Ruptura total de puentes: máxima frialdad entre el Rey y Artur Mas

El presidente de la Generalitat, Artur Mas redujo al mínimo posible su presencia en el monasterio de Pedralbes, donde coincidía con el Rey. La cita tuvo lugar pocas horas después de que anunciara el adelanto de elecciones: “Ha llegado la hora de que el pueblo de Cataluña ejerza el derecho a decidir”, dijo en el Parlament.

El saludo con el Rey fue poco menos que protocolario. Artur Mas llegó el último, pues venía del Parlament, y se fue el primero, en un acto que apenas duró hora y media. Muy sintomático de las tensas relaciones entre el Monarca y el president de la Generalitat, que ya anteriormente había mostrado su malestar con Don Juan Carlos por la misiva en la que pedía superar “las dificultades sin “dividir fuerzas, alentar disensiones, perseguir quimeras, ahondar heridas. No son estos tiempos buenos para escudriñar en las esencias”.

El Rey empezó en catalán, cortesía habitual en sus visitas a Cataluña, para después hilvanar un discurso anodino en el que solo destacó un tibio llamamiento a la unidad. Por el formato del acto, no estaba previsto que Artur Mas tomase la palabra, lo que evitó momentos incómodos tanto para el president como para los altos cargos de la Generalitat presentes, como la vicepresidenta Joana Ortega; el alcalde de Barcelona, Xavier Trias; o el ex presidente catalán Jordi Pujol. El Rey y Pujol, que siempre han mantenido una relación cordial, tampoco se dirigieron la palabra.

Entre los numerosos empresarios que acudieron al acto se encontraban el presidente de CaixaBank, Isidre Fainé; su antecesor en el cargo, Ricard Fornesa; el presidente de Gas Natural, Salvador Gabarró; el de Abertis, Salvador Alemany; el consejero delegado de esta concesionaria, Francisco Reynes; el presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Miquel Valls; el presidente de Mediaplanning, Leopoldo Rodés; el del grupo Planeta, José Manuel Lara; y el presidente del grupo Godó, Javier Godó.

Otros empresarios que acudieron al acto fue el presidente de Indra, Javier Monzón, el de la constructora OHL, José Miguel Villar Mir; el ex presidente de Metrópolis, José María Xercavins; el presidente de Uriach, Joan Uriach; el directo del Consejo Empresarial para la Competitividad, Fernando Casado; el accionista de referencia de Corporación Puig, Mariano Puig; y la presidente del Palau de la Música, Mariona Carulla.

También acudió el ex presidente de La Caixa, Josep Vilarasau; las empresarias Adela Subirana y Carme Mur (Manpower) y el presidente de Seeliger y Conde, Luis Conde. Tal aluvión de grandes empresarios en el primer acto del Rey en Barcelona desde que empezó la ofensiva secesionista, no ha pasado inadvertido al monarca ni a observadores neutrales. ¿Un apoyo a la unidad de España por el sector más reticente a la aventura independentista?

Llamamiento a la unidad

El Rey apeló al “esfuerzo y el buen sentido de todos", añadiendo que "sería ceguera no ver la gravedad de esta etapa histórica, pero sería irresponsable igualmente caer en un abatimiento infecundo sin advertir y ser conscientes de que el genio y la voluntad de los hombres y las mujeres de Cataluña, de España entera y de Europa serán capaces de superar estas circunstancias".

Como ha señalado una fuente empresarial consultada, “hoy tocaba el paripé estoico. Mañana muchos de los asistentes cogerán un avión privado y volarán a Madrid para lamentarse en privado del proceso secesionista que se ha iniciado en Cataluña”.

Se aplaza el choque de trenes

El acto era para que el Monarca entregase un premio impulsado por el Grupo Godó al secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone y no era el escenario más propicio para que se escenificase el choque de trenes que estos días se vive en Cataluña.

Entre otros han estado presentes el arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, la presidenta del Parlamento, Núria de Gispert, y el conseller de Interior Felip Puig.