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Una renuncia episcopal con guion de Sorrentino
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Una renuncia episcopal con guion de Sorrentino

La trayectoria del dimitido obispo de la diócesis de Solsona, Xavier Novell guarda paralelismos con el ficticio papa Pío XIII. Nadie se explica la renuncia del joven religioso

Foto: Xavier Novell. (EFE)
Xavier Novell. (EFE)

Sorpresa. La única coincidencia en los numerosos análisis sobre la renuncia del obispo de Solsona, Xavier Novell —que el papa Francisco aceptó el pasado lunes— es que nadie se lo esperaba. Y también que nadie acierta a explicar cuáles son las "razones estrictamente personales" que "libremente" le llevaron a presentar su dimisión, más allá de especulaciones sobre una presión sobre él por su apoyo al independentismo o su defensa de las posiciones tradicionales de la Iglesia frente a la homosexualidad. Pero, de ser ciertas esas razones, tendrían que llevar por el mismo camino a la mayoría del episcopado español. El caso Novell se ha convertido en un misterio. Un misterio como el que Paolo Sorrentino dibujó para el papa Pio XIII en su serie 'The Young Pope', y en el que ambos personajes, el ficticio y el real, guardan ciertos paralelismos. Una de esas situaciones en que la ficción puede ayudar a entender la realidad.

Joven, bien parecido, conservador, controvertido. Cuando Pio XIII apareció en las pantallas en 2016, bien hubiera parecido un émulo de Xavier Novell i Gomà —que ya ejercía como obispo desde 2010— si no fuera por la distancia que separa la diócesis rural de Solsona de la magnificencia del Vaticano. Los escasos 130.000 bautizados y apenas cincuenta curas (la mayoría de ellos de más de 75 años), frente a los mil trescientos millones de católicos y el ejército evangelizador de más de cuatrocientos mil sacerdotes y otros tantos religiosos. Como en la ficción, cuando la elección de Lenny Belardo como nuevo Papa suscita una especial pasión, la llegada de Novell a Solsona generó un gran entusiasmo. Con 41 años, era el obispo más joven de España y el octavo del mundo. Y, como el Pío XIII de la ficción, estaba lleno de contradicciones. Ambos eran innovadores en la pastoral, pero conservadores con respecto a la moral y la doctrina. Elegidos por su apariencia débil e ingenua y promocionados por un entorno que esperaba que fueran fáciles de manipular, resultaron respondones y firmes con sus decisiones.

Foto: Jude Law protagoniza la serie 'The Young Pope' (Foto: Gianni Fiorito) Opinión

Además, estos años de Novell en Solsona han sido un experimento, a escala reducida y manejable, de cómo debía organizarse la Iglesia católica en un futuro próximo para responder a un mundo actual en el que no cala su mensaje, una feligresía envejecida y un clero cada vez más escaso. Novell sustituyó los tradicionales arciprestazgos por doce unidades pastorales, al frente de las cuales hay un equipo de sacerdotes, auxiliados por laicos. Confió en nuevas formas de evangelización, exportadas desde el anglicanismo, como los cursos Alpha, que combinan las charlas sobre la fe en torno a un café o una comida de fraternidad. Dio más protagonismo a los laicos, sobre todo a las mujeres —la secretaria general y la ecónoma de la diócesis son dos mujeres laicas—, pero sobre todo fue podando "las viejas estructuras caducas que no evangelizan", lo que le hizo encontrar contestación en parte del escaso clero de la diócesis. "Algunos llaman a su obispo el loco este de la evangelización" reconocía en 2016 en un encuentro.

Dio más protagonismo a los laicos, sobre todo a las mujeres, pero sobre todo fue podando "las viejas estructuras caducas que no evangelizan"

Unos éxitos pastorales empañados por las controversias que se ha encontrado en lo doctrinal. Su posición firme en temas como el aborto, que ha calificado como "el genocidio más grave y terrible de nuestra humanidad", o la homosexualidad, de la que se ha planteado "si el fenómeno creciente de la confusión en la orientación sexual de muchos chicos adolescentes no será debida a que, en la cultura occidental, la figura del padre estaría simbólicamente ausente, desviada, difuminada", provocaron en su momento la respuesta airada de algunos sectores de la sociedad catalana e incluso eclesiales. Aunque su mayor polémica ha venido por su apoyo al proceso separatista. Tímido en un primer momento, incluso negándose a pronunciarse sobre la cuestión durante años, al final, en el referéndum del 1-O fue el único obispo que se fotografió ante la urna. Más tarde, defendió la legalidad del proceso y la injusticia de la condena de los presos del 'procés', a los que visitó en varias ocasiones en la cárcel de Lledoners.

Una parte de la opinión pública ha querido ver su renuncia como un castigo obligado por estas polémicas, pero precisamente en los últimos tiempos, su papel era de un perfil bajo en lo mediático. A diferencia del Papa de ficción de Sorrentino —que renuncia a comparecer en público como una estrategia para aumentar el misterio hacia el papado—, Novell se prodigó en los primeros años en entrevistas y apariciones televisivas. Ya entonces reconocía que sus “hermanos en el episcopado” le recomendaban que no acudiera a los platós televisivos, a pesar de su convicción de que aquello era positivo para difundir su mensaje. Pero en estos últimos años, las recomendaciones se han convertido en mandato, tras varias llamadas de atención de obispos y de la propia Santa Sede a través del Nuncio.

