Cataluña comunica a Montoro que incumplirá su objetivo de déficit y cerrará con un 2,5% del PIB

La Generalitat incumplirá el objetivo de déficit que marcó el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. En el departamento de Economía que dirige Andreu Mas-Colell ya dan por hecho que al final la Administración catalana cerrará 2012 con cerca del 2,5% del PIB de déficit, y así se lo han avanzado al Gobierno central, según fuentes cercanas a la Administración catalana.

Portavoces de la conselleria han declinado hacer declaraciones, pero lo cierto es que en el departamento de Economía ya se ha asumido que el déficit rondará el 2,5%, muy lejos del 1,5% del PIB que el Gobierno central había marcado para el conjunto de las CCAA. Montoro está muy descontento por esta situación, en especial porque considera que el Gobierno ha cumplido con las autonomías, dando el apoyo del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), que en caso de Cataluña supondrá la inyección de 5.433 millones.

Sin embargo, pese a que el tercer trimestre se cerró en línea con lo que marcaba el Gobierno de Mariano Rajoy, son los últimos meses del año los que, como ya es tradicional, más déficit acumulan. Y eso que el catalán se ha visto paliado por dos importantes privatizaciones: la de Aigües del Ter-Llobregat y la de Tabasa y Túnel del Cadí, que junto a otras ventas menores suman más de 1.500 millones de euros, si bien hay un debate sobre si puede contabilizarse toda esa cifra este año 2012.

Según la información oficial facilitada por la Generalitat, a cierre de octubre el déficit era de 2.343 millones, un 23% menos que en el mismo período del año anterior. En total, el 1,2% del PIB. Pero esta cifra no incluye todo el sector público de la Administración catalana, con lo que el déficit final será sustancialmente mayor.

Mas-Colell no quiere plantear este incumplimiento en el marco del enfrentamiento abierto entre la Generalitat y el Ejecutivo central a cuenta de la consulta soberanista. Al contrario, pretende señalar que lo que hay que hacer es modificar el objetivo de déficit del próximo año y acercarse a límites que puedan ser más realistas, y que podrían ser del 1,5% del PIB para 2013 y no del 0,7%, como pretende el Gobierno.

El titular en funciones de la cartera económica catalana desea situar el debate en términos de lealtad institucional, garantizando que no habrá desviaciones sobre el 2,5% en la ejecución presupuestaria que se cerrará en marzo del 2013. A juicio de Mas-Colell, no es un problema sólo de Cataluña, sino de que fijar el objetivo del déficit autonómico para 2012 en el 1,5% no era realista, ni siquiera para Administraciones como la catalana, que han hecho importantes recortes.

Otras CCAA en la misma situación

Aunque al haberse adherido al FLA, por lo que con la nueva ley de Estabilidad Presupuestaria, que fue votada también por CiU en el Congreso, la Generalitat podría ser sancionada por Hacienda, en la conselleria de Economía esperan manga ancha. Básicamente, porque no será sólo Cataluña la que incumpla el objetivo de déficit. En situación similar se encuentran Andalucía, pero también comunidades donde gobierna el PP, como Murcia, Extremadura y, sobre todo, la Comunidad Valenciana, según han señalado fuentes cercanas al Ministerio de Hacienda.

En el entorno de las CCAA se espera que, esta vez sí, los Gobiernos autonómicos puedan beneficiarse de la flexibilización en los objetivos de déficit que el Gobierno está negociando en Bruselas, algo que no pasó este año 2012 cuando el Ejecutivo central se reservó para sí todo el margen que consiguió de la UE. Esta negociación se debe a que el Gobierno y el titular de Economía, Luis de Guindos, son conscientes de que ellos tampoco podrán cumplir el tope de déficit marcado para 2013, que era del 6,3%, cuando lo más probable es que se acabe cerrando el año por encima del 7% de déficit.

Nueva petición de rescate

Como el resto de CCAA, la Generalitat tiene hasta el próximo 17 de diciembre para volver a solicitar la ayuda del FLA para el 2013. El conseller Mas-Colell ya ha reconocido que lo hará, a causa de las fuertes tensiones de tesorería que se soportan, con una deuda de 45.000 millones de euros, los mercados de deuda subsoberana cerrados y la imposibilidad de volver a emitir bonos minoristas para particulares.