes de las candidaturas independentistas en esa localidad. ERC y la CUP se retiraron del ciclo argumentando que Aliança Catalana estaba incluida en el programa y dijeron que sólo participarían si se vetaba la presencia de AC, aunque cada partido presentaba su programa en días diferentes, sin debates entre ellos.

La organización local de la ANC mantuvo el acto hasta el último momento, pese a que la presidenta de la ANC, Dolors Feliu, ordenó cancelar el ciclo. Al final, Feliu cortó el suministro económico a su representación territorial y el acto tuvo que ser cancelado, una actitud que provocó ácidas críticas por el “talante autoritario” de la medida y la pretendida vulneración de los derechos de una fuerza política legal.

Otro episodio da fe de la lucha que el independentismo tradicional mantiene con Aliança Catalana: el pasado 28 de noviembre, el secretario de Trabajo de la Generalitat, Enric Vinaixa, amenazó a los organizadores de un acto empresarial en Ripoll con no asistir si aparecía por allí la alcaldesa del municipio, Sílvia Orriols. El asunto es más grave de lo que parece, ya que el alto cargo del Govern vetó a dos cargos electos en las urnas. Medios independentistas llegaron a calificar de “despotismo” la actitud del Govern en este asunto. “El equipo de Pere Aragonès no acepta el gobierno legítimo de los ripolleses. Enric Vinaixa, eres un totalitario y un cobarde”, acusó Sílvia Orriols desde su sillón municipal.

El independentismo se ha movilizado durante esta campaña contra una de las formaciones que pueden quebrar el bloque soberanista que ha protagonizado el procés durante más de una década. Se trata de Aliança Catalana (AC), una formación nueva liderada por Sílvia Orriols, alcaldesa de Ripoll, que ha irrumpido en la escena política catalana para ser la voz de la conciencia del soberanismo, con un mensaje mitad independentista y mitad xenófobo. Orriols es la lideresa que puede dinamitar el independentismo catalán, porque concurre a las elecciones con un mensaje claro y directo antiinmigración, donde cambia el componente hispanófobo de algunas formaciones por el islamófobo.

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