Novell no es el primer obispo que renuncia a su cargo en España. En 2019, Raúl Berzosa, de un perfil muy parecido a Novell, renunciaba como obispo de Ciudad Rodrigo. Pasó entonces un tiempo de retiro en un monasterio francés, y más tarde en la curia romana. Desde finales del año pasado, se encuentra temporalmente en República Dominicana, al servicio de la diócesis de Santo Domingo. Se especuló que su salida se debía a razones sentimentales y económicas, aunque más tarde ambos motivos fueron desmentidos. Años antes, en 1991, Ramón Buxarrais, renunciaba como obispo de Málaga para marcharse como "cura de base" a una parroquia de Melilla. Aunque argumentó su cansancio físico y una reciente operación como razón de su decisión, en la práctica Buxarrais estaba muy lejos del magisterio del entonces Papa, Juan Pablo II. Una situación similar, aunque en este caso por "falta de comunión eclesial" con el arzobispo titular de Valencia, llevó a Rafael Sanus a renunciar como auxiliar de la diócesis valenciana en el año 2000.

Foto: Foto: iStock

Otros dos casos de renuncias disimuladas, como nombramientos de obispos auxiliares (lo habitual es que ocurra al revés, que los auxiliares sean promocionados a titulares de una diócesis), se han producido en los últimos años. En 2018, Javier Salinas renunciaba como obispo de Mallorca y pasaba a ser auxiliar de Valencia, después de varios meses de presión mediática en la que se le acusaba de mantener una "relación impropia" con una colaboradora del obispado. Monseñor Salinas fue fotografiado en pijama, de madrugada, cuando abría la puerta del obispado a su colaboradora. Aunque argumentó que "se había malinterpretado sus actos" y que había "actuado convenientemente", la polémica se acabó zanjando con su dimisión. Dos años después también llegó a Valencia, como auxiliar, el hasta entonces obispo de Ibiza, Vicente Juan Segura. Los motivos nunca se hicieron públicos, pero era rumor extendido en la isla los informes que se hacían llegar a los medios sobre su vida privada.

Pero en el caso de Novell, las "razones estrictamente personales" siguen si estar claras. Decía Jude Law, el actor que dio vida a Pío XIII, que a la hora de preparar su interpretación, "al principio me preocupaba mucho la parte de espectacularidad del Papa, pero no me ayudó mucho; al final Paolo [Sorrentino] siempre me recordaba que debía pensar en el hombre". Y ahí puede estar la clave. Tras una década al frente de la diócesis, Novell había alcanzado todo lo posible, y las posiciones, tanto de quienes le apoyaban como de quienes se oponían a él, eran ya fijas e inamovibles. En varias ocasiones había solicitado un cambio de diócesis, una forma de romper con los funcionamientos viciados y comenzar de nuevo, pero se le había negado. Desde esa perspectiva, el futuro de Novell era seguir como obispo de Solsona hasta 2044, año en que tendría que presentar su renuncia por jubilación; veintitrés años por delante que se antojaban inacabables.

Novell pertenecía a esa Iglesia que Francisco ha ido desmontando con sus decisiones y gestos

Además, las posiciones doctrinales de Novell, que sintonizaban a la perfección en los pontificados de Juan Pablo II, cuando fue ordenado sacerdote, y de Benedicto XVI, quien lo nombró obispo, quedan lejos de la orientación que el papa Francisco ha dado a la Iglesia en los últimos años. Hablando de la segunda temporada de la serie de Sorrentino, decía Rubén Amón en estas páginas que "tanto ha trivializado Jorge Mario Bergoglio la liturgia, la poética, tanto el misterio de la fe que se degrada al prosaísmo de una ONG o al prosaísmo de una misión desmitificada". Pues Novell pertenecía a esa Iglesia que Francisco ha ido desmontando con sus decisiones y gestos. Aislado en la pequeña diócesis, ahogado por sus propias decisiones, con una parte de la población en su contra, obligado a silenciar sus opiniones y falto del apoyo del resto de los obispos, monseñor Novell ha acabado presentado su renuncia.

El final de Pío XIII y de Xavier Novell también tienen semejanzas y diferencias. La ficción finaliza con un multitudinario y aplaudido discurso en la plaza de San Marcos de Venecia, mientras que Novell ha desaparecido por completo de la esfera pública tras el anuncio de su renuncia. Ha cerrado su página de Facebook —fue uno de los primeros obispos en abrirla— y ni él, ni su entorno más cercano, atienden llamadas. Pero más allá del diferente final, el argumento de ambas historias —ficticia y real— es muy similar: las luchas de poder, las intrigas, el conflicto entre la eternidad de la fe y la contemporaneidad del mundo, que se viven de igual forma, ya sea en el esplendoroso y barroco Vaticano, que en el sencillo románico de una localidad leridana que no alcanza los diez mil habitantes.

Sorpresa. La única coincidencia en los numerosos análisis sobre la renuncia del obispo de Solsona, Xavier Novell —que el papa Francisco aceptó el pasado lunes— es que nadie se lo esperaba. Y también que nadie acierta a explicar cuáles son las "razones estrictamente personales" que "libremente" le llevaron a presentar su dimisión, más allá de especulaciones sobre una presión sobre él por su apoyo al independentismo o su defensa de las posiciones tradicionales de la Iglesia frente a la homosexualidad. Pero, de ser ciertas esas razones, tendrían que llevar por el mismo camino a la mayoría del episcopado español. El caso Novell se ha convertido en un misterio. Un misterio como el que Paolo Sorrentino dibujó para el papa Pio XIII en su serie 'The Young Pope', y en el que ambos personajes, el ficticio y el real, guardan ciertos paralelismos. Una de esas situaciones en que la ficción puede ayudar a entender la realidad.

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