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Puigdemont tiene preparada otra ‘sorpresa’ ante el Tribunal de Justicia de la UE
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INTERPONDRÁ UN ‘RECURSO PREJUDICIAL’

Puigdemont tiene preparada otra ‘sorpresa’ ante el Tribunal de Justicia de la UE

Según han confirmado fuentes del entorno del expresidente de la Generalitat, la decisión alemana da alas para internacionalizar el caso Puigdemont ante la Justicia europea

Foto: Manifestación en protesta por la detención del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. (Reuters)
Manifestación en protesta por la detención del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. (Reuters)

La primera etapa del periplo judicial europeo de Carles Puigdemont se ha cumplido satisfactoriamente para el ‘expresident’ de la Generalitat: la decisión de un juez alemán de ponerlo en libertad y de rechazar la acusación de rebelión es un balón de oxígeno a los procesados por el 1-O y un jarro de agua fría para el juez Pablo Llarena y, por extensión, para el Gobierno central. Ahora prepara una ofensiva judicial en las instituciones europeas que persigue poner contra las cuerdas al Estado español.

Fuentes del PDeCAT señalan a El Confidencial que “se ha visto que, en Alemania, la justicia es más garantista que en España”. Otras fuentes de esta formación recalcan que la decisión “ha sido tomada por un tribunal territorial, lo que demuestra que en ese país existe una verdadera descentralización política, mientras que en España hay solo una cierta descentralización administrativa, pero no política, porque los tribunales de Cataluña no pueden resolver en este caso. Solo hay que ver que quien decide sobre un caso de extradición es el tribunal territorial de Schleswig-Holstein, es decir, un tribunal de un’ land’, no los tribunales estatales. ¿Alguien se imagina al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, o de Galicia, o de Murcia, decidiendo sobre un caso de extradición en España? ¿Queda claro ahora cuál es el grado de descentralización política que hay en un país y en otro?”.

Euforia independentista a las puertas de la prisión tras conocerse la puesta en libertad de Puigdemont

Pero más allá de las apreciaciones políticas que puedan hacerse —positivas desde las filas independentistas y negativas desde las constitucionalistas—, lo cierto es que la decisión ha dado argumentos a Puigdemont para intentar una ofensiva en toda regla ante las instituciones europeas: según ha podido conocer El Confidencial de fuentes solventes, el ‘expresident’ tiene ya preparado un ‘reenvío prejudicial’ ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE).

Esta figura jurídica se conoce también con los nombres de ‘recurso prejudicial’ o ‘recurso 177’, ya que es este artículo del Tratado de la CEE el que lo prevé. Fuentes conocedoras de la situación señalan a este diario que este tipo de recurso se ha de presentar siempre antes de cualquier sentencia. Incluso se puede presentar antes de cualquier instrucción. Según la legislación comunitaria, se trata de “un sutil mecanismo jurídico destinado a asegurar una correcta y uniforme aplicación del derecho comunitario por los estados miembros y, especialmente, por sus órganos judiciales”.

Foto: Un hombre con una bandera estelada celebra con champán frente la cárcel de Neumünster la decisión de la Justicia alemana. (EFE)

Las citadas fuentes recalcan que el TJUE “no juzga, sino que solo dice si el asunto es de conformidad con el derecho europeo o no, y el tribunal nacional debe resolver conforme a la interpretación que haga el TJUE”. Lo que establece este recurso, según las fuentes consultadas, “es si se han vulnerado derechos esenciales”. Con ello, podrían marcar el camino de Llarena y decidir, por ejemplo, si la acusación de rebelión contra los miembros del Govern es legal y legítima.

Internacionalización plena del ‘procés’

El próximo paso de Puigdemont, pues, es acudir al alto organismo comunitario para que sea este quien ponga límites al Tribunal Supremo de España. De ahí que, según indican las fuentes a este diario, planteará que se han vulnerado sus derechos fundamentales en el proceso. Además, el ‘expresident’ apelará al artículo 11 del tratado para defender la libertad de expresión y la forma de manifestarla.

Ello abre la puerta para reclamar que se le dé la posibilidad “de expresar e intercambiar públicamente sus opiniones en todos los ámbitos de actuación de la UE”. Pero también, atendiendo a ese mismo artículo, reclamará que, “con el objeto de garantizar la coherencia y la transparencia de las acciones de la Unión, la Comisión Europea mantendrá amplias consultas con las partes interesadas”. Ello podría suponer la materialización de la reiteradamente solicitada intermediación internacional en el conflicto.

Foto: Vista exterior de la prisión Justizvollzugsanstalt (JVA) Neumuenster. (EFE)

Por si fuera poco, el mismo artículo, en su punto cuarto, señala que “un grupo de al menos un millón de ciudadanos de la UE, que sean nacionales de un número significativo de estados miembros, podrá tomar la iniciativa de invitar a la Comisión Europea, en el marco de sus atribuciones, a que presente una propuesta adecuada sobre cuestiones que estos ciudadanos estimen que requieren un acto jurídico de la Unión para los fines de la aplicación de los tratados”. Aunque eso no supondría, 'per se', la separación de España, sí que comportaría la implicación definitiva de los organismos comunitarios en el ‘caso catalán’.

Lo curioso del caso es que, en primera instancia, el tema no tendría por qué pasar por esa vista previa del TJUE, pero en los tribunales de segunda instancia es obligatorio que los jueces acepten el envío. Y, lo que es más importante, “las decisiones del alto tribunal europeo deben ser obedecidas”. Lo que se pretende de ese modo es que los tribunales españoles no dictaminen sobre las acusaciones más graves contra los antiguos integrantes del Gobierno catalán, atendiendo a que en la legislación comunitaria las figuras delictivas de rebelión y sedición no existen y sus efectos se insertan en otros conceptos o figuras delictivas.

La primera etapa del periplo judicial europeo de Carles Puigdemont se ha cumplido satisfactoriamente para el ‘expresident’ de la Generalitat: la decisión de un juez alemán de ponerlo en libertad y de rechazar la acusación de rebelión es un balón de oxígeno a los procesados por el 1-O y un jarro de agua fría para el juez Pablo Llarena y, por extensión, para el Gobierno central. Ahora prepara una ofensiva judicial en las instituciones europeas que persigue poner contra las cuerdas al Estado español.

Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) Carles Puigdemont
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