Selfies, mesa y mantel con el 'ex'

Selfies, sonrisas, fotos, sol de octubre, mesa y mantel. Todo ello, en la ciudad de Girona. Carles Puigdemont se ha paseado este sábado con total naturalidad por la ciudad de la que fue alcalde, compadreando con los vecinos y con algunos curiosos, que reclamaban tomarse una foto con el ya cesado 'president' de la Generalitat, tras un viernes de infarto en el que el Parlament aprobaba dar el pistoletazo de salida a la independencia de Cataluña mientras que, paralelamente, el Senado daba carta blanca al Gobierno de Mariano Rajoy para aplicar el artículo 155 de la Constitución y restablecer así la legalidad en la comunidad autónoma.

Mientras España se encontraba pendiente de una comparecencia de Puigdemont en televisión, grabada y anunciada pocos minutos antes, el ya ex 'molt honorable' -después de que el BOE corroborase su cese fulminante tras un Consejo de Ministros extraordinario celebrado el viernes- el político catalán se encontraba en el interior de un bar de su ciudad natal, posiblemente con la intención de comer con un grupo de amigos.

Puigdemont se dejaba querer: se ponía la chaqueta para hacerse fotos con personas que se acercaban a la mesa, volvía a quitarse la americana para sentarse a la mesa, daba un trago a una copa, se quitaba las gafas de pasta negra, se las volvía a poner, salía del local para hacerse algunas fotos con un equipo de baloncesto gironés... Así lo mostraban las cámaras de laSexta, que desde el exterior del local grababan imágenes.

Tras el revuelo inicial por la presencia del cesado president en la ciudad catalana, este regresaba al interior del local para proseguir con su almuerzo.