Barcelona, capital del turismo de fertilidad: 'boom' de clínicas y de pacientes extranjeras

Barcelona se ha convertido en un lugar de peregrinación para someterse a tratamientos de reproducción. Las buenas conexiones con los demás países de Europa favorecen el flujo de pacientes que se acercan a la ciudad en busca de soluciones para sus problemas de fertilidad. También el hecho de que España cuente con una legislación más permisiva que otros países del entorno. Uno de los gigantes del sector, el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), que acaba de abrir un nuevo centro en la ciudad, apunta a que el 60% de sus pacientes son extranjeras.

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La última evidencia de este fenómeno es, precisamente, la apertura de la nueva clínica del IVI. El centro está ubicado en el edificio de la histórica sede de la editorial Salvat, un icono de la Barcelona, capital de la literatura. La ciudad, sin embargo, ha dado da paso a una nueva realidad, la Barcelona, paraíso de la reproducción asistida. La compra del edificio, ubicado en la calle Mallorca, se realizó en 2017 y, tras años de reformas y pandemia, abrió sus puertas el pasado mes de enero.

En el edificio de Salvat, un recinto de 8.000 metros cuadrados catalogado por el Ayuntamiento, IVI dedicará tres de las cinco plantas del inmueble a la atención de pacientes, tratamientos y laboratorio. Para la firma, que ya contaba con una clínica menor en la ciudad, era imprescindible la expansión. “Cataluña y Barcelona es un centro pionero en reproducción”, asegura el director de IVI Barcelona, Agustín Ballesteros. En los últimos años, la compañía ha atendido a más de 4.500 pacientes que acudieron por una primera visita y ha realizado unos 5.000 ciclos de tratamientos completos.

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Por su parte, Dexeus Mujer, el centro de referencia durante casi 40 años en la ciudad, atiende entre todas sus filiales a unas 5.000 pacientes al año. “Esta cifra incluye todos los tratamientos: desde inducción para ovulación hasta diagnóstico genético preimplantacional, y también la preservación social”, aclaran. A lo largo de toda su andadura han ayudado a nacer a más de 20.000 niños, pero no anualizan la cifra. Ahora, la oferta se ha diversificado y la demanda sigue aumentando. Los tratamientos de fecundación in vitro oscilan entre los 4.000 y los 10.000 euros por ciclo. Las clínicas de reproducción ofrecen paquetes de inseminación artificial, rebajas en los precios según la época del año e incluso descuentos al escoger los intentos.

“Las clínicas aparecen como setas por toda Barcelona”, apunta la doctora Annalisa Racca

“Las clínicas aparecen como setas por toda Barcelona”, advierte la doctora Annalisa Racca, empleada de Dexeus, quien defiende además una mayor regulación. “Todos sabemos que es un negocio, pero no podemos olvidar que estamos hablando de parejas, de bebés y, sobre todo, de personas”, recuerda.

El 60% de las pacientes son internacionales

Entre las cifras que aporta IVI Barcelona hay un dato que destaca: el 60% de sus pacientes son internacionales. Mayoritariamente son francesas, pero también italianas, alemanas, inglesas y suizas. No se trata de una excepción: los centros de reproducción asistida de la capital catalana reciben un gran flujo de extranjeras.

Según datos de la Agencia Catalana de Turismo, Cataluña recibe alrededor de 20.000 extranjeros al año para realizarse procedimientos médicos. "La gente viene porque la calidad de la medicina reproductiva es muy alta. España ofrece calidad, confianza y resultados óptimos", apunta Ballesteros.

Un servicio, y negocio, que está más que adaptado a estos pacientes, y clientes, internacionales. Actualmente, las clínicas de reproducción asistida cuentan con equipos plurilingües para comunicarse con las mujeres que vienen a someterse a un tratamiento. Este abanico de idiomas se ofrece en todos los campos en los que la paciente necesita comunicarse, desde administración, a los departamentos médicos. El doctor Ballesteros explica que desde las clínicas se intenta atender en el idioma natal de las clientas: “Es un tema lógico de comunicación y entendimiento, ya que deben clarificar los tratamientos”.

Las mujeres francesas son las principales clientas internacionales que recibe Barcelona

Legislación más liberal y escasez de óvulos

El principal motivo que hace de España un destino clave para la búsqueda de estos tratamientos es que tiene una legislación más laxa que la de los países del entorno. La ley que regula estos procedimientos es la 14/2006, sobre técnicas de reproducción humana asistida. Aquí, las pacientes pueden someterse a tratamientos que en otros países no están permitidos o son de difícil acceso.

Las mujeres francesas son las principales clientas internacionales que recibe Barcelona, tanto por la cercanía como por la flexibilidad de la legislación. En Francia, el límite de edad para acceder a la reproducción asistida es de 43 años. Además, en 2021 aprobaron una ley que elimina el anonimato de las donaciones de semen y óvulos.

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Agencias

En Italia, lugar de residencia de muchas de las pacientes que reciben en Dexeus Mujer, el problema reside en la donación. La ley italiana prohíbe que estas actividades sean remuneradas. La doctora Annalisa Racca, de nacionalidad italiana, defiende que “la compensación es necesaria porque comprometes dos semanas de tu vida, te hormonas y pasas por quirófano”.

En España, la situación es notablemente mejor que en el resto de los países, pero, aun así, las donaciones no abundan. Las de semen, al ser un procedimiento sencillo e indoloro, son más fáciles de conseguir, pero las de óvulos son más complicadas. “No hay tantos óvulos como se necesitarían”, aclara Ballesteros.

La media de edad de las pacientes de IVI sigue aumentando y, actualmente, es de 39 años

Según el último informe de la Sociedad Española de Fertilidad, Cataluña se sitúa como la comunidad autónoma que más tratamientos de reproducción asistida efectúa. En el 2020, en Cataluña se realizaron 27.358 ciclos de fecundación in vitro. En la comunidad se llevan a cabo el 23% de las inseminaciones artificiales del total nacional y el 21,5% de las fecundaciones in vitro. Aun así, es la segunda en número de clínicas que llevan a cabo este procedimiento (36), por detrás de Andalucía (52). De esos 36 centros tan solo 5 son públicos.

Madres cada vez más mayores

La media de edad de las pacientes del IVI sigue aumentando y, actualmente, es de 39 años. Un tercio de sus pacientes ya superan los 40 años. “El retraso de la maternidad hace que tengamos más dificultades para generar un embarazo y más riesgo de aborto y alteraciones fetales”, explica Ballesteros.

En España no existe una limitación legal de edad para poder someterse a estos tratamientos, pero sí un consenso en el seno de la Sociedad Española de Fertilidad en poner como tope los 50 años. Eso sí, esta regulación se aplica únicamente a mujeres. La edad no es un factor de exclusión para los hombres.

Estos procesos cuentan con el apoyo de los médicos del país de origen de las pacientes, que les realizan los controles y el seguimiento que se pauta desde España. “La colaboración con los médicos en los países de origen de las pacientes es fundamental, intentamos que vengan el mínimo de veces posible”, asegura Agustín Ballesteros. El objetivo de estas clínicas es que las pacientes vengan únicamente al final del tratamiento. En el caso de la fecundación in vitro, para sacarse los óvulos y colocarse los embriones cuando estén listos. Si es una donación, para la entrega de la muestra de semen o la extracción de óvulos.