‘El silencio de los corderos’ catalán: el empresariado calla sobre Spanair

El pleno de la Cámara de Comercio de Barcelona celebrado este jueves por la tarde decepcionó a muchos que esperaban voces críticas sobre la actuación de la institución cameral en el tema de Spanair. Todo lo contrario: fue un auténtico “silencio de los corderos”, a pesar de que en el orden del día hubiese un punto tan candente como la quiebra del mayor proyecto empresarial que se ha impulsado desde este colectivo.

Al final del pleno, el presidente de la cadena hotelera Husa, Joan Gaspart, y miembro del comité ejecutivo de la Cámara de Comercio de Barcelona tomó la palabra para dar explicaciones sobre la fallida inversión en Spanair. Su discurso fue tan apasionado como falto de concreción, si bien, en defensa de Gaspar, hay que destacar que ninguno de los empresarios presentes le exigió mayores explicaciones.

Una única voz crítica mostró su extrañeza de que no fuera Ferran Soriano, presidente de Spanair, el que tuviese que dar la cara ante los miembros del pleno, según han explicado fuentes empresariales que acudieron al acto. Pero eso fue todo. Nadie preguntó, ni siquiera, cómo se iba a hacer frente a las pérdidas que el concurso de Spanair va a provocar en el consorcio de Turismo de Barcelona, donde la entidad cameral tiene la mayoría, compartiendo el capital con el Ayuntamiento de Barcelona.

Iticsa, la filial a través de la que canalizó su inversión en Spanair Turismo de Barcelona, ya ha presentado presconcurso. Reconoce deudas con la aerolínea SAS por valor de 9,8 millones. Teniendo en cuenta que el presupuesto anual de Turismo de Barcelona es de 35 millones de euros, las pérdidas mínimas que le supondrá a este organismo son una cuarta parte de sus gastos. Es decir, o Turismo de Barcelona reduce un 25% su actividad de promoción turística para hacer frente al descalabro o los socios, sobre todo la Cámara, hacen una aportación adicional. La Cámara financia cada año con un millón de euros Turismo de Barcelona. Y después de que las cuotas hayan dejado de ser obligatorias, la situación de la Cámara no es la más adecuada para hacer frente a tamañas cuantías.

Discurso sentimental

Pero Gaspart, que también desempeña la presidencia de Turismo de Barcelona, no puso ni una cifra sobre la mesa. En cambio hizo un buen discurso, según algunos de los asistentes, apelando a los sentimientos. En opinión de Joan Gaspart “la operación era muy arriesgada pero se esperaban grandes beneficios”. Y se mostró convencido de que pese a que había salido mal, de darse otras oportunidades, lo volverían hacer.

Gaspart, que ha compaginado ser el principal promotor del proyecto con el hecho de no haber puesto ni un euro de su bolsillo, elogió a los empresarios que como Carles Sumarroca y otros, pusieron un millón de euros cada uno, garantizando préstamos del Instituto Catalán de Finanzas (ICF). Y pidió disculpas porque al final todo salió mal. Sobre las causas, Gaspart señaló la hostilidad del resto de compañías aéreas si bien también reconoció que el 80% de las aerolíneas les había ayudado el día de la suspensión de actividad y que además estaban en tratos con Vueling para que contratasen una parte de las 4.000 personas que han perdido su empleo tras el cierre de Spanair.

Agradecimiento y silencio

Algunos de los presentes agradecieron a Gaspart su esfuerzo didáctico. Y ahí se quedo todo. Como si hora y media antes, en los corrillos previos al pleno, muchos no hubiesen augurado tensión para la jornada. Pero una vez reunidos optaron por no manifestar su malestar, tal y como han confirmado diversos empresarios consultados.

Al lado de Gaspart, el presidente de la Cámara de Comercio, Miquel Valls, tampoco dijo esta boca es mía. Valls es además vicepresidente del Consejo General de Turismo de Barcelona y fue uno de los principales defensores públicos de la entrada en Spanair. Ayer siguió en segundo plano. En línea con las últimas semanas, ya que desde que Spanair presentó concurso de acreedores, Valls ha reducido al máximo sus apariciones públicas.