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Artadi dinamita con su candidatura un pacto de JxCAT y el PDeCAT en Barcelona
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Paso adelante en las municipales

Artadi dinamita con su candidatura un pacto de JxCAT y el PDeCAT en Barcelona

El programa de Artadi es vago. Movilidad sostenible, más limpieza y seguridad. Pero es la primera que salta al ruedo. Confluye con la estrategia municipal de Jordi Sànchez, nada favorable al acuerdo con los posconvergentes

Foto: La portavoz de JxCAT, Elsa Artadi. (EFE)
La portavoz de JxCAT, Elsa Artadi. (EFE)
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Elsa Artadi dijo que dejaba la Generalitat para centrarse en la política municipal. Y esta semana se presentó como candidata a la alcaldía de Barcelona. Es el quinto grupo municipal y el gesto fue una iniciativa personal, al margen del partido, ya que en JxCAT desconfiaban de que fuera un caballo ganador. Pero dio igual. Escoltada por Jaume Clotet, responsable de comunicación de la Generalitat en la era de Quim Torra, que se ha convertido en su principal asesor, dio el paso adelante. Con su gesto no solo se impone a la formación, sino que dinamita cualquier posibilidad de acuerdo entre JxCAT y el PDeCAT en Barcelona y dificulta un pacto del espacio posconvergente para las municipales dentro de dos años.

Sin ese pacto, ERC o el PSC ganarán las municipales. Pero el voto de JxCAT y el PDeCAT se dividirá. Barcelona era el mejor ejemplo, porque el PDeCAT todavía mantiene los derechos electorales. El golpe de audacia de Artadi tal vez era necesario. "Me siento la líder de la oposición", aseguró en su acto, este jueves, en un escenario muy bien escogido, el teatro donde fue arropada por 300 cargos de JxCAT, encabezados por Laura Borràs. Si le sale bien, incluso, puede ahorrarse unas primarias.

La jugada de Artadi encaja con la estrategia del secretario general de JxCAT, nada entusiasta del acuerdo con el PDeCAT para evitar que ERC les supere en las municipales. Prefiere ir tentando a los alcaldes poco a poco y que vayan dejando el PDeCAT para sumarse al partido de Carles Puigdemont. Siguiendo esta táctica de casa por casa prevé que en dos años solo queden los ayuntamientos más reticentes —Solsona, Igualada, etc.— y que entonces el PDeCAT solo podrá rendirse.

Foto: La concejal de JxCAT en Barcelona, Elsa Artadi. (EFE)

El problema de todo eso es que se trata de ayuntamientos pequeños. No son municipios grandes, donde se pueden colocar cargos de confianza y asesores. Y aquí Barcelona es el premio gordo.

Por eso el gesto de Elsa Artadi no solo resulta relevante para el independentismo, que también. Sino para todo el arco parlamentario. Ganar Barcelona ofrece mucha visibilidad. Se puede enmascarar una derrota en las municipales en Cataluña si se consigue la mejor ciudad. Los comunes hicieron justo eso en las pasadas elecciones.

De hecho, el PDeCAT tiene planes similares. Buscar un candidato tipo el 'exconseller' de Cultura Santi Vila, aprovechar los derechos electorales, y ganar la alcaldía de Barcelona, que ante la fragmentación de voto está muy barata. En 2019 a Ada Colau le bastó con 156.000 votos para ser alcaldesa. Eso es algo que anima a Artadi: aunque sea el quinto grupo. Como dice una fuente del PSC, Barcelona la puede ganar literalmente cualquiera.

Programa por definir

El programa de Artadi está por definir. Movilidad sostenible y más limpieza y seguridad, esas son sus líneas generales. Algo que podría proponer un alcalde de cualquier ideología. Su ventaja es que ahora JxCAT tiene candidato claro mientras que el resto de grupos municipales siguen deshojando la margarita.

JxCAT renuncia así un pacto amplio con el PDeCAT para presentarse a las municipales

Así Jaume Collboni todavía no ha sido confirmado por el PSC, que maneja encuestas en las que el líder de los socialistas en la capital catalana es aún poco conocido por la mayoría de la población. Mientras, Colau juega al despiste. A veces dice que volverá a presentarse, a veces no, a veces alimenta que pueda irse de ministra para acompañar a Yolanda Díaz. El PP está sumido en una crisis interna, más aguda en Barcelona. Los de Pablo Casado se juegan la supervivencia. Y los resto del experimento de Manuel Valls es una incógnita a dónde pueden ir.

Asignatura pendiente

Barcelona supone una asignatura pendiente para el independentismo. Desde Xavier Trias no han tenido un alcalde independentista y en los días álgidos del 'procés', en 2017, Colau jugó a nadar y guardar la ropa. El soberanismo necesita victorias y no ser solo consolidarse como una alternativa en la Cataluña rural. Se trata de mandar un mensaje a votantes más urbanos.

Para Elsa Artadi será la prueba de fuego. En el partido siempre le han reprochado la falta de carisma, ese liderazgo tuitero tipo Laura Borràs, que tanto gusta en la formación. Llega la primera. Si dentro de dos años fracasa su carrera política se complicará mucho.

Elsa Artadi dijo que dejaba la Generalitat para centrarse en la política municipal. Y esta semana se presentó como candidata a la alcaldía de Barcelona. Es el quinto grupo municipal y el gesto fue una iniciativa personal, al margen del partido, ya que en JxCAT desconfiaban de que fuera un caballo ganador. Pero dio igual. Escoltada por Jaume Clotet, responsable de comunicación de la Generalitat en la era de Quim Torra, que se ha convertido en su principal asesor, dio el paso adelante. Con su gesto no solo se impone a la formación, sino que dinamita cualquier posibilidad de acuerdo entre JxCAT y el PDeCAT en Barcelona y dificulta un pacto del espacio posconvergente para las municipales dentro de dos años.

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